LAS siglas CW esconden la expresión ‘Cross Wagon’ y son la denominación que Hyundai elige para la carrocería familiar del i30. Lo que en principio era una conversión formal del envase corto, estirado para ganar practicidad, comporta una cierta promoción del modelo, que aumenta simultáneamente de tamaño y de categoría. El CW potencia algunas cualidades del revalorizado i30, si bien ambas ejecuciones comparten idénticas soluciones técnicas. La nueva silueta estilizada se vende con dos motores diésel (de 110 a 136CV) y dos de gasolina (120 y 140 CV). Cuesta 609 euros más que la de cinco puertas, por lo que su tarifa oficial abarca de 22.365 a 32.830 euros; el descuento promocional de 4.000 euros y las posibles bonificaciones por financiación o fidelidad (1.500 cada una) ponen el precio en su sitio.
La generación actual del i30, lanzada a comienzos de temporada, ha protagonizado un notable salto de calidad. El estreno ahora de esta variante CW supone, además, un aumento de cantidad. Porque la diferencia de una respecto a la otra es puramente formal, si bien hay que reconocer que el estirón confiere al coche una mayor distinción.
La nueva hechura aporta una dosis extra de versatilidad. La prolongación del voladizo trasero y la del techo hasta más atrás de la vertical de eje posterior dan mucho juego. Para empezar, hacen más respirable la atmósfera de la cabina, aunque sus proporciones no han cambiado respecto a las del carrozado de cinco accesos. Esa diferente concepción de la popa transforma radicalmente la figura del coche, que saca un gran partido al funcional y voluminoso maletero resultante.
Pero el aumento de talla comporta, sobre todo, un innegable plus de elegancia que sugiere un estatus ligeramente superior al del compacto hermano. A causa del mismo, el i30 CW se permite rivalizar con algunas de las berlinas de clase media. Soporta bien dichas comparaciones gracias a una puesta en escena y unos acabados que han progresado mucho en esta última generación recién llegada. Otro factor que contribuye de manera decisiva a la buena consideración del Hyundai es su generoso equipamiento.
La firma surcoreana con credenciales europeas pertrecha al modelo con los últimos adelantos en materia de seguridad y conectividad. Esa capacitación permite disfrutar de tecnologías como el sistema de frenada autónoma de emergencia, que alerta del riesgo de colisión o atropello y, si el conductor no reacciona adecuadamente, interviene para evitar o atenuar el impacto.
El i30 dispone, asimismo, de control de crucero inteligente, sistema que permite mantener la velocidad elegida y la distancia constante con el vehículo precedente, acelerando y frenando automáticamente en función del tráfico (actúa hasta 180 km/h). Si este se ralentiza o se detiene, aplica el freno hasta que el automóvil se para, recuperando la velocidad deseada tan pronto como la vía se despeja.
Otros dispositivos puestos a disposición del modelo son el de detección de fatiga del conductor, el que vigila el ángulo muerto, el de alerta por abandono involuntario del carril, cambio inteligente de luces, control de tráfico trasero, información de límite de velocidad, etc. La disponibilidad de estos complementos guarda una estrecha relación con las cinco estrellas EuroNcap que acaba de recibir el i30.
La clientela que se decanta por la versión CW tiene acceso también a la pantalla táctil de ocho pulgadas del moderno sistema de navegación, que ofrece características de conectividad de última generación. Del mismo modo, puede elegir entre diferentes opciones de audio, incluido el sistema con pantalla táctil LCD capacitiva de cinco pulgadas con cámara de visión trasera dinámica integrada, conectividad Bluetooth y funcionalidad MyMusic.