La creciente contaminación de las aguas es uno de los graves problemas medioambientales que padece el planeta y que preocupa a millones de personas y a las ONG ecologistas.
Un agua de mierda, el legado de las macrogranjas. Así de contundente es el eslógan del informe de la organización ecologista Greenpeace sobre el demoledor impacto de los nitratos en España que producen la ganadería industrial, las macrogranjas, y la agricultura industrial, que son las actividades están detrás de estos altos niveles de contaminación.
Más de la mitad de las aguas subterráneas de toda España están contaminadas por nitratos, según un informe de Greenpeace que denuncia el "insuficiente control público" de estas sustancias y que reclama a las administraciones que tomen medidas inmediatas, entre ellas una moratoria a los proyectos de macrogranjas. El valor máximo permitido es de 37,5 mg/l, pero casi el 54 % de las mediciones muestran contaminación por nitratos.
La ONG ha publicado el informe Amenaza invisible: la contaminación del agua por nitratos, junto con un mapa interactivo, que recoge los resultados de los análisis efectuados por la Red Ciudadana de Vigilancia de la Contaminación del Agua por Nitratos en todo el país durante el último año. Las 800 mediciones se realizaron en aguas subterráneas, superficiales e incluso de consumo.
Además, el agua de consumo tiene un límite establecido en 50mg/l, un 10 % de las mediciones indican también contaminación por nitratos y casi un 30 % alertan de que hay aguas en riesgo de alcanzar niveles que impedirían el consumo humano. En todo caso, aumenta el número de localidades con agua contaminada.
El responsable de agricultura de Greenpeace, Luis Ferreirim, ha denunciado que los resultados que afloran el primer año de trabajo de la red impulsada por la ONG confirma el "grave estado" en el que se encuentran las aguas en España, principalmente las subterráneas, que son "las reservas del futuro".
Los resultados señalan que las zonas más contaminadas coinciden con las áreas de mayor producción ganadera de España por lo que Greenpeace reclama que ese problema se aborde sin dilación.
La ONG destaca que en Cataluña el cien por cien de las mediciones de aguas subterráneas indican contaminación por nitratos, Aragón con un 83 %, Castilla y León con un 70 % y Castilla La-Mancha con un 63 %.
Incluso muchas de estas mediciones dan valores iguales o superiores a 100 mg/l, lo que indica que las aguas están muy contaminadas. En Navarra y en la Región de Murcia es en las aguas superficiales donde se detecta el mayor problema, con un 66 % y 57 % de las mediciones, respectivamente, indicando contaminación por nitratos.
Greenpeace pide que se establezca de inmediato una moratoria de al menos cinco años a la ganadería industrial: ni explotaciones nuevas ni ampliaciones existentes; desarrollar un plan para la reducción progresiva de la cabaña ganadera en intensivo hasta reducirla a la mitad de aquí a 2030; no conceder autorizaciones para nuevos regadíos intensivos y reducir el uso de fertilizantes sintéticos en, al menos un 50 % para 2027.
Qué son y qué impacto tienen los nitratos
Los nitratos pueden encontrarse en el medio ambiente de forma natural y pueden ser absorbidos por los organismos vivos.
Sin embargo, estos ciclos pueden verse alterados por actividades humanas como la producción y el uso de fertilizantes artificiales y el uso de los excrementos de animales como fertilizantes, muy ricos en nitratos. Aunque los nutrientes como los nitratos son esenciales para la vida, cambiar sus cantidades presentes en el medio ambiente puede tener impactos negativos significativos en los ecosistemas y afectar incluso la salud humana.
Los nitratos en sí son relativamente poco tóxicos, sin embargo, su toxicidad viene determinada por su conversión a nitrito. Los nitratos pueden transformarse en nitritos por reducción bacteriana tanto en los alimentos (durante el procesado y el almacenamiento), como en el propio organismo (en la saliva y el tracto gastrointestinal).
Los menores y las embarazadas son los grupos de mayor riesgo.
El coste económico
Bruselas estima que todos los costes medioambientales causados por culpa de las aportaciones excesivas de nitratos en Europa rondan una horquilla escalofriante: entre 70.000 y 320.000 millones de euros anuales. Esta cifra es, con diferencia, muchísimo más elevada que el coste de corregir este problema en su origen y, como siempre, no paga quien contamina, sino que socializamos el coste, paga toda la sociedad.