BILBAO. Viejas glorias de dos y de cuatro ruedas se vuelven a reunir el próximo fin de semana en el Bilbao Exhibition Centre en esa ceremonia nostálgica que es RetroClásica. La tercera edición del certamen nos recordará una vez más cuánto hemos cambiado mostrando cómo eran los coches y motos que aparcamos en una esquina de la memoria. Los organizadores de la muestra han decidido apostar este año por el espectáculo y programan para la jornada del sábado un motorshow en el que competirán destacados pilotos locales.

La nueva convocatoria intentará revalidar el éxito de la anterior, que contó con la participación de más de 160 expositores procedentes de nueve países y suscitó el interés de 30.000 visitantes. Además del plato fuerte de la competición deportiva en el circuito indoor, el menú de RetroClásica Bilbao incluye sugestivas propuestas en forma de exposiciones monográficas. Una de ellas estará dedicada a las motocicletas Puch y contará con la recreación de un taller-concesionario de los años setenta. Este espacio consagrado a la marca austriaca que fabricó en Gijón lo ocuparán tres unidades del modelo Dakota, una Coronado, un par de piezas Cobra y la MC125 que perteneció en su día al director de la planta asturiana.

También habrá referencias al cincuentenario del Porche 911, protagonista de una concentración de modelos el sábado. En su stand se podrán contemplar juntas las siete generaciones de este mito. Otro aniversario destacado tiene como protagonista al Chevrolet Corvette, que cumple los sesenta elevado a la categoría de emblema americano.

No podía faltar tampoco un espacio dedicado el carismático y entrañable 600. Va a estar presidido por una pieza excepcional obra del carrocero Serra, autor de quien ya se expuso el año pasado un flamante descapotable de 1965.

Esta vez será posible contemplar una de sus primeras creaciones, realizada a partir de un 600 de 1958. Se trata del coupé biplaza que aparece bajo estas líneas, pieza muy poco vista desde que fue terminado en 1959 por este creador, padre también de algunos convertibles del Pegaso Z-102. El coupé pertenece a la Asociación Vizcaína de Amigos del 600, que también mostrará uno de los 600 más antiguos y la recreación de un SEAT 800 taxi como los que transitaron por las calles de la villa en los años 60.

El salón RetroClásica cumple, asimismo la función de lugar de encuentro para aficionados a los clásicos y también para los profesionales del sector (empresas suministradoras de piezas, restauradores, etc.), que pueden entablar relaciones comerciales.