WASHINGTON. Para los científicos, la gran pregunta sobre el hallazgo de vida alienígena hace tiempo que dejó de ser si ésta se encontrará o no, para pasar a ser cuándo se dará con ella.

"Creo que vamos a tener indicaciones sólidas de vida más allá de la Tierra en una década, y que vamos a tener pruebas definitivas dentro de veinte o treinta años", indicó esta semana en un foro de debate sobre zonas habitables en el espacio la jefa científica de la NASA, Ellen Stofan.

"Sabemos dónde buscar y sabemos cómo buscar. En muchos casos, disponemos de la tecnología, y estamos en camino de implementarla", aseguró, optimista, Stofan.

Cabe destacar, sin embargo, que los extraterrestres a los que se refiere la Agencia Espacial de EEUU no son los marcianos inteligentes que inundan desde antaño el imaginario popular, sino que se trata potencialmente de pequeños microbios.

La comunidad científica lleva años buscando vida extraterrestre, y los hallazgos más recientes sugieren que varios planetas cercanos a la Tierra, así como sus correspondientes lunas, podrían presentar las condiciones necesarias para albergar algún tipo de vida.

Incluso dentro del sistema solar, los astrónomos creen que podría haber un océano en Enceladus, una de las sesenta lunas de Saturno, mientras que en Ganímedes, la famosa luna de Júpiter, se encuentra otro océano de agua salada, dos circunstancias que posibilitan la existencia de vida gracias a la presencia de este líquido.

Otra de las ubicaciones más prometedoras, según la NASA, para encontrar vida alienígena es Europa, una luna helada de Júpiter que también tiene su propio océano y donde los expertos apuntan que se reúnen todos los ingredientes necesarios para la formación de vida.

"Creo que estamos a una generación de hallar signos de vida extraterrestre en nuestro sistema solar, ya sea en una Luna o en Marte, y también a una generación de encontrarlos en un planeta alrededor de una estrella cercana", indicó el exastronauta y administrador adjunto del directorio de la misión Ciencia de la NASA, John Grunsfeld.

Tan convencido está Grunsfeld de que se hallará vida extraterrestre en el corto plazo, que explicó que está haciendo planes para ser el director de ciencia planetaria en la agencia espacial cuando "descubramos vida en el sistema solar".

Si bien el debate sobre la existencia de vida alienígena parece superado, ahora la pregunta que se hacen los científicos va un paso más lejos: ¿Qué aspecto tiene la vida extraterrestre y en qué forma se presenta?.

"Más allá de Marte, las posibilidades de encontrar vida que sea similar a la de la Tierra son muy, muy escasas. Y creo que es precisamente aquí donde esto se vuelve excepcionalmente interesante", se sinceró Grunsfeld.

La vida espacial no debería darse necesariamente de forma parecida a la de la Tierra, lo que supone un reto añadido para los científicos, que podrían tener dificultades para identificar tipos de vida que, por ejemplo, no habiten en la superficie del planeta o que no se muevan.

E incluso podría darse la circunstancia de que los potenciales signos de vida extraterrestre a los que se refiere la NASA fuesen en realidad de seres muertos y fosilizados, lo que todavía dificultaría más su hallazgo.

Stofan, que además de astrónoma es geóloga, admitió las dificultades de encontrar fósiles en la roca, pero aseguró que, si éste es el caso, los humanos serán capaces de hallar muestras, recogerlas y traerlas a la Tierra para que toda la comunidad científica pueda discutir sobre su origen.

"Enviar geólogos y astrobiólogos a Marte aumentaría mucho las posibilidades de encontrar fósiles de vida pasada en nuestro vecino planetario más cercano", reconoció la jefa científica de la agencia espacial estadounidense.