Camisas hay muchas, de infinidad de modelos, tamaños, tejidos y colores, para ocasiones especiales o de sport. Pero sobre todo hay que distinguir dos grandes grupos: masculinas y femeninas. Entre estas hay una diferencia en la que quizás nunca habías reparado: el lugar en el que llevan los botones.

Mientras las camisas confeccionadas para el hombre se abotonan con el lado izquierdo sobre el derecho, las de mujer se abrochan con el lado derecho sobre el izquierdo. Esto se debe a que las primeras tienen los botones cosidos en el lado derecho y los ojales, en el izquierdo, y las segundas llevan los botones en el lado izquierdo y los ojales en el derecho, es decir, al revés.

Un 70% de la población es diestra, así que resulta más práctica la disposición de los botones de las camisas masculinas. Pero, como todo en la vida, no es porque sí. Existen distintas teorías por las que unas tienen los botones a un lado y las otras al otro. Estas son:

1- Desenfundar las armas con la mano derecha. Los hombres desenfundaban sus espadas y otras armas con la mano derecha, por lo que era más sencillo desabotonar sus camisas con la izquierda.

2- La postura de Napoleón. Las mujeres de la época se burlaban de la pose de Napoleón: llevaba siempre el brazo izquierdo doblado y la mano metida entre los botones de la camisa. Por eso el emperador francés ordenó que sus camisas se confeccionaran con los botones del lado contrario para que no pudieran imitarlo.

3- Amamantar a los bebés. La mayoría de las mujeres coloca a sus bebés sobre el brazo izquierdo, por lo que coser los botones en ese lado facilita desabrochar la camisa con el brazo derecho.

4- La postura al montar al caballo. Las mujeres solían montar hacia el lado derecho, con lo cual colocar los botones en el lado izquierdo impedía que el viento abriera sus camisas mientras cabalgaban.

5- Una prenda de la clase alta. En el siglo XIX, las camisas eran prendas caras por lo tanto solo podían llevarlas las mujeres ricas. Precisamente, estas contaban con sirvientas que les ayudaban a vestirse, por lo que resultaba más práctico que los botones estuvieran en el lado izquierdo. Cuando la prenda se popularizó, se dejaron los botones en el mismo sitio para imitar el estilo de las clases altas.