El duelo ante el Girona es de enorme importancia para el Baskonia, sí, pero el gran protagonista de la tarde fue la leyenda azulgrana Tiago Splitter, que 14 años después de su salida del club recibió al fin el merecido homenaje por su glorioso paso por Vitoria con la retirada de su camiseta, que luce ya en lo alto del Buesa Arena junto a las de antiguos compañeros suyos como Prigioni, Vidal, Rakocevic y Scola.

La jornada comenzó para el espigado pívot brasileño hora y cuarto antes del encuentro, cuando ante una treintena de aficionados agraciados en el sorteo realizado por el club el ahora entrenador asistente de los Houston Rockets dio un coloquio en la sala de trofeos junto a los nueve títulos que cosechó en el Baskonia (dos Ligas ACB, tres Copas del Rey y cuatro Supercopas ACB).

Allí se mostró emocionado por todo el cariño recibido por parte de los aficionados desde su regreso a la capital alavesa el sábado y no dudó en repasar algunos de los grandes momentos que vivió con la camiseta azulgrana como el Oakazo, la Final Four de Moscú, la Copa del Rey que ganó en 2009 tras el fallecimiento de su hermana o la Liga ACB de 2010, que alzó él mismo como capitán para poner el broche de oro a su paso por Vitoria-Gasteiz.

Tampoco faltaron menciones para todas aquellas personas que le ayudaron a convertirse en una leyenda baskonista como Iñaki Iriarte, su “padre en el Baskonia”, Josean Querejeta, Alfredo Salazar, el cuerpo técnico, trabajadores del club y también compañeros de vestuario que lo acogieron con los brazos abiertos como Prigioni, Scola o Sergi Vidal. 

Su gran momento, sin embargo, llegó más tarde, cuando tras un emotivo vídeo y a cinco minutos para el arranque del partido saltó al parqué en el que hizo historia con una atronadora ovación en pie de todos los seguidores que se acercaron al Buesa Arena.

Con la voz rota por la alegría y los nervios, Splitter agradeció los aplausos de “la ciudad de Vitoria, que me acogió desde que era un niño”, explicó: “Cuando me dijeron que me iban a hacer este homenaje me emocioné mucho, tanto como me estoy emocionando ahora. No tengo palabras para agradecer a todos los jugadores, entrenadores, a Josean, a Alfredo, que me fue a buscar a Sudamérica, a Dusko. También a Iñaki Iriarte, te quiero... Muchas gracias por esto y ojalá el Baskonia esté arriba siempre. ¡Aupa Baskonia!”.

Tras su sentido discurso, se procedió a elevar su camiseta al techo del pabellón, con la afición aplaudiendo y ambientando el precioso momento con las linternas de sus teléfonos móviles mientras Splitter, con los ojos brillantes, observaba su nombre y su característico dorsal veintiuno ascender lentamente hacia el firmamento azulgrana. Un momento especial sin duda para el brasileño, pero también para quienes tanto disfrutaron con él.