MADRID. Este telescopio, propiedad de un consorcio integrado por la Universidad de California, el Instituto Tecnológico de California (Caltech), los observatorios nacionales de China y de Japón y otras entidades de Canadá e India, costará 1.400 millones de dólares y será el instrumento de observación más potente construido jamás.
Inicialmente, la 'batalla' para acoger el telescopio se centró en dos opciones: el Cerro Amazones, en Chile, y el monte Mauna Kea, en Hawai.
Tras varios informes de evaluación ambiental, financiera e incluso de impacto cultural, en julio de 2009, el consorcio del TMT seleccionó al volcán hawaiano para albergar la instalación astronómica.
Pero en 2014 las obras de construcción fueron paralizadas después de que un grupo de nativos hawaianos protestase contra el proyecto que, a su juicio, se levantará en una montaña sagrada.
A partir de ese momento, la isla de La Palma fue señalada por los promotores del TMT como una alternativa viable para acoger a este gran telescopio óptico. Es el plan 'B' del TMT.
Y ¿de qué depende que se construya en Hawai o en España?
Para que el telescopio se ubique en el archipiélago estadounidense, sus promotores necesitan la autorización de la Junta de Tierra y Recursos Naturales hawaiano, un organismo que engloba a todos los agentes sociales y cuya decisión es vinculante.
Su decisión llegó hace pocos días: el consorcio promotor del Telescopio de Treinta Metros puede construir esta infraestructura científica en el monte Mauna Kea.
"Ha sido un largo viaje para llegar hasta aquí y seguimos comprometidos con el avance de la ciencia mientras que beneficia a la comunidad de Hawaii", señalaba el consorcio en Twitter.
"El TMT se compromete a respetar la larga historia y el significado cultural de Mauna Kea para el pueblo hawaiano, y estamos agradecidos de que este proceso haya permitido a todos la oportunidad de ser escuchado", indica.
Sin embargo, aunque esta decisión aleja las posibilidades de la isla canaria de La Palma para albergar esta instalación en el complejo astrofísico del Roque de Los Muchachos, fuentes conocedoras del proceso han asegurado a Efe que "aún no hay nada decidido" y que La Palma sigue siendo el plan B para el telescopio.
"La complejidad del proceso y las múltiples circunstancias que pueden darse siguen haciendo perfectamente viable La Palma como alternativa", según las mismas fuentes.
Y es que, de hecho, los promotores del TMT aún necesitan otro permiso antes de cantar victoria: el de la Corte Suprema de Hawai, cuya resolución está prevista para abril de 2018.
Mientras, y por si la decisión es contraria, los promotores del TMT no han dejado de estar en contacto tanto con el Cabildo insular como con los representantes de todos los sectores de la isla (turismo, educación...) para ofrecer contraprestaciones sociales y económicas a la población palmera.
El objetivo es "tener el sitio adecuado para comenzar la construcción en abril del año 2018 si Mauna Kea no fuera factible", dijo el director ejecutivo del TMT, Ed Stone tras firmar un acuerdo entre el consorcio y el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC).
El acuerdo, con una vigencia de 75 años, incluye el derecho de construcción y operación, uso del suelo y acceso a las infraestructuras y servicios comunes, así como a las sedes astrofísicas del IAC en La Palma y Tenerife.
A cambio, España recibirá el 10 por ciento del tiempo de observación, una vez que el TMT esté operativo.
Una vez construido, el TMT permitirá a los astrónomos detectar y estudiar la luz proveniente de las más tempranas estrellas y galaxias, analizar la formación de los planetas en órbita alrededor de estrellas cercanas, y poner a prueba muchas de las leyes fundamentales de la física.