LA globalización y el libre acceso a la información gracias a internet han supuesto un serio contratiempo para los certámenes del motor, en especial a aquellos ausentes del círculo europeo más exclusivo. Uno de esos damnificados es el Salón de Barcelona, que además padece la competencia de una convocatoria similar en Madrid. Ahora, aprovechando el viento a favor generado por el auge del mercado, la muestra catalana renueva sus votos internacionales y reconvierte su leitmotiv bajo la nueva denominación de Automobile Barcelona. Por su pasarela desfilan estos días los próximos lanzamientos, pero también las últimas tecnologías en materia de conectividad, movilidad inteligente y sostenibilidad.
Los tiempos han cambiado y el foco de interés de estas convocatorias ya no se dirige únicamente hacia los coches a estrenar, sino que alcanza además a esos otros aspectos, cada vez con mayor peso específico en la decisión de compra. Los automóviles de la era moderna van dirigidos a un público diferente, más joven y con hábitos de uso radicalmente distintos. Hasta hace nada, el motor o si se prefiere la potencia, era un criterio de selección fundamental, prácticamente un requisito imprescindible en un coche, sobre todo para las personas más maduras. Sin embargo, la jerarquía de valores ha evolucionado con la llegada de nuevas generaciones de consumidores. En consecuencia, méritos como el diseño o el rendimiento dinámico del coche van pasando a un plano secundario, superados por prioridades como la conectividad.
Es la hipótesis que sostiene con rotundidad un estudio de la consultora Mckinsey & Company sobre el impacto de la tecnología digital en el ámbito de la automoción. Su diagnóstico asevera que “el 25% de los compradores prioriza la conectividad sobre otros aspectos, tales como la potencia y la eficiencia en el uso del combustible”. No es la única fuente que apunta en ese sentido. La encuesta global 2016 a ejecutivos de automoción realizada por la asesoría de empresas KPMG concluye que “la conectividad y la digitalización son las tendencias más importantes en el sector de la automoción y así se mantendrán hasta 2025”.
Con todo, pese a esa cesión parcial de protagonismo, los automóviles persisten en su papel como actores principales de la movilidad. No en vano son los contenedores en los que vienen todas esas tecnologías que prometen hacernos la vida más fácil. Y son, dicho sea de paso, envoltorios cada vez más sofisticados y sugestivos, como demuestra la remesa de lanzamientos que se avecina.