Gasteiz - Hace 51 años sonaba con fuerza un tema que ha sido cantado por varias generaciones y que fue la canción del verano de 1968. “Tengo miedo al avión/también tengo miedo al barco? Si construyeran un puente/desde Valencia hasta Mallorca?”. Helena estaba entonces dispuesta a pasar el charco sin necesidad de tomar el barco: caminando, en bicicleta o en autostop. Era su voz la que entornaba El puente. Tenía entonces tan solo 20 años, el tiempo ha pasado, pero no las ganas de seguir en el escenario. Estará en Barakaldo actuando en fiestas del Carmen dentro de dos semanas. Tiene sueños por cumplir, canciones por ofrecer y el deseo de no retirarse hasta los 80 dándole fuerte al rock, “pero al rock duro. Es lo que me gusta a mí”, dice riendo.
Toda una vida cantando?
-Vivo cantando. Primero me salieron los dientes, después empecé a hablar y después a cantar, y cantando sigo.
Usted ha sido, es una cantante profesional, ¿por qué le da por presentarse a un concurso como La voz senior?
-Quizá como vivencia. Hay un compendio de razones. Dudé mucho, pero luego pensé que no tenía nada que perder. Yo me encuentro muy segura de mí misma y quería reivindicar que se necesitan personas más adultas dentro del mundo de la música, necesitamos un espacio, y últimamente es difícil que nos lo otorguen, quizá por edad.
Jugaba con ventaja.
-Ja, ja, ja? En La voz he tenido rivales muy buenos. Sabía que si lo llevaba bien iba a ilusionarme de nuevo y me iba a aportar cosas buenas.
¿Tuvo miedo?
-No, en general no. Lo único que me dio un poco de miedo fue lo de la audición a ciegas. He estado fenomenal, el equipo ha sido fantástico. Soy valiente y es el único reto que me marco en esta etapa de mi vida.
Los mismos. Hagamos una visita al pasado.
-Estuve con ellos desde el 63 al 80, luego volví y después continué mi carrera en solitario.
Por el camino nos hemos dejado olvidados a muchos cantantes y grupos de esa época y, sin embargo, sus canciones siguen en la memoria de la gente.
-Todas las canciones están en la memoria de muchísima gente, pero tu cara no. No hay muchos programas de televisión dedicados al mundo de la canción, y más para la gente mayor, no tenemos cabida en ningún sitio. Yo me he dado cuenta de que hay muchas personas que conocen mis canciones y no me conocen a mí, no saben qué cara tengo.
¿Ha dejado alguna vez de cantar?
-Cuando no me contratan? Ja, ja, ja. Mi vida es la música.
¿Ha podido vivir bien de la profesión?
-Hay quien me ha dicho que fue un error que dejara el grupo en 1980. Lo dejé con casi 100 galas firmadas, me obligaron a volver y hacerlas. Tengo que reconocer que ha sido muy duro. Como solista nadie me ha marcado bien el sitio y no he tenido apoyo externo. Me refiero a discográfica y a oficina de managament. Todo lo he hecho yo sola. Me he producido los espectáculos, los discos, las ideas, los guiones?
¿Por qué dejó a Los mismos?
-Por reivindicar que en la música hay que evolucionar y no vivir de las rentas. Ha sido duro, muy duro. Yo dejé una vida fácil y me quedé sola. Muy duro, sigue siendo duro intentar permanecer en el mundo de la música.
Un mundo que ha cambiado mucho.
-Muchísimo. Es lógico, somos muchos los que queremos vivir de cantar, los medios son diferentes, las redes lo mueven todo y ha cambiado la forma de componer, de actuar, de dirigir un espectáculo? Ya no estamos viviendo en el mismo mundo que cuando yo empecé.
En las décadas en las que usted actuaba con Los mismos, los cantantes y los grupos duraban más que una canción de verano. Ahora sale un éxito y a los dos días nadie se acuerda de quién cantó esa canción.
-Todo es muy efímero. Hay demasiada producción. El negocio de la música es muy distinto al de otras décadas. Ahora el producto sale, se hace una promoción muy grande y luego desaparece. Lo que tienen que hacer los cantantes y grupos de ahora es que una vez que se acaban esas campañas de promoción es saber dirigir la carrera y el trabajo para poder seguir viviendo de la música y no desmoralizarse, aunque no se consiga ser un número uno.
Sus canciones siguen sonando fuerte, igual que las de otros grupos que coincidieron con Los mismos.
-Durábamos más por varias razones. Éramos menos, la promoción la ibas haciendo emisora por emisora; ciudad por ciudad? Todo era diametralmente opuesto a lo que hay ahora y la producción discográfica era mucho menor, ni color. Lo difícil es que sigan recordando nuestra música con todo lo que hay ahora.
Ahora a través YouTube podemos escuchar las canciones del pasado. ¿Siente nostalgia cuando mira hacia atrás?
-No, para nada. El pasado no me hace sentir nostálgica, son cosas que he vivido en cada momento. Ahora mismo, con esto de La voz tengo una gran ilusión y el pasado no existe. Estoy aquí y cada mañana soy una mujer nueva. Mi marido, Guillermo (Antón), me dice: Qué suerte tienes, por la noche neutralizas todo, lo bueno, lo malo y lo regular.
Aunque no sea nostálgica, ¿qué canciones de ayer le suenan en la cabeza?
-El puente, es la que me ha dado la fama hasta ahora, y Ato una cinta amarilla alrededor del viejo roble. Pero también tengo una producción buenísima de composiciones que hemos grabado Guillermo y yo. El día que me lo pueda permitir y tenga dinerito para remasterizar todo, van a flipar de los temas tan bellos que tengo a dúo con él.
¿Van a hacer gira los de La voz senior?
-Supongo, pero yo por si acaso he seguido cerrando fechas para trabajar por si la gira se retrasa. Nosotros, Guillermo y yo, estamos en activo, no mucho, pero queremos seguir manteniéndonos con la música, por el momento.
Canción romántica, canción pop?
-Todo pop y muy rockero. Tengo temas grabados muy rockeros. Quiero terminar con 80 años cantando rock, pero rock duro. Eso es lo mío. Mi última etapa tiene que ser lo que es mi alma, rock duro. Ya te he dado el titular, ¿no?
Es de agradecer. ¿Qué edades tiene la gente que va a verla a sus conciertos o espectáculos?
-Te sorprenderías, pero va a verme gente de todas las edades. ¿Sabes qué público me pone más nerviosa y salgo preocupadísima al escenario a luchar para ver si les conquisto o no? Los mayores.
Aquellos que conocen sus canciones, ¿no?
-Exacto, la gente de setenta años, setenta y algo? Piensas que van a querer oír lo clásico, pero luego no. Aunque tengo que reconocer que la franja de edad que más me gusta es la de los 30 a los 60.
Veo que la edad no le pesa.
-Qué va. De momento no, en ningún aspecto de mi vida y eso que esta carrera de mi vida es dura. Y si me pesara, me haría un lifting de cara y otro de alma?
¿No se ha hecho ninguno de los dos?
-Ja, ja, ja? Hacerse un lifting de alma es importante para que no diga: Esta mujer, con lo guapa que está y es una amargada. Esto solo te lo digo a ti para que no se entere nadie.