Gasteiz - El programa de Carlos Sobera es uno de esos que ha dejado con la boca cerrada a muchos críticos de televisión que le auguraron antes de su estreno un negro futuro. Los que reconocen verlo dicen que crea adicción, dentro de los formatos de búsqueda de pareja tiene su punto de morbo y también de elegancia, sobre todo si se entra en comparaciones. Sobera está feliz, tuvo la certeza de que iba a funcionar y no se equivocó. Ha alcanzado tal popularidad que el presentador vasco tuvo su ninot en las últimas Fallas valencianas. Lleva casi 22 años en televisión, dice que no es oro todo lo que reluce y que ha alternado éxitos y fracaso. En su vida anterior a la televisión fue profesor de Derecho en la UPV, pero él siempre se ha sentido actor: “Yo lo que quería es mambo, y mambo le he dado al cuerpo”.
Está usted al mismo nivel que Rajoy, ha tenido un ninot en las Fallas de Valencia.
-Ja, ja, ja? Señal de que First dates ha sido todo un fenómeno. Hay que sentirse agradecido por este tipo de muestras de cariño que solo se dan cuando un programa ha conseguido llegar al corazón de la gente.
Pues Rajoy aparece año sí, año también, ¿cree que también llega al corazón de la gente?
-Maldades fuera, las Fallas tienen las dos vertientes, la cariñosa y la del odio y a ver sí te puedo quemar de esa manera. A cada uno le toca lo suya. En cualquier caso, estar en el imaginario popular, siempre.
¿Qué ha hecho Carlos Sobera para que todo lo que toque en televisión tenga audiencia?
-Eso no es cierto, también meto la pata de vez en cuando y me equivoco. Trato de elegir el hueco donde creo que mejor voy a estar y más cómodo me voy a sentir. Cuando me decidí por First dates quería hacer un cambio radical de formato y de imagen de propia. Acerté, pero en otras ocasiones no aciertas y te toca pagar las consecuencias, es parte del juego. Es un mito eso de que todo lo que toco triunfa. ¡Ya me gustaría!
Peio Sarasola, profesional de ETB y Antena 3, siempre se refería a usted como una apuesta segura.
-Ya, ya? En el año 96, un programa que se llamaba Arde la tarde fue un rotundo fracaso y lo quitó él de la programación de ETB, tenía razón, no funcionaba. Agradezco mucho que la vida me dé éxitos y fracasos intercalados; como dice el refrán: a veces se gana y a veces se aprende. Está muy bien aprender.
¿Qué tal se vive de ‘celestino?
-Yo muy bien, me encuentro muy cómodo hablando con la gente, con la gente normal, la gente de la calle, la que no tiene nada que ver con el medio, la que viene a pasar un rato a la tele a ganar dinero o encontrar el amor. En First dates trabajo con un material muy sensible, el de las relaciones personales, el de la soledad, el del amor y me encuentro con gente con la que, esté en nuestros parámetros o alejados de ellos, me lo paso bien y me divierto mucho.
Se pone en tela de juicio qué es lo que quieren buscar los que acuden a un programa de citas a ciegas, ¿el amor o el minuto de gloria en televisión?
-Yo siempre digo que encontrar el amor es muy difícil en la vida; imagínate en televisión?
¿Es que acaso usted no cree en el amor a primera vista?
-Existe, pero se produce de ciento en viento, todos somos exigentes a nuestra manera, todos tenemos un ideal de pareja? En una hora y media de cena es complicado que las parejas se conozcan y salgan agarraditas de la mano. Pero te digo una cosa, hay gran número de parejas que lo consiguen. Vamos a celebrar en abril el primer aniversario y vamos a recordar en los programas especiales que vamos a hacer parejas que se han mantenido en el tiempo, incluso algunas se han casado.
Supongo que no iría usted nunca a buscar pareja a un programa de televisión, más a una cita a ciegas.
-No lo sé. Hace tiempo que dejé de imaginar cosas, sobre todo en sentido negativo. Día a día soy más abierto a todo. Soy firme creyente de la frase Nunca digas nunca jamás. Creo que cuando se plantean bien, son experiencias enriquecedoras.
¿Como ‘First dates’?
-Tú lo has dicho. Volviendo a tu pregunta, ¿por qué no? Si en un momento estoy muy solo y no encuentro en mis lugares habituales pareja, por qué no ir a un programa de televisión donde te pueden presentar a alguien que de repente se convierte en la persona ideal.
Vamos, apertura total.
-Dicho así. Ja, ja, ja? Creo que hay que estar abierto a todo. Es algo que tenía aprendido y que ahora estoy repasando con First dates, la tolerancia hacia cualquier forma de amor, cualquier tipo de manifestación sexual? Es fundamental esta tolerancia para tener una vida medianamente feliz y para llevarse bien con el universo.
La televisión está difícil...
-Y cuándo no. Lo que ocurre es que cada vez es más difícil sorprender al espectador, conseguir formatos originales y auténticos.