gasteiz- Lleva el espíritu de aventura en el ADN, es sobrino de Miguel de la Quadra-Salcedo y ha crecido rodeado de historias. Su padre fue marino y su madre arqueóloga, un mundo lleno de referentes para sumergirse de lleno en el mar, los viajes y una vida de nómada.

¿Qué viaje nos propone por el Estrecho de Gibraltar?

-Ver qué queda de la Historia, seguir la ruta de un mito, Hércules, qué restos arqueológicos de los fenicios sobreviven...., por poner algunos ejemplos. Una de las ambiciones de esta serie es que el espectador vea la Tierra desde el mar.

¿Una travesía didáctica?

-Eso es, entender el mundo del mar con un lenguaje poco técnico y más rocero, como decimos en Navarra. Me lo he pasado muy bien.

¿Le gusta hacer travesías en televisión?

-Es una gozada trabajar para Discovery, sobre todo en estos tiempos de periodismo basura, de televisiones que venden casquería; lo peor. Esta es una cadena que vende cosas interesantes: viajes, reportajes...

¿Siempre navegación a vela?

-Por supuesto. Hicimos la navegación en un barco antiguo, de los años 60, y es complicado. El Estrecho tiene sus corrientes y un tráfico marítimo intenso. Nuestro velero no pasaba de los cinco nudos e imagínate cómo te sientes cuando te encuentras con esos barcos enormes, esos monstruos de hierro, se te ponen un poco de corbata.

¿Quiénes son los protagonistas de esta aventura?

-Van desde los pescadores de menudeo, las bañistas de la Caleta, los surfistas de Tarifa, los mariscadores de las marismas, hasta los submarinistas del Estrecho, los inmigrantes que lo han cruzado o los soldados americanos y españoles que lo custodian. En definitiva, los habitantes reales del Estrecho de Gibraltar.

Hablemos de usted. No pudo escaparse de la aventura, ¿no?

-Creo que no. Mi madre era arqueóloga, una apasionada de la Historia que nos llevaba por las Encartaciones vizcaínas, por Navarra, por todos los lugares... Desde pequeños, mis hermanos y yo éramos nómadas, íbamos poco al colegio. Mi padre era marino y nos contaba unas historias que impresionaban. Si a todo esto le añades la suerte de tener a Miguel como tío, ¡qué quieres que te cuente!

Miguel de la Quadra-Salcedo tenía que impresionarle mucho...

-Y tanto. Llegaba a vernos con unas barbas larguísimas, sus lanzas y unas historias chulísimas que siendo niños nos impresionaban y llegaban muy dentro. Al final, el destino y la providencia te llevan por unos lugares infinitos.

Estudió Derecho. ¿Por qué no se hizo marino con la pasión que tiene por la navegación?

-El BUP y COU lo hice por Letras puras, con Latín y Griego incluidos. Para hacer Náutica tenía que hacer un año más. Aun así, me gustó mucho la carrera que hice. En casa me decían que estudiase y luego hiciera aquello que me gustara más.

¿Se necesita mucho dinero para ser un nómada como usted?

-Pues no, precisamente al revés; con dinero te vuelves comodón. No tienes nada y vas haciendo lo que te proponen.

¿Es buena compañera de viaje la mar?

-Con la mar estableces una relación de amor-odio, pero siempre es una relación interesante, aunque hay que respetarla mucho.