madrid - Loles León (Barcelona, 1950) está más que encantada de trabajar de nuevo con los hermanos Caballero, atrás quedan los problemas que surgieron cuando grabaron Aquí no hay quien viva. En La que se avecina es un personaje extravagante -tampoco hay en la serie alguno que no lo sea-, muy amiga de su hija, Yoli, personaje interpretado por la actriz vasca Miren Ibarguren. Ambas forman una buena pareja y “estamos dispuestas a armarla”, dice la catalana convencida. Su vida es pura comedia en la televisión y se pone más seria en teatro cuando le da al drama a conciencia. Esta serie había sido muy promocionada durante el segundo y tercer mes de este año y mientras los fans esperaban con impaciencia, la cadena iba dando largas. Confiesa que antes de estar en esta comedia pasó dos años muy malos, ahora sabe algo: “no trabajo para hacerme rica, yo trabajo para compartirlo todo con mi agente el señor Montoro”, dice con mucha resignación y una pizca de sentido del humor.

Una nueva temporada que se ha hecho esperar mucho tiempo, ¿no le parece?

-Cuándo se emite es cosa de las cadenas. Tenía muchas ganas de verla, hemos hecho una temporada magnífica, una temporada que va a gustar. Además, estamos Menchu y Yoli, madre e hija, propietarias de un piso en Montepinar?

Y seguro que piensan en liarla un poco más.

-Pues sí. Va a ser una tanda de capítulos muy potente. Van a estar bien todas las tramas, ahora están las dos con todos los vecinos.

Vamos, como para ir a vivir a Montepinar...

-Y por qué no, que venga la gente. Nosotros aprovechamos a todo el que viene, al que venga le sacamos una trama. Ahora a Menchu le va viniendo toda la familia, ha llegado Pepa Rus, que es la sobrina, y es una sobrina que déjatela ahí.

¿Viviría con unos vecinos como los de esa comunidad?

-Hay vecinos en la vida real que pueden parecerse. La diferencia es que todos juntos, igual de locos, no sería una comunidad, sería un manicomio.

Usted, ¿qué tal vecina es?

-Yo de las buenas, molesto poco. Ni se me oye. Ya me desfogo en Montepinar. Llego a casa muy relajada

El retorno a la comedia televisiva...

-Nunca había dejado la comedia en televisión, donde no estoy nada cómica es en el teatro. Ahora trabajo en ¡Oh Cuba! y ahí sí que estoy muy dramática.

¿Le cuesta cambiar de registro?

-Me sale natural. Los expertos siempre dicen que una actriz cómica puede interpretar un papel dramático con mucha facilidad.

¿Y viceversa?

-Parece, dicen, que eso es más difícil.

¿Es más difícil la comedia que el drama?

-Es diferente, pero tienes que tener algo cómico por dentro, tienes que tener un talento de comicidad y sin él es difícil que te salga natural. Hay actrices que tienen las dos cosas.

¿Se ha sentido encasillada en sólo comedia?

-Claro, estoy más que encasillada. Por eso estoy haciendo Oh Cuba, quiero darme una oportunidad y darla también a todos los profesionales para que vean que llevo adelante con mucha profesionalidad lo del drama y la poesía.

¿Le ha resultado duro meterse con textos de Lorca?

-No, me está saliendo muy bien. Fue difícil de ensayar, es muy densa. Es la poesía que hizo Lorca tras los 95 días que estuvo en Cuba. Me he tenido que encerrar tres meses para conseguirlo, pero una vez que me he hecho con el texto creo que me está saliendo muy bien, los disfruto mucho y hemos batido récord de asistencia de público. Es un espectáculo de música y danza, soy la única actriz e interpreto al duende lorquiano de Cuba.

¿Es disciplinada cuando tiene un proyecto entre manos?

-Mucho, soy una reina en el plató. A lo mejor cuando salgo del plató no soy tan reina... Soy disciplinada, muy seria y muy estricta. No lo parece pero me gustan las cosas bien hechas y que haya responsabilidad, profesionalidad.

Me imagino que le entrará la risa muchas veces cuando están grabando.

-Bueno, por mí no paran. Punto, lo dejo ahí.

¿Qué tal son las relaciones entre Menchu y Yoli y entre Loles y Miren?

-Hacemos una pareja que parece que somos madre e hija de verdad. Miren Ibarguren es una actriz maravillosa, todo terreno, que a mí me recuerda a cómo era yo de joven. Tiene un talento innato para cualquier situación. Estamos muy combinadas y muy compenetradas, salen a la primera todas las secuencias; somos muy rápidas grabando. Ella es muy profesional y siempre con los papeles bien aprendidos, somos muy buenas actrices?

Vaya.

-No es para reírse o no creérselo, es la verdad, estamos sacándolo todo adelante las dos. La gente se troncha con nosotras.

Está claro que no tiene usted abuela.

-No, ya no tengo abuela y me lo tengo que hacer todo yo sola. Nunca he presumido de nada, pero sí que presumo de esta relación de madre e hija. Me está dando muchas satisfacciones y me río mucho con ella. Miren Ibarguren se ha convertido en una amiga estupendísima, una amiga imprescindible en mi vida.

¿Ha coincidido en muchas secuencias con antiguos compañeros de ‘Aquí no hay quien viva’?

-Sí, estoy con Fernando Tejero, con José Luis Gil, Eva Isanta, Luis Merlo? Nos lo pasamos de miedo, he trabajado con todos muy bien, allí hay un ambiente divino y todo es perfecto para trabajar.

¿Qué tal trabaja con los hermanos Caballero?

-Siempre ha sido una maravilla. Ella me conoce muy bien, me conoce toda, de los pies a la cabeza, y sabe sacarme todos los resortes que tengo. Me saca un rendimiento especial. Cuando Alberto (Caballero) y todos los guionistas escriben para mí saben por dónde tienen que llevarme; son unos guiones que para mi manera de interpretar son perfectos.

¿Tiene algún otro proyecto?

-Tengo El mundo entero, es un mediometraje. Tiene 22 premios y estamos yendo a todos los festivales. Se ha reestrenado de nuevo en Madrid, estará todos los jueves en los cines Palacio de Hielo. Tengo una publicidad, la serie vuelve a grabarse de nuevo en noviembre.

Todo a la vez.

-Este oficio es así: o te mueres de sueño o te mueres de hambre. Sinceramente, prefiero morirme de sueño. De hambre también me he muerto, antes de La que se avecina estuve dos años muy fastidiada pero ahora ya he vuelto, todo parece de nuevo más normal.

¿Cómo vive esas épocas de vacas flacas?

-Con mucha intranquilidad, con mucha angustia, con desespero? Creo que todo el mundo vive igual esas épocas malas que surgen de vez en cuando. Todos somos ciudadanos que viven sus existencias con altibajos, con carencias y con problemas.

¿Es usted positiva?

-Lo soy, pero igual que el resto de los humanos, cuando las malas épocas se alargan pierdes parte de esa positividad. Pero ahora ya ha pasado todo y tengo clara una cosa, yo no trabajo para hacerme rica, yo trabajo para compartirlo todo con el señor Montoro.

Un buen compañero de viaje.

-Ja, ja, ja? Estupendo, con él al fin del mundo; él es mi agente.