Punto y final a la temporada de un Alavés B que no ha cumplido el gran objetivo con el que empezó a trabajar hace meses. El filial babazorro disputó ayer su último partido del curso ante el Tudelano, que se impuso por 2-0 en un duelo en el que ya nada había en juego. Los alaveses sabían de antemano que acabarían en el sexto puesto sea cual fuere su resultado en la última jornada, mientras que los navarros se movían entre terminar justo detrás del Miniglorias en la séptima plaza o, en caso de derrota, caer hasta tres puestos en la tabla.

No pareció en los primeros minutos que esta ligera diferencia de motivación redujera para nada la competitividad de los discípulos de José Manuel Aira, que de salida igualaron la intensidad de un Tudelano con ganas de gustar a su afición en la despedida. 

Lo materializó en el marcador antes de cumplirse el primer cuarto de hora de juego, en una acción en la que Mikel Santamaría condujo el balón hasta encontrar la línea de pase para Joel Rodríguez, que tras avanzar unos metros disparó y batió a Gaizka García, vendido tras tocar el balón en un defensor albiazul y ponerlo lejos del alcance del portero.

No por el tanto encajado se deshizo el filial alavesista, que siguió fiel a su esquema y trató de atacar con paciencia esperando que sus opciones de empatar llegaran. Sin embargo, antes de que los vitorianos dispusieran de ninguna ocasión clara de peligro a punto estuvieron los de David González de marcar el segundo, en un remate de volea de Gianluca Simeone que se marchó ligeramente por encima del larguero.

Varios postes locales

Pese a no jugarse nada su equipo, José Manuel Aira no quería cerrar el curso con una derrota y buscó dotar a su equipo de mayor profundidad dando entrada en el descanso a dos jugadores con mucho gol, Unai Ropero y Maroan Sannadi.

Pero los buenos propósitos de igualar el encuentro se hicieron añicos a los tres minutos de la reanudación, cuando de nuevo a Gianluca Simeone le cayó un balón en el interior del área y no se lo pensó dos veces para empalmar el disparo y, esta vez sí, dirigirlo entre los tres palos de la portería defendida por un Gaizka que nada pudo hacer para evitar otro jarro de agua fría.

Los dos goles de diferencia fueron ya una losa demasiado pesada para el Miniglorias, que pese a mantener la compostura y no ser excesivamente inferior a su rival, sí vio cómo el tercer tanto navarro estaba siempre más cerca que el recorte de distancias vitoriano.

Hasta por tres veces se topó el Tudelano con el palo, en sendos remates de los goleadores Joel y Simeone y del recién incorporado Iker Amorrortu. Mientras, en la otra portería el Alavés B apenas era capaz de inquietar a Roberto Santamaría, que a los 39 años vivió su último partido como profesional y fue homenajeado por ambos equipos haciéndole un pasillo de despedida.

Una vez bajado el telón de la temporada, el Miniglorias pone ya la mirada en la próxima, en la que alcanzar el play off volverá a ser el principal reto. En el curso que se cierra estuvo metido en él durante muchas jornadas, hasta que un final discreto en el que ha sumado solo seis puntos de los últimos 21 le dejó sin premio.