Ha hecho teatro alternativo y microteatro, le gustaría enfrentarse a una película, pero por el momento tiene el reto de dar vida a María Luisa, su personaje en una de las series diaria que emite la primera cadena de TVE. Siempre ha tenido vena artística, de niña bailaba delante del televisor con los anuncios y en el colegio siempre se postulaba para estar en el reparto de cualquier función que se organizara. Ser actriz no entraba en sus planes profesionales en principio y estudió Educación Infantil, carrera que nunca ha ejercido. Siente el vértigo de la dificultad de ejercer de intérprete y la inseguridad laboral, pero disfruta de cada instante.
¿Cuánto tiempo lleva trabajando?
-En esta serie llevo dos años, antes había hecho teatro alternativo y microteatro, también algún corto y presentado alguna gala de Disney Channel. Contabilizo mi vida profesional desde Acacias 38.
¿Cómo consiguió el papel de María Luisa?
-A través de un casting. Recuerdo que me mandaron el texto un martes y la prueba era el jueves. Me pareció un texto muy complicado, muy de época.
¿Le parecía difícil el lenguaje?
-Había palabras que no entendía qué querían decir. Tuve que preparármelo mucho. Pero al final, todo salió bien y desde hace dos años, de lunes a viernes, soy María Luisa.
¿Le resulta dura una serie diaria?
-Sí. Yo tengo 24 años y he hecho algunos personajes más, pero tengo que reconocer que este es el que más trabajo me está llevando. Ha tenido mucho recorrido, ha tenido muchos cambios pero sigo siendo la misma María Luisa de siempre.
¿Cómo se lleva con su personaje?
-Ja, ja, ja? Bien. Siempre digo que conozco más a María Luisa que a mí misma. Realmente, lo que me gusta de la interpretación es meterme en distintos personajes, pasarlo mal?
¿Le gusta pasarlo mal con un personaje?
-Llegar a casa y darle vueltas a una secuencia, trabajarla mucho. En el caso de María Luisa, conoces tan bien a tu personaje, sabes cómo va evolucionar y pensar que no te lleva tanto trabajo, hay que darle más motivación al personaje. Parece que lo tienes todo hecho y no, hay que seguir dándole vida, mucha vida. El drama de mi personaje lleva estabilizado un tiempo y noto que yo necesito más, dar más.
¿Es usted cañera?
-A nivel interpretativo sí. No necesito más caña a nivel de trabajo, son muchas horas, todos los días; quizá necesito un poco más de caña a nivel de interpretación. Ponerme a prueba con más intensidad. Quizá necesito un personaje que no esté tan cerca de mí.
El personaje es de época, ¿le ve cercano a usted? ¿Es tan caprichosa y mimada como María Luisa?
-Caprichosa sí que soy un poco. ¿Mimada? Bueno, sí, también. Tengo una hermana y las dos estamos mimadas, no soy la mimada de la familia. En la medida que voy madurando, se me van pasando los caprichos.
¿Qué caprichos tiene usted?
-Ahora mismo, hacer cine. Me pica mucho la curiosidad, siento la necesidad de saber cómo es una película, cómo se hace.
Bueno, más que un capricho, es un deseo profesional.
-Sí, podría decir que es una ambición.
¿Siempre ha querido ser actriz?
-De pequeña nunca pensé que podría ser un trabajo. Siempre me metía en todos los shows infantiles de los hoteles a los que iba con mi familia. Me ponía a bailar en el salón de casa con los anuncios; en el colegio siempre intentaba meterme en las actuaciones que se organizaban. Nunca supe que podría trabajar en esto.
¿Qué tenía en la cabeza como profesión?
-En la universidad estudié Educación Infantil y en primero de carrera, cuando estaba terminando el curso, me cambió el chip y decidí estudiar interpretación. Hice cursos de tres meses y me enganchó tanto que no pude dejarlo. Por la mañana iba a la universidad y por la tarde a la escuela de interpretación de Juan Codina.