Encontrarse la batería descargada no es muy habitual pero tampoco extraño. Es una incidencia que a todo conductor le ha ocurrido alguna vez. La batería es un elemento que pocas veces falla si se encuentra en buen estado. En tiempos, algo tan sencillo como dejarse alguna de las luces encendida hacía que el coche no se pusiera en marcha la mañana siguiente. Ahora, que esto ocurra es muy difícil con todos los sistemas de aviso.

Pero mucho tiempo sin arrancar el vehículo, un frío intenso sobre automóviles que duermen en la calle o que, simplemente que la batería haya llegado al final también son motivos que pueden hacer que no responda a la llave de contacto.

Ante esto las opciones son dos. Tres si tu taller de cabecera y confianza está cerca y logras que te presten , o acudan ellos, una batería portátil para arrancarlo. De todas formas, la primera de las opciones es llamar al seguro para que manden una grúa y sea su conductor el que lo arranque. Es lento pero seguro. La segunda es recurrir a otro conductor y ayudarse de la batería de ese segundo coche para arrancar el paralizado.

En todos lo casos serán necesarias unas pinzas, unos cables de conexión. La grúa y la batería portátil las traen consigo, pero en el caso de recurrir a un conductor samaritano, uno de los dos debe tener unas. Hace unos años era un elemento muy común en los portamaletas junto a los triángulos y las luces de recambio.

Aunque su utilización es sencilla, hay que ser muy cuidadoso a la hora de colocarlas. Si se hace mal puede complicarse la situación con una avería muy grave o provocar un accidente por electrocución.

Antes de proceder a colocar las pinzas es necesario asegurarse de que las dos baterías sean del mismo voltaje. De lo contrario puede haber problemas, desde que no se logre arrancar el coche descargado hasta cargarse los sistemas electrónicos de ambos autos.

Los pasos a seguir

Hecha esta comprobación, ya se puede proceder, pero siempre de la siguiente manera.

1) Seguridad. Hacer hincapié en este asunto incluye, además de seguir las instrucciones de conexión al pie de la letra, realizar la maniobra en un lugar seguro, fuera del tráfico, empleando los chalecos, las señales de seguridad y aviso reglamentarios. Unos guantes y unas gafas de seguridad no están de más, no vaya a ser que unas funestas chispas o un salpicón de ácido de batería nos sorprendan

2) Material adecuado. De entrada, contar con el material adecuado, es decir, unos cables de un diametro entre 35 y 50 milímetros de grosor y una longitud mínima de 3 metros para conectar sin problemas y sin estrecheces las dos baterías. Las pinzas tienen que poder sujetarse con firmeza a los bornes, tanto por la presión adecuada del muelle como por que los dientes de enganche estén bien definidos.

3) Atención a las pinzas. Los cables vienen marcados. Uno será complentamente negro y el otro será rojo. Hay que evitar que durante el proceso de colocación las pinzas de uno entren en contacto con las del otro, o con alguna parte metálica. Si ocurre, el cortocircuito está asegurado y el disgusto también. A parte de una posible electrocución, estamos hablando de motores de combustión por lo que esa chispa puede inflamar algún gas o algún resto de gasolina.

4) Colocación de los coches. Lo mejor es poner los coche de forma que ambas baterías queden lo más próximas posible. Lo mejor es un frente al otro, sin tocarse, o en paralelo. Pero dependerá de la situación. Es en esta circunstancia cuando se echan de menos unos cables bien largos.

5) De entrada, los motores apagados. En concreto, apagar el motor del vehículo que auxilia. Tras abrir los capós de ambos para llegar a las baterías y retirar las protecciones de los bornes. También, si es necesario, limpiarlos de cualquier suciedad. Después, identificar los polos negativo y positivo de cada batería. Suelen estar marcados con un + el positivo y con un - el negativo. El color rojo también identifica al positivo.

6) Seguir un orden concreto. Para conectar los polos entre sí hay que seguir un orden concreto.

  • Primero: Conectar la pinza del cable rojo al borne positivo de la batería descargada.
  • Segundo: Conectar la segunda pinza del cable rojo al borne positivo de la batería con carga.
  • Tercero: Conectar la pinza del cable negro al borne negativo de la batería con carga.
  • Cuarto: Conectar la segunda pinza del cable negro al borne negativo de la batería descargada. En este punto, algunos expertos recomiendan engancharla a alguna pieza metálica sin pintar (una tuerca o un tornillo el motor) para asegurar que el circuito tenga una buena toma de tierra y se facilite el trasvase de la electricidad.

7) Arrancar los coches. Esto también tiene su orden. Primero poner en marcha el coche de auxilio. Después arrancar el coche sin batería. Si el motor de este no se pone en funcionamiento, lo más probable es que la batería esté mal, no solo descargada, y haya que cambiarla.

8) Objetivo logrado. Si el coche ya ronronea, todos contentos. Pero no acaba aquí el proceso. Hay que retirar los cables. Y debemos hacerlo con el mismo cuidado con el que los hemos puesto, pero en orden inverso.

  • Primero: Desconectar la pinza negra del borne negativo de la batería descargada.
  • Segundo: Desconectar la pinza negra del borne negativo de la batería con carga.
  • Tercero: Desconectar la pinza roja del borne positivo de la batería cargada.
  • Cuarto: Desconectar la pinza roja del borne negativo de la batería descargada.

Volver a cubrir los bornes con sus respectivas protecciones.

9) Cargar la batería. Con el coche averiado ya en marcha, dejarlo funcionando un rato, con diez o quince minutos basta. Después salir a la carretera, mejor a una autovía, y recorrer una veintena de kilómetros para completarla carga. Si después de esto, la batería no se ha cargado, pueden ser dos cosas, o que la batería esté estropeada, o que haya un problema en el circuito eléctrico que impida esa carga.