madrid - Ginés García Millán es uno de los actores más versátiles de la televisión y el teatro. En televisión le podemos ver los miércoles dando vida a “un sicario sentimental”, según define él mismo a su personaje. Está encantado y sorprendido a partes iguales por la respuesta de los espectadores a Matadero, un thriller costumbrista centrado en un pueblo imaginario de Zamora, Torrecilla. La aparente vida normal y rural se ve sacudida por la irrupción de dos asesinos a sueldo, uno de ellos es Pascual, el personaje que interpreta García Millán, contratados para vengar deudas de todo tipo.
Triunfando en ‘Matadero’.
-Como es costumbre, en ello estamos. Ja, ja, ja? Estamos encantados de que la serie guste a los espectadores. Al menos en los dos primeros capítulos se han registrado buenos resultados y eso es buena señal.
¿Ha sido una sorpresa que los resultados sean tan positivos?
-Los resultados siempre te sorprenden para bien o para mal porque nunca sabes qué es lo que va a pasar. Había expectación por la peculiaridad de la serie y por ver cómo encajaba en abierto. El creador (Daniel Martín Sáez de Parayuelo) ha hecho la serie que quería hacer, sin concesiones. Que el público la haya recibido tan bien es una alegría para todos.
¿Cómo ve a Pascual, su personaje?
-Es delicioso y, aunque parezca lo contrario, es muy creíble. Si algo tiene la serie es que a los personajes terminas queriéndolos.
¿Aunque el suyo sea un sicario?
-El desarrollo del personaje va a ser maravilloso, defino a Pascual como un sicario sentimental.
¡Vaya! Sentimental no es el término que aplicaría a un sicario.
-Ja, ja, ja? A simple vista no. Pero todavía tiene la opción de salvarse por amor, lo que no sé es si lo conseguirá; lo va a intentar, de eso estoy seguro.
Pascual es murciano y usted también. ¿Un guiño de los guionistas?
-El personaje estaba escrito para mí. Con el creador comenté muchas cosas de Murcia, de mi tierra, de los personajes que hay por allá. Estuve a punto de no poder hacerlo y estaba disgustado, yo tenía un compromiso con el teatro, al final se pudo arreglar. Es un regalazo de la vida.
¿Qué tiene entre manos?
-Ahora mismo nada en televisión. Terminamos el año pasado la grabación de Matadero y ahora estoy de gira con teatro, con Tío Vania. Con esta obra iré dentro de poco a Basauri, y ahora toca esperar a ver si salen otros proyectos.
Ha hecho varias series seguidas.
-Sí. No ha estado nada mal, La verdad, La catedral y Matadero. Tú haces una serie y no sabes cuándo se va a emitir. No es que grabemos los trabajos seguidos, pero según cómo se emitan coinciden aunque haya pasado un año entre una gración y otra. Hay mucho tiempo entre La verdad y Matadero, pero casi han coincidido en emisión.
Sobre todo porque ‘La verdad’ fue una serie que tardó mucho en estrenarse.
-Tardó en estrenarse y tardó mucho en terminarse, fue una serie que se alargó mucho tiempo, tuvo dificultades.
¿Molesta que se tarde tanto tiempo en emitir?
-Los actores no tenemos nada que ver, la emisión o no emisión una vez grabada, corresponde a la cadena. Ahí sí que nosotros, los actores, no tenemos ninguna culpa.
0-Creo que es acertada esa denominación. Hay muchos ingredientes que han llevado la historia a ese punto. Es el cine que le gusta al creador y que casa bien con la televisión. Es un thriller costumbrista, es ibérico.
¿Podría ser verdad la historia o en este caso la ficción supera a la realidad?
-Creo que es al revés, que la realidad siempre supera a la ficción. Si algo tiene la ficción es que embellece la realidad. En el caso de Matadero el embellecimiento de la realidad está en el sentido del humor. El sentido del humor es lo que nos viene muy bien a todos en estos tiempos.
¿Ve la posibilidad de que con el éxito que está teniendo puede haber segunda parte?
-Puede. Queremos que haya más temporadas. Es una historia cerrada, digamos que es lo que pasa aquí en Torrecilla, en este idealizado pueblo zamorano y cuando acabe la serie acabará esta historia.
¿Entonces?
-Lo que ahora está viendo el espectador tiene su fin ahí, en ese pueblo, eso es así. Creemos que Matadero puede tener una marca y el director está dando vueltas para hacer otra historia en otro pueblo. Vamos a ver si el público nos lo permite. Se trataría de otro relato, en otro lugar, pero con el sello Matadero.
¿Y usted seguiría ejerciendo de sicario?
-No lo sé, pero te lo pasas bien haciendo ese personaje.
No me diga que lo de empuñar la pistola le ha gustado.
-En ficción sí. Ya te he comentado que en el fondo Pascual es un sentimental y el amor lo puede todo.
Sí usted lo dice. ¿Qué tiene de Pascual Gines?
-El acento de Albacete para abajo. Soy bilingüe.
¿Habla inglés o francés?
-Ja, ja, ja? hablo castellano-murciano; murciano-castellano. ¿Qué te parece?
Interesante. Hablemos de ‘Tío Vania’.
-Es uno de los textos más hermosos del teatro universal. Cualquier actor desde que empieza a hacer la carrera de Arte Dramático ha querido hacerlo. Es un personaje que habla de la vida, del dolor, del tiempo perdido, de la frustración, del alcohol?
¿Un personaje maldito?
-Un personaje que llega al alma y al que le das tu alma. Cuando con cierto oficio, con dolores y cicatrices de la vida te viene Tío Vania, tocas el cielo. Me ha llegado este personaje en un momento estupendo. Me ha hecho crecer como actor y como persona.
¿Qué tiene Chejov que atrapa a la mayoría de los actores?
-Que habla de la vida. Un texto de Chejov te hace disfrutar cuando lo estás viendo, leyéndolo o poniéndolo en escena. Lo que ha escrito Chejov nos tocan dentro; nos hacen reflexionar y nos obligan a hacernos preguntas con sus propuestas. Nos vemos reflejados en sus personajes y eso es lo que tienen los grandes textos.
Uno de los personajes que ha interpretado repetidas veces es el de Don Juan Tenorio.
-Hay dos personajes que he hecho varias veces y en diferentes momentos de mi vida, uno de ellos es Don Juan Tenorio y otro es Hamlet.
¿Qué se siente más, Juan Tenorio o Hamlet?
-Depende en qué momento de la vida. Ja, ja, ja. Creo que si hiciéramos un cómputo, me sentiría un poco más Hamlet que Tenorio.
¿Teatro clásico frente a contemporáneo?
-Teatro a secas. Comencé haciendo teatro clásico en la escuela. Yo empecé la casa por el tejado y mi primer texto fue Hamlet. Tengo cierta querencia al teatro clásico, son textos que nos exigen mucho a los actores, son textos que cuentan la vida por muy antiguos que sean. En el teatro contemporáneo hay creadores muy buenos y se están haciendo representaciones muy interesantes.
¿Qué lugar ocupa el cine en su vida?
-Estoy a la espera de que me llegue ese personaje con el que pueda mostrar el actor que soy. Creo que llegará y mientras hago ese personaje de cine, hago otros de televisión y teatro. El cine nos cuesta un poco más, seguiré esperando.