EL Mégane no falla. Al cabo de cinco generaciones, el compacto de Renault oposita de nuevo al liderazgo de la clase media. Aplica con ese fin una fórmula magistral que mezcla una silueta de lo más elocuente, abundante y avanzada tecnología, un comportamiento dinámico encomiable y un precio justo (a partir de 16.600 euros, sin contar posibles beneficios del Pive). Se estrena luciendo carrocería de cinco puertas, a la que acompañarán un envase sedán y otro familiar antes de que finalice al año.

El Mégane es un gran producto. Lo certifican los cerca de siete millones de unidades adquiridas por una clientela bien heterogénea -se vende en cincuenta países- desde su lanzamiento en 1996. Consiente de ese valor estratégico, la marca del rombo no ha racaneado recursos a la hora de reeditar el modelo. El objetivo inmediato es recuperar el liderazgo del mercado que entregas precedentes del modelo ostentaron de forma ininterrumpida entre 2003 y 2012.

La última recreación atesora méritos de sobra para lograrlo. Tras dos decenios orbitando el mismo proyecto de automóvil, Renault ha logrado bordarlo. Con la edición que aterriza ahora en los concesionarios propone un producto redondo. El Mégane contemporáneo es uno de esos automóviles que hace todo bien: entra por los ojos, se ajusta a casi todos los bolsillos, funciona como un reloj y transmite una nítida sensación de calidad. En la legión de competidores a la que se enfrenta figuran rivales sumamente cualificados (Golf, Astra, 308, Focus, León, etc.), cada uno de los cuales destaca en uno o varios aspectos concretos. El secreto del francés radica en la regularidad. La clave consiste en dar la talla en todas y cada una de las facetas; quizá sin significarse especialmente en un aspecto determinado, pero obteniendo una calificación media brillante. La generación 2016 presenta un vehículo con silueta escueta, de cinco accesos. Ocupa 4,36 metros de largo, 1,81 de ancho y 1,45 de alto. Ese musculado envoltorio es, por tanto, algo más largo (+6,4 centímetros), ancho (+0,6 cm.) y bajo (-2,5 cm.) que antes. La separación entre ejes aumenta casi tres centímetros (alcanza 2,67 m.), lo que procura una mayor holgura a la cabina. El hueco de carga situado a popa ofrece ahora 384 litros, 12 más. Esa nueva hechura mejora la espaciosidad, pero no marca diferencias con la competencia. Lo convierte, eso sí, en un perfecto turismo multiusos, adecuado tanto para los típicos recorridos cotidianos en solitario como para desplazamientos de larga distancia en compañía. El Mégane, homologado como cinco plazas, garantiza un viaje confortable a cuatro adultos de buen año. Disfrutan de un habitáculo accesible y más desahogado de lo que sugiere el estilo coupé de la estampa exterior. Materiales y ajustes resultan satisfactorios, impresión que se acentúa a medida que sube el punto de mira en el menú de acabados, seis convencionales más otro reservado a flotas.

Cada una de esas puestas en escena consecutivas se vincula a una o varias de las seis mecánicas que integran el reparto. Son tres unidades dCi (90, 110 y 130 CV) y otras tantas de gasolina TCe (100, 130 y 205 CV). El acabado más sencillo y asequible incluye unas más que correctas dotaciones: seis airbags (longitudinales de cortina, y frontales y laterales delante), control dinámico de trayectoria (ESC y ABS con sistema de frenada de emergencia), aire acondicionado, control de presión de neumáticos, regulador/ limitador de velocidad, proyectores y luces de día delanteras y traseras LED, intermitentes LED integrados en los retrovisores eléctricos, kit de reparación de pinchazos, ayuda al arranque en pendiente, etc. Al aumentar el desembolso, las ejecuciones más ambiciosas van incorporando complementos; algunos parecen propios de modelos de entidad y precio superiores. Agregan paulatinamente elementos como llantas de aleación (de 16 a 18”), asistente de aparcamiento, volante regulable revestido en cuero, alerta por cambio involuntario de carril y velocidad, sistema de reconocimiento de señales, cambio automáticos de luces largas a cortas, acceso por tarjeta inteligente, tapicería con piel, sistema Multi-Sense para programar modos de conducción, dispositivo multimedia R-Link2 con conectividad, sistema 4Control de cuatro ruedas directrices, navegación y tableta vertical de 8,7 pulgadas, etc.

Un Mégane con la configuración más habitual, es decir, animado por una de las mecánicas favoritas del público (gasóleo dCi de 110 CV) y ataviado con la definición intermedia (Intens) sale por 20.400 euros. Su alternativa (TCe 100 CV) reclama 17.600. La estrella el GT Energy de 205 caballos, cuesta 26.900 euros.