J aguar vuelve a intentar el asalto al mercado de las berlinas compactas con el XE, un automóvil con cuerpo de sedan y espíritu de coupé. Es el segundo intento de arraigar en la clase media Premium. El anterior lo protagonizó el X-Type, un Jaguar que no mejoraba lo suficiente al Mondeo que lo inspiraba. Las expectativas actuales son muy superiores. El XE condensa el estilo y la deportividad propios de la firma en un automóvil más escueto y asequible que sus hermanos. Fiel a su naturaleza, el nuevo Jaguar antepone el dinamismo a la practicidad. Se vende con cinco variantes motrices -gasóleo de 163 y 180 CV y gasolina con 200, 240 y 340- en otras tantas cuidadas puestas en escena; reclama entre 37.000 y 60.919 euros.
El XE llega decidido a entrar en la batalla que sostienen desde siempre en el segmento medio los tres grandes de la industria alemana. La Clase C de Mercedes-Benz, la Serie 3 de BMW y el A4 de Audi mantienen una guerra particular a la que intentan sumarse continuamente firmas japonesas y generalistas europeos. La nueva propuesta de Jaguar tiene serias opciones a hacerse un pequeño hueco en ese coto. La imposibilidad de competir con la ingente variedad formal y mecánica que ofrecen en sus repertorios esos tres grandes obliga a la marca británica a ajustar su punto de mira y a apostar por sus valores tradicionales. Así, el XE apela al diseño y el dinamismo, señas de identidad de la casa, para atraer a un nuevo tipo de clientela.
El modelo concentra las cualidades de sus hermanos mayores en un esbelto envase de 4,67 metros de longitud (2,83 entre ejes), 1,85 de anchura y 1,42 de altura. Sus creadores han conferido al conjunto tal fluidez de líneas que bajo la carrocería se adivina claramente el temperamento coupé. Esa singularidad va a resultar fascinante a los incondicionales de la marca, pero puede ser disuasoria para quienes consideran prioritaria una gran habitabilidad. El XE es un automóvil perfecto para cuatro personas (ofrece 450 litros de maletero), pero no pretende ni puede suplantar a una berlina de pasajeros.
En su resuelta apuesta por la agilidad, Jaguar recurre a un elevado porcentaje de aluminio en la construcción de este modelo. Consigue así reducir el peso sin menoscabar la consistencia, similar a la que brinda el acero. Esa lucha contra la báscula obtiene como recompensa un superior rendimiento energético. Lo demuestran sobre todo las dos propuestas a gasóleo, variantes del nuevo motor cuatro cilindros 2.0 perteneciente a la gama Ingenium. Hay una variante con 163 CV, que acredita un gasto medio oficial de 3,8 litros, y otra con 180 CV que necesita al menos 4,2. Curiosamente, Jaguar las oferta con un precio de partida idéntico (37.000 euros).
El joven candidato del constructor de origen británico sale a la venta ataviado con cinco acabados diferentes. El más completo y costoso dispone de los últimos avances en seguridad, asistencia a la conducción y bienestar. La lista de precios del Jaguar XE culmina en 60.919 euros. El diésel mejor dotado reclama 45.000 euros; un gasolina de potencia y acabado medios sube 1.500 más.