DONOSTIA. Esta mujer, nacida en La Rioja y navarra de adopción, ha cumplido hoy uno de sus sueños, presentar su nuevo recetario, el número dieciocho, en el Basque Culinary Center (BCC) de Donostia, en el que pensó para este fin nada más saber que se iba a construir para acoger la primera Facultad de Gastronomía de España.

"Estoy en el cielo de la gastronomía. De aquí van a salir los chefs más grandes", ha dicho hoy Alfaro, sonriente y satisfecha, arropada por amigos y compañeros de profesión como Andoni Luis Aduriz, José María Gorrotxategi y Luis Irizar.

Este último, autor del primer prólogo de "Cocina con solera" -el segundo lo firma el crítico gastronómico Juan José Lapitz-, ha recordado que Alfaro siempre ha lamentado no haberse formado en una buena escuela de cocina, aunque ello no haya mermado nunca su interés por experimentar.

"Estoy todo el día dándole al tarro", ha asegurado la cocinera riojana, que publicó su primer libro en 1991, con 50 años, y ha recibido galardones como el Premio Navarra de Gastronomía y varios Gourmand Cookbook Award.

Para "Cocina con solera", pasó tres meses encerrada este verano, "sin ver ni el sol, todo el día delante del ordenador, cocinando e inventando".

El resultado han sido 250 recetas, tanto para el "día a día" como para preparar "en grandes festejos y comilonas", según ha explicado la editora Idoia Arozena, que ha destacado que Angelita Alfaro tampoco se ha olvidado esta vez de "los cardos, las alcachofas y las verduras navarras".

Ninguna de estas recetas figura en sus anteriores publicaciones, ha afirmado la autora, que sí ha hecho sus particulares variaciones de platos como la langosta a la Thermidor o el pato pequinés.

Pochas, puerros, pimientos, ajoarriero, pencas de acelgas, borrajas, manitas de cerdo, mollejas y cientos de ingredientes más de la cocina tradicional han sido objeto de sus experimentos hasta tomar una nueva forma en estas recetas de sencilla preparación, incluidas las de un buen número de postres, por las que siente "una pasión instintiva".

Angelita Alfaro ha agradecido a sus compañeros de profesión su generosidad hacia ella y el que no hayan querido ocultarle nunca ninguno de sus secretos.

"Yo tampoco me guardo nada en el bolso. Hay que dar todo lo que se sabe", ha subrayado.