El Cayenne estrena una tercera generación sazonada por la moderación estética y el vanguardismo tecnológico que suelen caracterizar a Porsche. La casa de Stuttgart ofrece más de lo mismo en el ámbito del diseño -hay que ser un entendido para reconocer la nueva remesa al primer golpe de vista-, pero enriquece los contenidos del temperamental SUV con avanzados recursos compartidos con el Panamera. Salpicada por las consecuencias de fraude del Dieselgate, la firma se replantea ahora la decisión de comercializar los motores gasóleo de VW. Así que el Cayenne debuta con mecánicas de gasolina con 340 y 440 CV, a las que en breve sumará la de 550 caballos y luego otra híbrida. El desembolso mínimo para hacerse con esta máquina asciende a 87.579 euros.

Hace ya quince años, Porsche sorprendió a medio mundo poniendo en la calle un producto que quebraba una larga tradición de deportivos biplaza. A pesar de las apariencias -la silueta con cinco puertas y otras tantas plazas-, aquella creación que protagonizó la primera incursión en territorio de los todoterrenos no renunciaba a las esencias de la marca. Inspirado en el 911, el Cayenne era y sigue siendo, por encima de todo, un genuino deportivo. Eso sí, con coartada familiar y sentido práctico.

El lanzamiento de este coche fue considerado por los más rancios una traición al legado histórico de la marca. En realidad, el Cayenne abrió una vía de escape a la crisis que entonces amenazaba el porvenir de la compañía. Descubrió el filón comercial SUV, que ha disparado las matriculaciones de Porsche. El modelo y su derivado compacto Macan aportan hoy el 70% de unas ventas mundiales de la firma.

Este SUV pionero es un producto ideal para personas amantes de la conducción (puede mostrar reacciones vertiginosas) que, además, estimen el bienestar y la seguridad que propicia la tecnología más avanzada. Tras su puesta al corriente, el Cayenne vuelve a dar un auténtico recital es esos aspectos. Al mismo tiempo, el modelo conserva casi intacta la prestancia que lo convierte en un icono y, para buena parte de su clientela, en una impecable credencial social.

Desde el punto de vista formal, la evolución del modelo es bastante sutil. El equipo de diseño de la casa ofrece más de lo mismo, coherencia estética únicamente alterada por rasgos como unas tomas de aire frontales más grandes, grupos ópticos frontales ligeramente diferentes y popa redecorada. Otro detalle significativo de esta generación es la incorporación en el eje trasero de llantas (que ganan un pulgada) y neumáticos de superior tamaño que en el delantero; con ello se persigue mejorar las cualidades dinámicas.

La entrega actual ocupa 4,92 metros de largo y 1,98 de ancho (62 y 40 milímetros más que antes) y rebaja el techo casi un centímetro (1,70), con lo que gana un poco de esbeltez. Otra cualidad de la edición contemporánea es la pérdida de kilos, hasta 65 pese al aumento de dotaciones, gracias al empleo de aluminio en su construcción. La habitabilidad a bordo es similar, puesto que la distancia entre ejes permanece invariable (2,89 metros), si bien el portaequipajes gana 100 litros (770).

El comportamiento dinámico del modelo progresa gracias a la aportación de la suspensión neumática regulable de tres cámaras (ofrece hasta seis distancias al suelo) y del Porsche Dynamic Chassis Control, sistema electrónico que compensa el balanceo de la carrocería. Se combinan con la eficaz tracción integral activa de serie, 4D Chassis Control, en la que un control inteligente distribuye a la carta la potencia entre ambos ejes, propiciando las reacciones más adecuadas a cada superficie. En carretera actúa por defecto el programa On road; fuera de ella es posible elegir entre cuatro modos, que se adaptan a escenarios con grava, barro, arena o rocas.

El Cayenne puede contar asimismo con dirección eléctrica en el eje posterior. El sistema, semejante al disponible en el 911 y en el Panamera, fomenta un paso por curva más ágil y cambios de dirección más estables a alta velocidad. También reduce el radio de giro, lo que facilita maniobrar tan corpulento SUV entre calles.

Porsche traslada a este modelo el innovador Cockpit del Panamera, presidido por una pantalla táctil de alta definición de 12,3 pulgadas, con sistemas que permiten controlar de forma intuitiva (incluso por voz) un amplio abanico de funciones vitales del vehículo. El equipamiento de serie incluye faros LED, llantas más grandes, sistema de ayuda al aparcamiento Park Assist (delante y detrás), módulo LTE de teléfono con punto de acceso WiFi, servicios Porsche Connect y protección preventiva de peatones. Además, el Cayenne oferta las últimas sofisticaciones tecnológicas de asistencia a la conducción. Propone sistema de Visión Nocturna con cámara de imagen térmica, asistentes de cambio involuntario y de mantenimiento en el carril, que incluye el reconocimiento de señales de tráfico, así como el asistente para Atascos y el Porsche InnoDrive asociado al control de crucero adaptativo.