El escenario, con la retirada de la camiseta de Splitter y tras la derrota del Manresa ante el Zaragoza, era el ideal para imponerse en el duelo más sencillo sobre el papel que quedaba de ACB y regresar a puestos de play off, pero lo que podía haber sido una fiesta se convirtió en pesadilla.
El Baskonia, con una puesta en escena desastrosa, sin chispa ni energía defensiva y con varios jugadores por debajo de su nivel, sufrió un duro mazazo ante un Girona más intenso bajo los tableros y acertado en el triple que le deja con un pie fuera de las eliminatorias.
El encuentro, en el que Ivanovic alineó a su habitual quinteto titular formado por Miller-McIntyre, Marinkovic, Rogkavopoulos, Sedekerskis y Kotsar, no empezó bien para los gasteiztarras, algo espesos en ataque y con importantes grietas atrás. El Girona sacó partido al principio del físico de Iroegbu y Birch, que generaron a su vez espacios para los exteriores visitantes y en especial para Sergi Martínez, que se encontró en varias ocasiones totalmente liberado en el perímetro y no dudó en castigar desde el triple.
De esta manera, llegó la primera ventaja importante del Girona con el 10-17, obra de Iroegbu en una acción de dos más uno. Movió el banquillo Ivanovic dando muchos minutos a Chiozza en el primer cuarto tras un mal inicio de Miller-McIntyre, pero la mejoría en ataque y la aparición de Howard con nueve puntos no compensaron la enorme sangría defensiva, reflejada claramente en el abultado casillero de un Girona que con mucho acierto exterior anotó 37 puntos en los diez minutos iniciales frente a los 26 locales.
No mejoraron las cosas en la reanudación. Es más, por momentos fueron a peor con pérdidas y errores groseros de un irreconocible Miller-McIntyre o Marinkovic que provocaron que la afición comenzara a impacientarse con el 32-45 luciendo en el marcador.
Fue entonces cuando Howard sacó su orgullo, agarró el toro por los cuernos y con una acción de cuatro puntos y una bandeja de enorme mérito logró acercar a los suyos a siete tantos, pero una vez más los errores, la incapacidad para cerrar el rebote defensivo y un criterio arbitral algo dispar con las faltas elevaron la renta gerundense a los dobles dígitos. Afortunadamente, un paso al frente de Rogkavopoulos, una antideportiva conseguida por Ivanovic en un challenge y un triple de Chiozza maquillaron la desastrosa primera parte del Baskonia colocando el 48-54.
Demasiados errores
Al regreso de vestuarios, Miller-McIntyre comenzó a activarse tras su floja primera mitad con sus primeras canastas y el Baskonia se acercó a sólo tres puntos con el 53-56, obra de Marinkovic en una acción de 'dos más uno', pero cuando todo parecía orquestado para que los gasteiztarras voltearan el marcador, apareció Susinskas para anotar ocho puntos, recuperar los once tantos de renta para el Girona y obligar a los hombres de Ivanovic a remar de nuevo.
Ante la falta de fluidez de su ataque y la brecha en el rebote, el Baskonia recurrió a cierta mejoría defensiva y a los viajes a la línea de personal para recortar ligeramente la desventaja y llegar al parcial decisivo con el 66-73 que aún daba opciones a los vitorianos, pero que hacía necesaria una importante mejoría.
Ese paso al frente no llegó en el rebote, ya que Susinskas puso el 66-76 tras dos rebotes ofensivos del Girona nada más empezar el último cuarto, pero sí llegó en una defensa más sólida que permitió puntos en transición y mejores opciones en ataque.
Fue de esta manera como el Baskonia se puso a dos puntos con un triple de Sedekerskis y casi ocho minutos por delante, pero su ansiedad se transformó de nuevo en pérdidas absurdas y errores que, junto a las segundas oportunidades, catapultaron al Girona hasta el 76-85 obra de York.
Con el tiempo corriendo en su contra y a la desesperada, el Baskonia intentó por todos los medios salvar los muebles en los últimos minutos, pero el Girona, con la paciencia que le faltó a los alaveses en algunos tramos, siguió anotando, Costello erró dos triples relativamente cómodos y pese a que a dos minutos del final Howard puso el 85-89 con otro triple y tiro adicional que esta vez no convirtió, Birch y Susinskas, los mejores de la tarde, se encargaron de sentenciar el duelo y silenciar el Buesa Arena.
No es para menos, ya que el pinchazo convierte la posibilidad de alcanzar el play off de la ACB en casi una utopía.
