Bilbao. Accesible, educado y agudo, el californiano Bill Keller, Premio Pulitzer en 1989, se mostró ayer sonriente y atento con sus colegas.

Ha sido corresponsal en Moscú, en Johannesburgo, en Washington... Por ejemplo, Terry Gould escribió sobre las amenazas, agresiones y asesinatos de periodistas en todo el mundo. ¿Existe la auténtica libertad de expresión en prensa?

Bueno... La auténtica libertad de expresión es un ideal. Algunas sociedades se acercan mucho, algunas ni siquiera lo intentan y la mayoría están en medio. En otros países de Europa los hate speeches (opiniones de odio) son un delito, por ejemplo. En EEUU protegemos las opiniones enfrentadas, pues enriquecen los debates. Pero no es algo absoluto.

Iñaki Gabilondo ha dicho que en The New York Times (NYT) disocian opinión de información. Eso es todo un tesoro, ¿no?

Es además algo inusual. Cada día más los periodistas tienen un mayor rol de dar sus puntos de vista, y nosotros pensamos que hay algo erróneo en eso. Cada país tiene su cultura, su política, su religión... A veces las opiniones pueden hacer mucho daño. Se podría comparar con el papel de un juez en un tribunal. Por ejemplo, si en EEUU informas mal sobre si el Presidente Obama ha hecho esto o lo otro, la historia no se sostiene, estás creando una información conflictiva para todo el mundo.

Dijo que el Gobierno de Obama es más reservado que otros anteriores. En cambio, el de Bush era más agresivo y tradicional. ¿Es esta una forma más sutil de mandar?

(Medita) En particular para el NYT es difícil de llevar. La Administración Obama tiene seis tipos diferentes de jueces para dar información a la prensa. Eso es más que los anteriores presidentes juntos. Así que... nosotros somos amigos de la prensa libre, por lo que tenemos más que criticar del gobierno de Obama, también.

¿La crisis económica deteriora el Periodismo: más trabajo por menos salario, más miedo al paro, peor calidad...?

(Afirma con la cabeza) Sí, eso es cierto. Pienso que no es el final del Periodismo, pero hay cambios importantes: periódicos que cierran, personas desempleadas, familias asustadas... Yo solía trabajar en algunos periódicos, en Dallas y Texas por ejemplo, y sus diarios están siendo reformados y la competitividad ha crecido mucho.

¿Cómo consigue el Times ser tan grande, independiente, importante?

Tiene una larga historia, pero su mayor valor es buscar la máxima independencia dentro del sistema establecido. Y, aunque es un periódico de Nueva York, desde los 80 lo puedes comprar en San Francisco, Denver, Atlanta... sin ser un prisionero de esa ciudad (sonríe pícaro). Tiene más sentido para nosotros como periódico nacional. Y, al sentarte en la silla a planear una historia, cuentas con el vídeo, con cualquier cosa que podamos crear nosotros, como el gráfico on line, y una serie de herramientas cuya combinación creo que da un buen resultado.

Durante días las portadas de la prensa estadounidense tuvieron que ver con Wikileaks, pero tras ello Julian Assange fue muy criticado. Él dice en sus memorias algo así como que mataron al mensajero.

(Sonríe) No he querido entrar en el conflicto. La misión de Julian era ser un defensor, era un propósito ideológico, pero ese no era el nuestro, que somos una organización. Se ha dicho de mí que tuvimos muchos argumentos en un solo sentido, pero yo aún defiendo que él hiciera lo que hizo. Él decidió atacar al Gobierno vívidamente.

Él se ha mostrado muy enfadado con usted, en concreto.

Sí, mucho, mucho. Ha hecho declaraciones que son ataques personales. Está desilusionado porque le criticamos por publicar algunos documentos financieros de personas de organizaciones de Derechos Humanos y por atacar a organizaciones serias como el Times, The Guardian, El País...

¿Se podría comparar Wikileaks con el caso Watergate?

(Lo piensa) No lo sé... En el caso Watergate se denunciaban delitos o crímenes de las personas más cercanas al Presidente de Estados Unidos, por lo que se derribó el Gobierno. Wikileaks ha revelado documentos muy interesantes, pero me parece que sería absurdo compararlos. Quizás en la letra W (risas).

Desde que dejó la dirección del Times escribe artículos para su periódico y está más libre...

Sí, estoy escribiendo piezas de opinión para el periódico.

¿Ha pensado en escribir un libro, tiene algún proyecto en esa línea?

No (rotundamente).

¿Es un periodista puro?

Sí. Hay libros maravillosos, pero no me considero capaz.

Es 'sólo' un buen Pulitzer...

Realmente no tengo la paciencia necesaria para escribirlo. Aunque sí tengo en mi mente algo biográfico para la siguiente generación, para los lectores más jóvenes, y sus ipads. Tengo mi propio libro (enmarca con las manos su cabeza).

¿Podemos contar la verdad? Los periodistas en general, no en concreto en The New York Times.

(Medita) Yo creo que podemos intentarlo (profundo).