bilbao. Gorka García, director Artístico y de Programas de ETB, recordó ayer que han pasado diez años "desde que en 2004 el equipo de producción de Hostoil fue por primera vez a la Patagonia argentina. Ha habido ya nueve ediciones de este reality de aventuras que ha pasado a formar parte de nuestras vidas. El conquistador del fin del mundo se ha convertido en marca propia de ETB y es líder indiscutible de audiencia en Euskadi. La décima edición no nos va a defraudar", añadió. Entre las novedades de este año están la emisión en dos noches consecutivas, la participación de un grupo de exconcursantes, el inicio de la aventura por primera vez en la selva de Misiones y las cataratas de Iguazú y, finalmente, el papel que van a jugar los guaraníes.

El ambiente era ayer festivo en la sede de EITB porque el equipo de El conquistador al completo está convencido de que ha logrado una temporada excepcional. Patxi Alonso, productor ejecutivo de Hostoil, fue el más contundente y quien más alegre estaba -tal vez porque él no ha sufrido las penalidades que narraron los compañeros que grabaron sobre el terreno-. "Siempre digo que no tenemos espectadores, tenemos seguidores. El conquistador es como el Tour, que todo el mundo está esperando a que arranque y luego tiene sus favoritos. Este programa es lo mejor que yo he hecho en mi vida como productor y seguramente será lo mejor que haga hasta que me jubile. Nos presentamos aquí un poco nerviosos pero muy orgullosos y contentos de tener este equipo, de poder traer este producto a casa con la que está cayendo. Es una gran superproducción, pero low cost, que nadie se asuste. Creo que es lo mejor que hemos hecho en diez años. No es la décima edición, es la mejor de la diez ediciones. Ese era el reto y ellos lo han conseguido. ¿Qué queríamos hacer? Echar al puchero lo mejor de los nueve años anteriores. En esta ocasión les cambiamos el paso a los capitanes y arrancamos en Iguazú, donde nunca habían estado Juanito y Korta; porque creíamos que sacarles de la Patagonia era un acierto. Por ejemplo, José Luis lo que más demandaba era aventura extrema, salvaje. Con los capitanes el objetivo era ese, retarles, y ellos han aceptado". ¿Y con los concursantes? "A sugerencia de la dirección se han endurecido más sus condiciones de vida. Al salir de la aventura todos decían ¡esto es una pasada!, aunque otros lo que dijeron es os habéis pasado. El décimo conquistador va a ser más salvaje, más heavy, no es simplemente cambiar el orden de los factores. No hay una sola televisión en el mundo que esté en Iguazú, en Perito Moreno, en el faro de Ushuaia... para producir un programa como éste. Pero hemos hecho mucho más que eso: hemos ido a la profundidad de la selva de Misiones. En ese infierno verde las condiciones de vida son brutales. Hoy y mañana se emite un estreno especial, un paquete regalo grande en el que vamos a exhibir un poco de la artillería pesada de El conquistador 10, es un arranque en versión XXL".

Txema Montoya, uno de los directores, reconoció que "junto con el tercer año, este ha sido el que más veces he pensado que me volvía a casa por la presión y el agobio que supone estar en la selva de Misiones. Cuando peor lo pasábamos es cuando veíamos que los pobladores locales se asustaban: serpientes, tigres (yaguaretés), mosquitos, pulgas, arañas?" Joxan Goñi, el otro director, admitía que "caímos en nuestra propia trampa. Pensábamos que solo iba a serlo para los participantes y la hemos padecido nosotros también. Ha sido durísimo, lo más duro que hemos hecho. Yo soy un fanático de las serpientes, me encantan; y este año he pasado verdadero miedo".

El presentador, Julian Iantzi, todavía mostraba ayer picaduras de mosquitos. "La gente igual se cree que estamos en un plató. Trabajamos lo más seguro posible, pero es selva virgen con peligro. Ha sido un constante agobio. Los guaraníes están acostumbrados, pero nosotros allí somos unos yogurines. Los espectadores piensan que no tengo corazón, pero me preguntaba cada día cómo podían aguantar los participantes. Es una auténtica pasada lo que han tenido que sufrir. ¡Para que Korta dijera que había llegado al límite de su capacidad?! Por cierto, lo mejor será ver a José Luis y Juanito en chiripá (taparrabos)".

Korta, uno de los capitanes, confirmó haber estado al límite. "Para que os hagáis una idea, hoy he desayunado más de lo que comí allí en diez días. La selva ha sido muy dura. Con todas las ganas que tenía yo de ir, pero ya no voy a ver ni las películas de Tarzán. He jurado que no voy más. Los dos últimos años me marché yo del programa, pero este pensaba que me iban a sacar en camilla. Cuando preguntaba a los jefes qué tal íbamos me decían que bien: "Estamos vivos".