LONDRES. Las pruebas clínicas están a cargo de investigadores de la Universidad Médica de Viena y, de tener éxito, la vacuna contribuiría a reducir los depósitos grasos que bloquean las arterias y evitaría que los pacientes tengan que tomar a diario pastillas que ayudan a reducir el riesgo de ataques cardíacos.
No obstante, puede que se necesiten años de pruebas para saber si el tratamiento será seguro y efectivo, según ha indicado a la publicación el médico Guenther Staffler y sus colegas del Netherlands Organisation of Apllied Scientific Research.
Estos expertos puntualizan que, aún si la vacuna está disponible -posiblemente dentro de seis años-, no debería de ser considerada como una excusa para evitar que la gente deje de hacer ejercicio físico o de consumir alimentos con alto contenido de grasas.
La vacuna ayuda al sistema inmunológico del organismo a atacar una proteína, denominada PCSK9, que es la que permite que el llamado colesterol malo, conocido como LDL, se acumule en la sangre.
Según los expertos, en los ratones, el tratamiento ha cortado el colesterol LDL en un 50 % en un periodo de 12 meses y parece proteger contra la acumulación de depósitos grasos en las arterias.