LA fertilidad creativa de Mercedes-Benz no tiene freno. La casa germana se arranca ahora con un pick up dispuesto a asumir todo tipo de desafíos. La marca de la estrella denomina Clase X a esta particular reinterpretación de lujo de un proyecto transversal, que también origina productos como el Nissan Navara y el Renault Alaskan. El modelo alemán se desmarca de estos primos, con mayor vocación laboral, procurando a su vástago la tecnología y la puesta en escena propias de las berlinas de la casa. El Clase X comienza su andadura sugiriendo dos motorizaciones a gasóleo habituales, la 220d de 163 CV y la 250d de 190. Propone tres acabados, el más sencillo de los cuales se puede matricular desde 37.133 euros como turismo, o bien como vehículo profesional a partir de 27.900 euros. Este sustancial ahorro al eludir el Impuesto de Matriculación comporta inconvenientes como la limitación de la velocidad a 100 km/h y la obligación de someterse a ITV más asiduas.
El mercado de los pick up, los 4x4 provistos de caja de carga abierta en su zaga, es un coto relativamente reducido -poco más de cuatro mil unidades en lo que va de 2017-, pero en ascenso. Lo domina con claridad Toyota (Hilux), seguido de lejos por Ford (Ranger), con Nissan (Navara), Mitsubishi (L200) y Volkswagen (Amarok) a considerable distancia. La incorporación de Mercedes-Benz no va a alterar esa jerarquía. La suya es una insólita propuesta con impronta Premium, una apuesta que antepone la calidad a la cantidad. No es probable que genere demasiadas matriculaciones, aunque contribuirá a prestigiar y dar notoriedad a este concepto de automóvil total.
El Clase X adopta una única configuración de cabina doble, de cinco plazas, con zona de carga a su espalda. El vehículo ocupa 5,34 metros de largo, 1,92 de ancho, 1,82 de alto; separa sus ejes 3,15 metros y se alza del suelo 22 centímetros. El cofre para mercancía presenta unas proporciones bastante regulares (1,59 x 1,56 x 0,47 metros); cuenta con toma de corriente, iluminación y fijaciones para los bultos. Mercedes-Benz ofrece una serie de accesorios para sacar mayor partido a esta superficie, entre ellos un práctico y algo aparatoso cerramiento del vano posterior.
El nuevo modelo posee un elegante y robusto porte de todoterreno clásico. Acreditan a la perfección tal condición 4x4 las variantes dotadas de tracción integral 4Matic. Reclaman un desembolso adicional de entre 1.565 y 4.009 euros respecto a las de propulsión trasera, dependiendo de la versión y del epígrafe en el que se matricule el vehículo.
El constructor germano asigna tres acabados (Pure, Progression y Power) a esta creación sin precedentes en su libro de familia. El estilo interior y las dotaciones recuerdan mucho a productos hermanos formalmente tan dispares como el Clase C y el Clase V. Al igual que en ellos, el público puede disfrutar de las ayudas a la conducción más avanzadas, así como de un nivel de bienestar impensable en automóviles que originalmente estaban concebidos como herramientas de trabajo.
La incorporación del Clase X contribuirá a que una parte de la clientela comience a contemplar los pick up con otros ojos. El nuevo candidato constituye, más que nada, una versátil y singular alternativa a los todoterrenos Premium dedicados a actividades de ocio al aire libre (caza, nieve, hípica, etc.).