El próximo 16 de julio se estrena en las salas de cine de España Summer of Soul, un documental sobre el festival de música afroamericana, Harlem Cultural Festival, que se celebró en Nueva York el verano del 69. El mismo año que el festival hippie, Woodstock.
Este documental, que en Norteamérica se puede disfrutar desde el día de ayer, recupera grabaciones inéditas de los conciertos de artistas como Stevie Wonder, B.B. King y Nina Simone. Actuaciones que se grabaron durante el festival y que, por tema de licencias, permanecieron ocultas durante casi 50 años.
El músico de The Roots, Questlove ha recuperado las grabaciones y, mezclándolas con imágenes de archivo y testimonios de espectadores, ha presentado su primera pieza documental sobre un festival que quedó a la sombra del famoso Woodstock.
Poder reivindicativo
El festival Cultural de Harlem nació como una idea del alcalde de Nueva York, Jonh Lindsay, con el objetivo de que la población disfrutase de los espacios públicos y para también asegurarse votos.
Sin embargo, lo importante del festival es que tuvo un gran poder reivindicativo ya que se celebró tan solo un año después del asesinato de Martin Luther King.
La rabia de este acontecimiento se vio en actuaciones como la de Nina Simone interpretando To Be Young, Gifted and Black ante la mirada de una "marea negra". Así se observa en Summer of Soul, donde se demuestra la estrecha unión entre la música y la política que prevaleció en la fiesta.
El festival tuvo cinco conciertos que se celebraron todos los domingos entre el 29 de junio y el 17 de agosto. En él predominó el jazz, el góspel y la música latina que vino de la mano de artistas como Amazing Grace, Aretha Franklin, Max Roach, Ray Baretto, Mongo Santamaría, Stevie Wonder o Sonny Sharrock.
50 años ocultas
El problema del festival llegó con su cobertura audiovisual y es que el productor de televisión, Hal Tulchin grabó todas las actuaciones. No obstante, por su falta de recursos financieros, Tulchin no consiguió que los artistas cedieran los derechos de emisión de las imágenes.
Además, según relata el diario ElPaís, algunos ejecutivos de las cadenas de televisiones nacionales no compraron las grabaciones por situaciones como, por ejemplo, el concierto de Nina Simone, que incitó a los ciudadanos de Harlem a alzar las armas. Por lo que, durante 50 años, las cintas permanecieron ocultas en un sótano.
En 2017, Hal Tulchin murió. De esta manera, se pudieron conseguir las 50 horas de grabaciones que muestran actuaciones de grandes iconos ante 300.000 personas.
Actuaciones musicales que, junto a entrevistas, recuerdan 52 años después la importancia de una fiesta revolucionaria que, en su momento, no pudo ser televisada.