Nueva York - Miles de fanáticos de los cómics se dan cita desde el jueves en Nueva York, en una nueva edición de la Comic Con de la Gran Manzana, donde este año tienen especial protagonismo las series de televisión. La esperada adaptación televisiva de Watchmen que está a punto de estrenar HBO, la Star Trek: Picard que emitirá el año próximo la CBS o la nueva Batwoman de CW son sólo algunos de los títulos que aprovechan la Comic Con para disparar el interés de los aficionados con pequeños adelantos o paneles de discusión.

La coincidencia de la cita en el calendario con la temporada alta de estrenos televisivos en Estados Unidos hace que muchos estudios desembarquen en el Javits Center de Nueva York en plena promoción de sus nuevos productos. Plataformas como Netflix y Apple TV+ presentarán también algunas de sus últimas apuestas de ciencia ficción, un ámbito que sigue creciendo con más y más títulos. Entre los protagonistas de la Comic Con este año destacan dos rostros conocidos del universo cinematográfico de Marvel, los actores Tom Hiddleston y Paul Rudd, que estarán en Nueva York para atender a sus admiradores. Pero como es habitual, las grandes estrellas de la cita son los miles de fanáticos que acuden disfrazados de sus personajes favoritos a esta convención y que, pese al mal tiempo, ya llevan desde la jornada inaugural el colorido al extremo oeste de la isla Manhattan, donde se celebra la reunión hasta mañana.

Desde su nacimiento en 2006, la Comic Con neoyorquina se ha consolidado como el mayor evento de este tipo en la Costa Este de Estados Unidos, aunque sigue estando lejos de la influencia de la convención que acoge en julio San Diego, en California. Según los organizadores, en la edición de 2018 la cita de Nueva York atrajo a más de 250.000 participantes interesados en los cómics, los videojuegos o las películas de ciencia ficción.

‘watchmen’ La nueva serie de HBO, inspirada en la novela gráfica Watchmen y que han bautizado con el mismo nombre, se enfrenta al que su creador, Damon Lindelof, ha descrito como un supervillano imposible de vencer: la supremacía blanca. “Una de las características de Watchmen es que tienes a héroes bien intencionados luchando y un malo invencible, y sentí que la supremacía blanca era merecedora de ese papel”, explicó Lindelof en una entrevista con Efe.

Responsable de ficciones de enorme impacto como Lost (Perdidos), este productor y escritor propone una realidad alternativa en 2019, treinta años después de la historia que cuenta el cómic original, en la que una organización racista ha iniciado una oleada de ataques contra las fuerzas de la ley, que se ven obligadas a ocultar sus rostros. Un argumento que no ha elegido por casualidad: “Creo que la supremacía blanca es un gran problema, no sólo en EE.UU. sino en todo el mundo. (...) Es una plaga, una enfermedad de nuestra sociedad”, opina Lindelof. Este Watchmen, como ha aclarado en varias ocasiones, no es una copia de la icónica obra de Alan Moore, que el propio Lindelof ha descrito de “sagrada”, sino una adaptación que introduce nuevos personajes y que se plantea en un escenario completamente distinto. Porque la serie, que llegará a la pequeña pantalla estadounidense el 20 de octubre, sucede en un 2019 paralelo en el que el actor Robert Redford es el presidente más longevo de EE.UU., desde 1992, y no existen ni los teléfonos inteligentes ni internet.

Igual que el cómic de Moore tenía como escenario las tensiones ante una posible guerra nuclear entre EE.UU. y Rusia, la serie de HBO también toma como inspiración las dificultades que atraviesa actualmente la sociedad, como el racismo. “Creo que es muy bueno que una historia en un universo paralelo apunte cuáles son los problemas de la sociedad”, opina el actor británico Jeremy Irons, que interpreta al personaje inspirado en Ozymandias. “Me parece bien que las historias que sean inmensamente entretenidas también alimenten la mente”, añade. El ganador de un Oscar confiesa que las producciones de superhéroes no son lo suyo, pese a haber participado en un par de películas de este estilo en los últimos años, pero revela que decidió apuntarse a este proyecto por la pasión mostrada por Lindelof. “Tenía tal entusiasmo y una imaginación tan viva y tan amplia que me sentí inmediatamente atraído a la idea de formar parte de ello. No sabía nada de Watchmen, aseveró Irons, que dice no poder comparar la serie con ningún otro show del mismo género. “No veo películas de superhéroes”, agregó.

riesgo Pero para el responsable de esta serie de HBO, una de las más tempranas de esta temporada, su relación con este cómic es muy distinta. “He vivido una historia de amor con Watchmen desde que tenía trece años, cuando mi padre me pasó el cómic”, apunta el creador, que dice haber aprendido todo lo relacionado con la narrativa de esta obra por lo que no podía “decir no a la oportunidad de devolver esta deuda”.

Lindelof apunta que se ha arriesgado con un “reflejo de los tiempos que vivimos a través de un prisma que ya entendía y amaba”, como es la obra de Moore, aunque se ha mostrado preocupado por la recepción de su versión. “Me lo he cuestionado todos los días. Espero desesperadamente haberlo hecho bien, me preocupa que probablemente lo haya hecho mal, pero no lo cambiaría por nada”, zanjó el productor, que ha recibido críticas después de que Moore afirmara públicamente que no quiere estar vinculado de ninguna forma al proyecto.