Mazda saca brillo al CX-5, su producto estrella. Este SUV de clase media y notables proporciones es el líder indiscutible de una gama que va conquistando cada vez más adeptos. La firma japonesa acaba de emprender la comercialización de una nueva remesa de esta estratégica creación, realzada por mejoras técnicas y estéticas. Debuta proponiendo un motor de gasolina (165 CV) y dos diésel (150 y 175 CV), así como tracción delantera e integral. El CX-5 despliega un abanico de precios entre 24.600 y 39.610 euros, importe que se puede reducir ligeramente (500 euros) si se realiza la compra a través de la entidad financiera de la propia marca.
El CX-5 no cambia lo sustancial, es decir, sus proporciones, su oferta mecánica y su posicionamiento comercial. No obstante, protagoniza una meticulosa operación renovadora, que lo dota de sólidos argumentos para encarar a la legión de rivales con la que ha de competir. Más cosmética que quirúrgica, la intervención es más un restyling que un salto generacional. Pese a todo, además del cambio de imagen, conlleva una minuciosa revisión de contenidos. La puesta al corriente supone una suave evolución del elocuente estilo de la marca. Algo más profunda es la revisión técnica, que se atreve con algunos aspectos técnicos. Depara motores más austeros y eficientes, además de una unión al suelo que brinda aplomo y dinamismo.
La entrega actual ocupa 4,55 metros de largo, lo que supone un incremento de 10 milímetros respecto a su predecesor. Alcanza 1,68 metros de altura, 35 milímetros menos; la distancia entre ejes es idéntica (2,7 m.). La capacidad del maletero aumenta hasta 506 litros. Tales diferencias resultan imperceptibles a simple vista. Sin embargo, este CX-5 es fácilmente reconocible por su vistoso semblante tridimensional. Muestra unas líneas de expresión frontales suavizadas, pero posee una silueta más afilada que acentúa las connotaciones deportivas.
Se distingue, asimismo, por una concepción de la cabina diferente. El habitáculo, que ha sido diseñado pensando en sus cinco ocupantes, ofrece mayor ergonomía y acentúa su empaque general. El puesto de mando incorpora una pantalla central de siete pulgadas LCD; el nuevo volante, provisto de calefacción, ofrece un tacto más grato. El CX-5 también dispone de portón trasero provisto de sistema de apertura eléctrica.
El renovado modelo oferta el sistema de conectividad MZD Connect, así como un dispositivo de sonido con diez altavoces y el conjunto de tecnologías de seguridad i-Activsense. Este paquete incluye recursos como control de crucero adaptativo con función Stop and Go, sistema de asistencia a la frenada en ciudad con detección de peatones, faros led adaptativos, función de reconocimiento de señales de tráfico, etc. El Mazda CX-5 completa sus dotaciones de seguridad con recursos como control de crucero adaptativo con función parada, sistema Head Up Display de proyección de datos en el parabrisas, freno de emergencia pre-impacto, faros Smart Full led adaptativos, alerta de tráfico trasero, cámara de visión trasera, etc.