gasteiz - Estudió Historia y durante años se dedicó a catalogar el patrimonio industrial de Euskal Herria y mantener en este aspecto la memoria del pueblo vasco. La televisión y el mundo audiovisual se cruzaron en su camino hace diez años y desde entonces sigue contando historias próximas y muy cercanas que tienden puentes al espectador para unir presente y pasado. Y uno de esos trabajos es Todos los apellidos vascos, una mirada a la historia de Euskadi a través de relatos de emigración, de movilización, de ideas políticas diferentes mezcladas en una familia y otros elementos que consiguen identificar al espectador con alguna de las secuencias de este programa.
¿Cuántos años en televisión?
-Desde 2005, este mundo me era totalmente ajeno en origen. Se cumplió el primer aniversario del atentado del 11-M e hice un documental en K2000 con Begoña Atin sobre cómo se había vivido ese suceso en el País Vasco. Empecé a trabajar con ella y desde entonces formamos en el trabajo una pareja de hecho maravillosa. Fue el momento en el que di un giro radical en mi vida.
¿A qué se dedicaba antes de llegar a la televisión?
-Estudié Historia en la Universidad de Deusto y soy diplomada en Arqueología. Hasta empezar con la televisión, toda mi trayectoria había estado dedicada a estudiar el patrimonio de Euskal Herria; he hecho un montón de libros, sobre todo de patrimonio y arqueología industrial.
¿Lo dejó todo por un documental?
-Hubo un momento en el que compaginé mis investigaciones históricas con la televisión, trabajaba con la Historia por las mañanas y por las tardes iba a K2000. Pasados unos meses, tomé una decisión, quedarme con la televisión; quizá no fuera tan radical esta decisión porque sigo haciendo lo mismo de otra forma: defender nuestra memoria y dar a conocer nuestra historia. Después del documental del atentado, hicimos más historias que me han gustado mucho, Mujeres en construcción o ¿Por quién no doblan las campanas?, entre otras.
¿Se ha arrepentido alguna vez de haber dado un giro de 180 grados a su vida?
-Para nada, estoy muy cómoda y disfruto mucho con mi trabajo. Creo que en este trabajo si no hay pasión, lo tienes que dejar. Los medios que tenemos cada vez son más escasos y si realmente te dejas llevar solo por lo que puedes hacer con esos pocos medios estás muy constreñida. Tienes que jugar mucho con las ganas y la pasión para hacer buenas cosas.
Una productora con mayoría femenina.
-Sí María López, Begoña Atin, Begoña Ayarza, Juan Mari Gurrutxaga y yo; la mayoría mujeres. A Juan Mari le decimos que es nuestro chico favorito.
‘Todos los apellidos vascos’ es un proyecto que surge de una idea muy similar presentada por dos productoras: la suya, New Media Euskadi, y Gromaz, la empresa de Eduardo Llorente.
-Hacía años yo había pensado hacer un proyecto parecido pero con gente anónima. Le dimos una vuelta y surgió Todos los... Se dio una coincidencia y se presentaron dos ideas similares, por eso estamos haciendo esta comunión entre dos productoras.
¿Es difícil esa comunión?
-Trabajar con Edu Llorente es fácil, ambos tenemos buen carácter y no surgen problemas.
¿A quién veremos mañana en ‘Todos los apellidos vascos’?
-A Juan Martínez de Irujo, creo que va a sorprender a muchos espectadores.
¿Está emparentado con miembros de la casa de Alba?
-Ja, ja, ja... Ese es el secreto de la corona del programa de mañana, no tiene precio. No me puedes chantajear con nada para que te lo cuente. Lo que sí te puedo decir es que el que me ha sorprendido es él. Siempre estamos acostumbrados a las respuestas de los deportistas, es contenido de deporte y más deporte.
¿Se ha soltado la melena Juan Martínez de Irujo?
-En este caso, lo que más me ha llamado la atención de Juan es que hay otra mirada de él que es mucho más tierna, más emocional, más de familia y he descubierto facetas que no conocía de él y que me han parecido muy entrañables.
¿Se ha llevado alguna sorpresa más?
-Juan enormemente, es una persona cercana y cariñosa, muy gustosa. Hemos estado con Carla Royo-Villanova y nos ha parecido muy cálida, es un bombón. José Mujica (expresidente de Uruguay) es impresionante, es el filósofo, tiene una cadencia que enamora; hay que oírle con su ritmo, su lentitud.
¿Pocas mujeres en el listado del programa?
-Bueno, ahora vamos a estar con dos: van a salir los Uranga y estarán Estíbaliz y Amaia; estará también Iñaki.
¿Tiene posibilidades de continuar este programa?
-Nos gustaría mucho. Además, es un programa que puede girar hacia múltiples perspectivas.
¿Cree que la gente conoce sus orígenes?
-Para nada. Nosotros tenemos una percepción muy cercana de nuestras familias. Se puede hacer el ejercicio de preguntar, pero no todo el mundo lo hace. Cuando alguien tiene curiosidad sabe lo que han hecho sus parientes muy cercanos; como mucho, sus abuelos y sus bisabuelos, no más. No sabemos si nuestros antepasados emigraron, se movilizaron a otro territorio, a qué se dedicaron. No sabemos si fueron ferrones, carpinteros o agricultores.
¿Hay más interés en Euskadi por descubrir los orígenes que en otros lugares?
-Los vascos siempre hemos tenido mucha curiosidad por saber cuáles son nuestros apellidos. Lo que sí tengo claro es que el éxito del programa tiene mucho que ver con la identificación, esa es la clave. En la redacción, lo que nos planteamos es la historia que vamos a contar y a cuántos va a representar. Tenemos a Javier Clemente y veremos que hay una emigración en la familia a una zona industrial, Barakaldo, y representa a mucha gente que ha vivido lo mismo.
El mismo José Mujica representa a miles de vascos que cruzaron el Atlántico.
-Exacto, gente que se fue lejos, buscó la fortuna, y otros territorios para poder vivir mejor: muchas familias se van a identificar. En otros casos hay gente que tiene una familia donde hay nacionalistas, comunistas, parientes que han muerto en la guerra pensando cosas absolutamente diferentes. En estas historias y en otras son en las que nos vemos reflejados.