- Roman Novák, un ciudadano de la localidad de Jeseník, en República Checa, salió a recolectar setas en un bosque cercano a su casa y se topó con una espada de 3.300 años de antigüedad, de la Edad de Bronce. “Le di una patada y descubrí que era una hoja, parte de una espada. Después de un tiempo volví allí, cavé un poco más y encontré un hacha de bronce”, explicó Roman. El jefe del departamento de arqueología del Museo de Silesia, Jiri Juchelka, explicó tras la exploración de los objetos, que es probable que no fueran utilizados como arma de guerra y que probable se concibieron cercanos al lugar donde fueron hallados. “Las pruebas muestran un gran número de pequeñas burbujas dentro del arma, lo que sugiere que la espada no se usó en combate, sino que tenía un valor simbólico”, afirmó Juchelka.
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