xtraordinario y comprometido ser humano: Siento una pena inmensa al saber de su fallecimiento con 81 años y medio muy pero que muy vividos. Estoy convencido de que la tierra le será leve a alguien que se entregó a hacer mejor la vida de los demás. Y aunque, lógicamente, las necrológicas lo recuerden por sus cargos políticos, subrayando el de diputado general de Araba, yo me quedo con aquel cura con conciencia que en pleno franquismo estuvo a punto de ir a la cárcel por ponerse al servicio de los trabajadores de Michelín en la histórica huelga de 1972. Cuatro años más tarde, también estuvo al lado de los obreros masacrados en Gasteiz. “No me hice sacerdote para hacer lo que me dictara el ministro de Gobernación”, me dijo. Descanse en paz.