Los deportistas, y es indiferente de qué ámbito, suelen ser reconocidos por sus títulos y méritos deportivos, tanto a nivel individual como colectivo. Sin embargo, los trofeos no lo son todo en el deporte, que es también una fábrica de valores aplicables a distintos ámbitos de la vida. Buen ejemplo de ello es la familia Vizuete. Esta saga de karatekas alaveses lleva ya varios años recogiendo los frutos de su buen trabajo tanto en el ámbito deportivo como en el social, que no se ha traducido únicamente en galardones.

En este sentido, la familia Vizuete parece sacada de una de esas películas de Hollywood en la que con esfuerzo y sacrificio, todo sale bien. La pasión de esta familia por el kárate ya traspasa generaciones, desde los abuelos hasta los nietos. Todos juntos han hecho crecer en Vitoria este deporte, hasta el punto en el que a partir del próximo mes de septiembre tendrán su propia escuela con la que esperan dar un paso más en la promoción de la disciplina.

La joven vitoriana Mireia Vizuete, de 16 años, ha sido una de las últimas de la saga en llegar, y ya está pisando fuerte. Prueba de ello es su reciente oro en el campeonato junior de Europa en la categoría de 48 kilos, tras superar con claridad a la eslovaca Mrazova por 4-1. “Todavía no me lo creo. Esto era algo que quería conseguir desde pequeña y está siendo como un sueño”, afirma la karateka.

Mireia Vizuete: “Quiero seguir dando clases en el gimnasio como lo han hecho mi padre y mis tíos” JORGE MUÑOZ

Su gran estreno con la selección no es casualidad, ya que el buen trabajo de Mireia estaba dando sus frutos con anterioridad y ya tenía en su haber la Youth League de Venecia, un tercer puesto en torneo internacional y varios reconocimientos nacionales. Ante todos estos premios, la vitoriana reconoce que no tiene ningún otro secreto que no sea el trabajo y el esfuerzo: “empecé a entrenar con tres años, gracias a mis tíos y mis padres que me metieron en este mundo, y desde entonces siempre ha sido mi deporte favorito y algo que me ha encantado. A día de hoy, entreno cinco días a la semana, de lunes a viernes, y no me parece exagerado ni demasiado, porque el kárate es mi pasión”. 

Al mismo tiempo, Mireia también comenta que “las experiencias anteriores” le han ayudado “a vivir de forma más tranquila este último campeonato”. “Yo he seguido haciendo mi trabajo y por el momento me están saliendo las cosas”, añade.

Jagoba Vizuete: “Lo más importante es disfrutar sobre el tatami y transmitir los valores de este deporte” Jagoba Vizuete Karateka Jorge Muñoz

La joven karateka tiene en quien fijarse, porque antes de ella, uno de sus tíos, Jaboga Vizuete, consiguió numerosos reconocimientos deportivos, como sus 19 campeonatos de España, el campeonato de Europa en categoría sub-21, las diferentes medallas en Mundiales universitarios, o la más especial, la medalla del tercer puesto en el Campeonato del Mundo absoluto. Se apoyan unos a otros. Jaboga intenta aconsejar a Mireia y tiene claro que “lo más importante es que a la hora de pelear, disfrute, porque cuando se disfruta en el tatami, luego se transmite y sale todo más fácil. Lo importante es sentirse satisfecho con el trabajo realizado, no el resultado”.

De cara al futuro, la campeona de Europa lo tiene claro: “presión no tengo por todo lo que estoy viviendo. Yo voy a seguir trabajando igual y ahora intentaré ir al Mundial si salen las listas y me llevan, que espero que sí. Ojalá algún día pueda obtener alguna medalla, aunque ahora estoy centrada en un campeonato que tengo en Croacia en unas semanas”. A pesar de su juventud, Mireia quiere seguir la estela de sus familiares y no duda al afirmar que le gustaría “dar clases” como lo han hecho su padre y sus tíos, “mantener el gimnasio” y continuar trabajando en sacarlo hacia adelante.

TRADICIÓN FAMILIAR El kárate una pasión que comparte toda la familia, y es que prácticamente se puede afirmar que los Vizuetes nacen con el kimono puesto. “Toda la familia estamos en este deporte y es algo que llevamos en la sangre y es nuestro día a día. Además, mis padres y mis tíos viven de esto”, comenta la joven.

Uno de los veteranos de la familia y tío de la actual campeona, Ángel Vizuete, corrobora a su sobrina y añade que su experiencia personal. “Mi padre ya practicaba este deporte y me inscribió con cuatro años en una época en la que el kárate no tenía tanta repercusión y era cosa solo de adultos. Es más, cuando comencé a entrenar, yo era el único niño del momento”, rememora. 

Ahora en la labor de profesor, analiza el cambio que ha ido dando con el paso de los años el deporte, ya que “hoy en día es una actividad recomendada por profesores para los más pequeños; todos coinciden en que el kárate les ayuda en su aprendizaje”. En ese sentido, Ángel comenta que toda la familia se siente muy feliz porque la “semilla” que se plantó en su época, “ya ha germinado y aún está dando sus frutos”. “Cada vez la tradición es más grande y traspasa ya varias generaciones, desde los más pequeños hasta los más mayores. El simple hecho de que toda la familia practique este deporte, al margen de todos los logros ya obtenidos, ya me hace muy feliz”.

Eso sí, Ángel también matiza que no son “ambiciosos” de cara a querer conseguir títulos o resultados deportivos. “Yo creo que todo esto es una consecuencia del trabajo que hacemos con devoción, ilusión y ganas. Todo lo que llega después es bienvenido, es un extra”. 

Ángel Vizuete: “La semilla que se plantó hace años está dando sus frutos, ha traspasado generaciones” Jorge Muñoz

LOS VALORES DEL KÁRATE El kárate tiene algo diferencial, y es que aporta y enseña unos valores que luego sirven para el desarrollo integral de las personas. “Nunca he pensado en dejarlo. El kárate es lo que me ayuda a llevar bien los estudios y la organización de mi día a día. Esa hora que paso entrenando me ayuda a desconectar del resto”, comenta Mireia. Además, y aunque los títulos siempre son bien recibidos, lo que más disfruta Mireia es de “toda la gente que conoces y todas las personas con las que convives”.

Jagoba Vizuete, por su parte, afirma que los valores que transmite el arte marcial van implícitos en la modalidad deportiva: “Nosotros intentamos que esos valores lleguen en las clases, porque van a ayudar a los más pequeños en su día a día para ser más organizados, más disciplinados y más perseverantes”.

El ahora maestro admite que una de las cosas que más le enorgullece como profesor es “ver a todos los practicantes que han dejado de competir, pero que siguen entrenando en su día a día” para su acondicionamiento físico. “Ese es uno de nuestros objetivos, que después de la época competitiva, el kárate continúe en sus vidas”, destaca

Aimar Vizuete: “El kárate me gusta mucho, para mí es bonito poder entrenar junto al resto de la familia” Jorge Muñoz

Por si la irrupción de Mireia no fuera suficiente, un Vizuete más joven está de camino: Aimar, de 11 años, quien también se estrenó en el tatami con tres años. “El kárate me gusta mucho. Es bonito poder entrenar con toda la familia”, celebra.

Lo que está claro es que la familia Vizuete va a continuar expandiéndose y además lo va a hacer de forma inminente, ya que a partir de septiembre tendrán su propio gimnasio. “En las instalaciones actuales tenemos todas las clases saturadas. Por ello, nos hemos lanzado a la aventura para abrir una escuela para la siguiente temporada con un tatami de casi 600 metros cuadrados y un local de 1.000 metros cuadrados. Será una de las escuelas más grandes de España”, adelanta Jagoba.

¿Dónde está su techo? El tiempo lo dirá, pero lo que está claro es que por el momento aún hay kárate para rato en la familia Vizuete.