bilbao - Lleva más de medio siglo delante de un micrófono, 51 años, tres décadas las ha pasado en Pompas de papel. A esta extensa trayectoria radiofónica hay que sumarle 22 años consiguiendo que la gente se enamore del cine a través de La noche, un espacio que no ha faltado nunca a su cita semanal con sus fieles espectadores. Es el programa de entretenimiento en emisión más longevo de Euskal Telebista y también de otras cadenas del Estado. Linares es un gran conversador, el mes pasado cumplió 70 años y sigue sintiendo el mismo entusiasmo por su trabajo que hace 10 o 20 años.
30 en ‘Pompas de papel’ en Radio Euskadi y 22 en televisión con ‘La noche de’. Lo suyo es de récord.
-Ya ves qué pesado soy, 30 años y aquí estoy dispuesto a seguir tanto en la tele como en la radio.
¿No se ha aburrido?
-Afortunadamente, tengo cosas con las que no me aburro nunca y, a mayor satisfacción, esas cosas componen también mi trabajo.
Cine en televisión y libros en la radio.
-Puede decirse que es así, pero en la radio hablo también de teatro, de cómic, de cine y de música cuando puedo. El cine es una reunión de todo: música, literatura, es lo más completo. Sería la natación de la cultura por aquello de que la natación es el deporte más completo.
Pero el cine en la radio?
-?Es más difícil de mostrar. La palabra la puedes utilizar muy bien en la radio.
La literatura parece que no casa bien en la televisión.
-Ha habido programas, hay alguno; pero es más difícil, generalmente se limitan a entrevistar a los autores en los programas o a poner imágenes que vayan más o menos de acuerdo con los textos que se van a leer. Pienso que el cine en la tele está bien y la literatura en la radio está requetebién.
22 años en ‘La noche de’. ¿No se siente un infiel respecto a la radio?
-No. Recuerda aquello que cantaba Antonio Machín: Y ahora puedes tú saber cómo se pueden querer dos? Son cosas complementarias, no pongo nunca a una por encima de la otra; le dedico el mismo esfuerzo a la una que a la otra. Puedo pensar que la radio es más personal porque acabas haciendo programas más a tu bola.
¿Más fría la televisión?
-No. Está más controlada, trabajas dentro de un equipo. En la radio puedes tener un día espectacularmente divertido, lo dudo en mi caso?
¿Lo de divertido? No diga eso.
-Digamos que estás más gracioso de lo habitual y te sale un programa gracioso o si estás un día afectado por cualquier motivo, te sale un programa más triste o melancólico; es lo que, en definitiva, transmites al oyente.
Ya sé lo que me va a decir, pero escoja: radio o televisión.
-Me pones en una situación? La televisión tiene mucha mayor difusión y, en este punto, todos somos un poco como García Márquez que decía que escribía para que le quisieran y nosotros trabajamos en los medios para que nos vean, nos lean o nos escuchen. Hay mucha más gente viendo la televisión que escuchando la radio; Está claro que La noche de tiene más audiencias que Pompas de papel.
Así que se queda con la televisión.
-Ja, ja, ja? Por ese prurito que siempre tenemos los artistas, alimenta el ego y seguramente me quedaría con la televisión. Pero si tuviera que elegir el medio perfecto para hacer pequeñas cositas, está la radio. Pero la televisión te da más difusión, así que sí, me quedó con ella.
No pensaba que le gustara alimentar el ego o que lo tuviera siquiera.
-Vamos, tengo un ego infladísimo? El ego es inevitable en cualquier persona que trabaje con este tipo de materiales, no solo porque se le contagie el ego de los autores, se va cultivando ese ego a lo largo de los años.
No le pega nada tener un ego infladísimo.
-Pienso que el ego es bueno. El ego mal utilizado te puede llevar a situaciones ridículas y a hacer el capullo claramente; pero el ego te impulsa también a hacer las cosas mejor, a ser más perfeccionista, a decir que lo que lleva mi sello, mi firma, tiene que estar bien hecho. A lo mejor me paso ahora mismo de ego con estas declaraciones. Una conveniente dosis de ego te lleva a hacer mejor tu trabajo.
Acaba de cumplir 70 años, no sé si le molestará la pregunta pero ¿cuándo se jubila?
-No tengo fecha, sinceramente?
Así que no tiene usted caducidad temporal, es más bien perenne.
-Ja, ja, ja? Exacto. Soy algo así como: Consumir preferentemente antes de, pero se puede seguir consumiendo después. Supongo que habrá un factor clave que lo dictará y será el cansancio; eso llegará el día que de repente no pueda sobrellavar todo, es bastante lo que hago, entonces, no sé si parcial o totalmente, llegará el momento de coger el caballo, por utilizar una imagen muy cinematográfica, y avanzar hacia el sol poniente en despedida.
¿Será un drama?
-No. No hago un problema de ello. En estos momentos, no aprecio diferencias de rendimiento con mi trabajo de hace 10 o 20 años y me divierto con ello. Las circunstancias no han cambiado y yo no voy a dar un cambio definitivo a las cosas.
Es culpable de que varias generaciones se haya convertido en ‘viciosas’ del cine. ¿Es también culpable de que mucha gente se haya aficionado a los libros por escucharle a usted en ‘Pompas de papel’?
-Sí, y me parece muy bien. En este sentido, no me parece mal difundir el llamado vicio de la cultura. Tanto los libros como el cine hacen felices a la gente; uno no va al cine para sufrir ni se pone a leer un libro para soportarlo malamente. Si se sufre, lo normal es salirse del cine o dejar el libro, son cosas para disfrutar y no para sufrir. Si yo puedo ayudar a alguien ofreciendo detalles de un libro o una película, lo haré siempre.
¿Hace spoilers?
-No, eso no, nunca voy a desentrañar la intriga. Hablo del autor o ante una película puedo decir que el director hizo una película estupenda. Trato de dar datos que a lo mejor a un oyente o a un espectador le han pasado desapercibidos.