afiosa espero que pronto exjugadora del PSG: No me imagino qué diablos pudo haber en su cabeza para encargar a dos matones a sueldo que le partieran las piernas con una barra de hierro a su compañera de equipo Kheira Hamraoui. Acongoja leer con qué frialdad usted misma actuó como cebo y fue testigo de la salvaje agresión que le ha provocado lesiones gravísimas a la mediocampista con la que se disputaba el puesto en el once titular. Como Tony Harding con Nancy Kerrigan en 1994, ha llevado la rivalidad hasta más allá de lo patológico. Y como la patinadora zumbada, ha sido tan mema de creer que no la pillarían. Pues ya ve que sí. Al margen de la pena que le caiga, puede ir despidiéndose de su carrera para siempre.