EL mes que viene asomaráal mercado la última remesadel CR-V. Quizá no loparezca, pero se trata de un cocheabsolutamente nuevo. Honda aplicala vieja táctica de ‘cambiarlo todopara que nada cambie’ y reconsideraa fondo el veterano proyecto SUV,que ya va por la quinta generación.El objetivo de dicha recreación esconsolidarlo como lo que es, uno delos mejores productos de su especiey, de paso, convencer de ello al granpúblico. El inminente CR-V intensifica la habitabilidad, una de susgrandes cualidades, y añade unavariante con siete plazas. Honda loanima con el mismo bloque de gasolinadel Civic, al que en 2019 acompañaráuna alternativa híbrida; daa elegir tracción delantera e integral,transmisión manual y automática.
La tarifa parte de 29.900 euros.La firma japonesa abre el capítuloestético del CR-V con un punto yseguido. El modelo, que está construidosobre una plataforma completamentenueva, respeta fielmenteel estilo de la entrega anterior.
Tanto que se hace difícil distinguirambas entregas. La siguiente retocalevemente el frontal (grupos ópticos,escudo y parrilla activa), perfilandomás los pasos de rueda y elcontorno del capó. Las proporcionesson semejantes: repite los 4,60metros de eslora, rebaja la alturamedio centímetro, estira algo másde tres la anchura y otro tanto la distanciaentre ejes. También aumentala distancia libre al suelo: 191 milímetrosen la variante 4x2 y 201 enla 4x4. Fruto de esas variaciones, unojo bien entrenado detectará en laedición venidera algo más de aplomo,músculo y esbeltez.
La cabina brinda un plus de espacioa sus inquilinos, en especial a losde las plazas traseras, que disponende mayor distancia para las piernas.Además, en la configuración de sieteplazas, sus asientos pueden deslizarlongitudinalmente la banqueta.Cuando se utilizan las dos plazassuplementarias y encastrables de latercera línea, aptas para los usuariosmás ágiles y menos corpulentos,los 561 litros del maletero sequedan en 150. El acceso a ese huecose realiza a través de un portónque puede tener accionamientoeléctrico remoto y que permite programarsu ángulo de apertura(recurso muy útil al estacionar anteun obstáculo).
La ambientación del nuevo CR-Vtambién es coherente con el estilode la marca. La concepción interiorno rompe moldes estéticos peroresulta grata a la vista; proliferanlos materiales plásticos de ciertacalidad y buen ensamblaje, lo quehace que el conjunto transmita unasensación de sobria pulcritud.Obviamente, esa impresión seintensifica en los acabados másambiciosos de los cinco propuestos.En ellos, el modelo disfruta detodas las sofisticaciones tecnológicas,de seguridad y confort exigiblesa cualquier producto contemporáneode su entidad y precio.
Honda estima que las variantesmás solicitadas del CR-V, que arrancapor debajo de los treinta mileuros, serán las que cuestan entre32.000 y 34.000 euros.
Los movimientos del CR-V competena la labor del motor de gasolinaVTEC Turbo de 1.5 litros, único previstoen principio tras la renuncia amontar un diésel. Honda ha readaptadoa las necesidades del todocaminola sobrealimentación por turbocompresorde este bloque, estrenadocon el Civic. Curiosamente, elpropulsor presenta dos niveles derendimiento diferentes: suministra173 CV en combinación con la cajade cambios manual de seis marchasy 193 cuando se vincula a la transmisiónCVT de variación continua.El objetivo es igualar las prestacionesde una y otra configuración. Laprimera está disponible con los dostipos de tracción; la segunda solamentecon 4x4.
Las credenciales oficiales delmodelo muestran cifras de rendimientoparejas. La interpretacióncon tracción delantera y cajamanual es algo más ágil y veloz quela automática AWD de cuatro ruedasmotrices. Marca una aceleración0-100 km/h de 9,2 segundos,frente a los 10 de la otra; la ventajaen velocidad punta es de 210 a 200km/h. Algo parecido sucede con losconsumos y emisiones de CO2homologados, menos contenidosen el 4x4: 7,1 litros y 161 g/km, frentea 6,3 litros y 143 g/km.