Una cualidad que buscó la dirección deportiva en la plantilla del Deportivo Alavés durante el mercado de traspasos fue su polivalencia y la capacidad para que un solo jugador pudiese doblar varias posiciones. La entidad vitoriana, en su proceso de confeccionar el equipo para este curso, apostó por futbolistas capaces de desenvolverse en distintas demarcaciones para ser un conjunto todavía más versátil y completo. 

Al igual que en varios compromisos ligueros, Luis García hizo de la necesidad una virtud en el reciente encuentro frente al Celta. Para empezar, el técnico madrileño apostó por una retaguardia formada íntegramente por laterales ya que las sensibles bajas de Abqar y Marín obligaban a establecer una defensa de circunstancias. 

Así, Tenaglia y Duarte presidieron el centro de la retaguardia y cumplieron de manera solvente con su cometido. El argentino, durante su etapa en Talleres, sí que disputó cerca de 30 partidos en el eje de la zaga, pero su posición más habitual es el carril derecho. Duarte, por su parte, constituye un jugador de garantías para Luis García ya que cuando ejerce de central el equipo se beneficia de su salida de balón por el sector izquierdo. Y cuando Javi López está indispuesto en el lateral izquierdo, el capitán sigue mostrando unas sensaciones muy positivas. 

Nahuel Tenaglia durante el reciente enfrentamiento entre el Alavés y el Celta. L. Rico

La pareja de centrales superó con nota su exigente examen frente al Celta. El Alavés dejó su portería a cero por segundo encuentro consecutivo y lo cierto es que entre Tenaglia y Duarte anularon el potencial ofensivo de un Celta bloqueado en Mendizorroza. Ninguno de los dos escatimó en esfuerzos, ambos salieron airosos de la mayoría de duelos individuales y en el minuto 70 Rubén Duarte pagó el peaje de su derroche físico con un cambio obligado. 

El parche cumple

Este fue un severo contratiempo para Luis García ya que el único reemplazo natural en el banquillo era el juvenil Álvaro García. Un prometedor futbolista cosecha del 2005 que suma 20 encuentros en el filial babazorro. La idea del técnico madrileño fue la de retrasar a Antonio Blanco al eje de la zaga y mantener un centro del campo con los nombres de Guevara, Benavídez y Guridi. 

La apuesta de Benavídez como ‘ocho’ y la pareja de Duarte y Tenaglia como centrales dieron sus frutos en la victoria frente al Celta

Su apuesta funcionó ya que el único acercamiento del Celta tras la baja de Duarte fue un disparo franco en la frontal de Iago Aspas. Blanco, pese a no llegar al metro ochenta, fue una dura piedra de toque para los atacantes del conjunto gallego. El futbolista babazorro no cometió errores de marcaje y, al estar más retrasado sobre el verde, permitió al Alavés mantener un centro del campo equilibrado.

De hecho, Benavídez fue uno de los grandes beneficiados tras la ingeniosa idea de Luis García. El charrúa no ocupó el puesto de pivote, pues este corrió a cargo de Antonio Blanco durante la primera hora de juego. 

La tarea de Benavídez, adelantado a la posición del 'ocho', fue complicar la salida de balón de Fran Beltrán y hacer uso de su llegada al área tras recuperar el balón en campo rival. Al igual que en la victoria frente al Atlético de Madrid, Carlos Benavídez aportó músculo e intensidad, pero se erigió como un excelente director de juego. Envió balones al espacio tanto a Kike García como a Giuliano y sostuvo al Alavés tras mover al Celta de lado a lado. 

Tras la marcha de Duarte en el minuto 70, Blanco tuvo que ejercer como central junto a Tenaglia y el andaluz no falló en el eje de la zaga

El desarrollo del partido frente al cuadro vigués también permitió a los laterales sumarse al ataque con mayor frecuencia. Javi López y Andoni Gorosabel se desenvolvieron como pez en el agua en esta tesitura. Los dos llegaron al área rival con suma facilidad, no sufrieron en tareas defensivas y generaron un mar de dudas a la zaga rival con sus centros laterales.

En definitiva, el Deportivo Alavés firmó frente al Celta una de las actuaciones más completas de la temporada. No era sencillo el cometido ya que las bajas en la zaga obligaban a duplicar esfuerzos. Aun así, la plantilla albiazul sacó a relucir su versatilidad para sumar los tres puntos en su final anticipada para certificar la permanencia.