MADRID - Si algo tenía claro esta mujer es que su vida iba a estar dedicada a la interpretación. Lo que nunca imaginó es que una serie le permitiría desarrollar un personaje durante doce años, un lujo que muy pocos actores consiguen y que ella no va a dejar escapar mientras la familia Alcántara pise fuerte en La 1 de TVE. Está contenta de haber celebrado los 300 capítulos “con una tarta de chocolate buenísima”. En abril, participara en la novena edición del Gutun Zuria en Bilbao junto a Juan Echanove, su pareja en Cuéntame.

¿Pensó en algún momento que iba a ser Paquita durante tanto tiempo?

-Pues no. Pero tampoco si iba a estar menos, simplemente ha ido sucediendo. Estoy muy a gusto.

¿No puede llegar a aburrir?

-¡Qué va! Paquita ha ido evolucionando mucho y está en un punto muy interesante para interpretarlo.

Han pasado doce años. ¿Cómo ve al personaje?

-Con mucho cariño. Es una mujer muy fuerte, tiene las cosas muy claras, no tiene miedo para apostar por lo que quiere.

¿Y qué es lo que quiere?

-Cosas buenas para su familia, lo mejor para los suyos. Hay que darse cuenta de que es una mujer de unos tiempos determinados, muy entregada. Y aunque los tiempos han cambiado, todas las mujeres, todas las personas, quieren lo mejor para los suyos.

Me imagino que después de tantas horas en el restaurante, los bares no tendrán secretos para usted.

-Ja, ja, ja? Desde luego que me ha servido para tener mucha experiencia, pero, como toda actriz que se precie, yo también había sido camarera anteriormente. Tenía esa parte del guion aprendida.

¿Por qué es actriz?

-Es algo interno, son las tripas. No podría no hacerlo. Es algo que siempre he sentido dentro. Nunca he querido ser otra cosa.

Una profesión difícil, ¿no?

-Eso dicen, pero a mí me parece maravillosa. Es difícil. Quizá se dice eso por lo de insegura, altos y bajos; ¿pero hay alguna profesión fácil?

¿Ha tenido mucha suerte?

-Quejarme sería absurdo, yo he tenido mucha suerte, y es más, pienso seguir teniéndola. Pero es una profesión que aunque no fuera bien (también he tenido etapas malas), es algo que no podría no hacer. Siempre seré actriz y si no lo soy, me muero.

¿Tenía algún referente cercano o es un eslabón perdido en su casa?

-Ja, ja, ja? Tenía referencias en casa, vivía con ellas. Mis padres son actores, he tenido esta profesión a mi lado todo el tiempo.

¿Le advirtieron de que no era fácil?

-Mi madre estaba feliz, mi padre fue más cauto. Cuando acabé el instituto quise estudiar con José Pedro Carrión, un gran actor y un magnífico profesor. Mi padre habló con él a escondidas.

¿Para qué?

-Para que le dijera si tenía madera o no. A mi padre lo que le afectaba es que alguien le dijera que yo era muy mala para esta profesión, que no servía. Ja, ja, ja? El pobre quería que fuera buena y José Pedro le dijo que sí, que tenía madera y eso le tranquilizó.

¿Es en televisión donde ha trabajado más de continuo?

-Es menos visible, pero también me he movido mucho en teatro.

¿Cómo se vive dentro de la familia Alcántara?

-Como en todas las grandes familias, con sus días buenos, sus días malos; un día nos queremos mucho y al día siguiente nada. Es así.

¿Le ha enseñado algo esta serie?

-He aprendido muchas cosas, y con gente que vivió unos tiempos en los que yo no había nacido. Cuando hacíamos la lectura de un capítulo, iban saliendo muchas anécdotas de la época que grabábamos y que habían vivido mis compañeros más veteranos. María Galiana es un libro abierto, recuerda muchas cosas.

Un vestuario diferente al actual.

-Sí por cierto, no es ese mi estilo. Ja, ja, ja. Algunas ropas me gustaban muchísimo y otras, nada. La ropa de una serie siempre está al servicio del personaje, hay que saber trascender. Hay modelos que a Ana Arias no le van, pero a Paquita mucho.

¿Qué tiene en común con Paquita?

-Quizá que a las dos nos gusta luchar por lo que queremos, no abandonar nunca. Somos dos luchadoras. Vivimos épocas diferentes, pero las dos sabemos lo que queremos.

¿Es feliz Paquita?

-Últimamente no lo está pasando muy bien.

¿Quién tiene la culpa?

-Ella misma, cuando uno no es feliz, la culpa es de uno.

¿Usted cree?

-Si alguien te hace infeliz, debes alejarte; si no, la culpa de no ser feliz será tuya.

Épocas difíciles para la mujer en tiempos de ‘Cuéntame’, ¿no le parece?

-Desde luego, Paquita sirve para mucho más de lo que hace y el resto de los personajes femeninos también. Paquita tiene tres hijas y la crianza le está resultando muy dura. Ella es una emprendedora en los negocios?

¿Ser madre lo dificulta?

-La verdad es que sí, como siempre, pero ha resultado más duro en otras épocas.

¿‘Cuéntame’ tiene cuerda para avanzar más en el tiempo?

-Yo diría que sí. No siento que hayamos tocado techo. Tampoco me encuentro agotada de mi personaje ni encasillada, me sigue enseñando muchas cosas. Estoy al lado de mis compañeros aprendiendo y creo que eso es una buena señal. Mientras el público nos siga apoyando, creo que podremos contar más historias.