Uno de los efectos colaterales de las Navidades es, sin lugar a dudas, nuestro sistema digestivo. Menús pantagruelicos, marisco para dar y regalar, asados suculentos, dulces a porrillo, buenos vinos, destilados premium etc.

Todo empieza con las comidas y cenas prenavideñas con amigos y compañeros de trabajo, sigue con Navidad y Nochevieja, y no concluye hasta el 6 de enero. Con tantos cambios en nuestra rutina gastronómica, nuestro estómago (además de nuestro bolsillo) es el que más sufre las consecuencias. Según datos de la farmacia on line dosfarma.com, siete de cada diez personas sufren algún problema gastrointestinal durante las celebraciones navideñas. Y a esto hay que sumar que, de media, se engordan unos tres kilos en estas fechas.

En este sentido los problemas más frecuentes que nos acosan en Navidad son acidez y ardor; reflujo gástrico; gases; náuseas; intoxicaciones; indigestiones y empachos; y diarrea. La mayoría suelen ser leves, pero molestos. Para evitarlos y disfrutar de unas Navidades como Dios manda ahí van unos consejos prácticos.

1. Come despacio y mastica bien. Uno de los principales motivos por los que aparecen molestias digestivas es por comer muy rápido. Una buena digestión comienza en la boca, donde la saliva se mezcla con los alimentos. La saliva contiene una enzima llamada amilasa, que es la encargada de comenzar con la descomposición de los alimentos; si no masticamos el tiempo suficiente, el estómago tendrá que esforzarse más para suplir el trabajo que no ha podido hacer la saliva. Eso implica que producirá más ácido, por lo que aumenta el riesgo de acidez y ardor.

Por otro lado, al comer despacio, siendo conscientes de masticar bien, nos damos cuenta de qué estamos comiendo y cuánto. Lo mejor es masticar sin prisas y estar en un entorno tranquilo.

2. Pon menos comida en el plato. Es preferible repetir a llenarnos el plato y comerlo todo, tenemos que pensar en todo lo que nos queda por delante y no comer con los ojos.

3. Evita hablar mucho mientras comes. Es un consejo difícil de seguir en estas fiestas, ya que la conversación es parte indivisible de una celebración. Sin embargo, es importante para evitar tragar más aire del necesario en cada bocado. Por supuesto debe evitarse fumar durante las comidas.

4. No cenes muy tarde. Conforme se acerca la noche, las hormonas que se encargan de digerir los azúcares y los hidratos de carbono disminuyen. Eso implica que, si hacemos una gran cena muy tarde, el organismo tendrá más dificultades para digerirla, lo que puede desembocar en gases o indigestión. Lo ideal es dejar entre una hora y media o dos horas y media entre la cena y la hora de dormir.

5. Evita ciertos alimentos. Algunos alimentos pueden provocar acidez, como el picante, la cebolla, los cítricos, el tomate, el alcohol, las bebidas con cafeína o gaseosas o las comidas fritas o con mucha grasa. No significa que no se deban tomar, pero sí debe hacerse con mesura.

6. No tomes alimentos muy calientes. Ya que pueden irritar las paredes del estómago, es mejor esperar un poco a que se templen.

7. Viste ropa holgada y cómoda. La ropa ajustada y los cinturones apretados presionan la zona abdominal y pueden empeorar los problemas del estómago.

8. Camina un poco después de las comidas. No es necesario que vayamos al gimnasio después de comer, pero una buena forma de quemar calorías y ayudar a la digestión es da un pequeño paseo después de las comidas.

9. Acude a los remedios naturales. Una forma natural y deliciosa de paliar las molestias de una comida copiosa es con una infusión digestiva. Algunas de las más efectivas son la manzanilla, el regaliz, el jengibre, la menta, el anís o el hinojo. Igualmente, el bicarbonato de sodio con limón antes de las comidas ayuda al funcionamiento del sistema digestivo, para facilitar la digestión y evitar los gases y la acidez.

10. Los remedios farmacológicos, último recurso. Si las molestias son muy incómodas, una opción fácil y rápida es con la ayuda de medicamentos sin receta. Para el ardor y la acidez hay diversos productos que se encargan de neutralizar el ácido del estómago o crean una barrera protectora para impedir el paso hacia el esófago. Otra opción son las sales de frutas, un remedio conocido por todos para aliviar los problemas estomacales.

Mucho ojo con utilizar protectores estomacales como el omeprazol pensando que nos va a ayudar en la digestión o nos va a evitar el dolor de tripa, su uso debe ser bajo prescripción médica ya que se utiliza contra las úlceras provocadas por los reflujos gástricos o la acidez estomacal. Si sufrimos alguno de los síntomas descritos anteriormente lo mejor es preguntar a nuestro médico o farmacéutico.