Vitoria. El conquistador del fin del mundo se ha convertido en todo un fenómeno televisivo. El reality de ETB-2 atraviesa el ecuador de su octava temporada con una media de audiencia del 25%, un dato que supera todas las previsiones y que mejora ediciones anteriores. Asimismo, se ha convertido en tema de conversación de los lunes, sobre todo entre los espectadores más jóvenes, pero es un programa sin límites de edad que atrapa cada domingo a todo tipo de público. Josean Goñi y Txema Montoya, directores del reality, han señalado en diversas ocasiones que es un espacio pensado para toda clase de espectadores: no tiene edad, ni perfil social, intelectual o económico.
La edición que está en estos momentos en pantalla va a pasar a la historia del concurso como la más vista. Cada una de sus emisiones supera con creces el 20%, multiplica por dos los resultados de la cadena y tiene posibilidades de ir creciendo según se acerque la final, prevista para finales de mayo. La dureza de La Patagonia se ve en pantalla, pero detrás de cada concursante hay una vivencia particular, también el presentador o los capitanes tienen sus momentos de gloria y, por qué no, de derrota.
¿Qué tiene este programa que engancha a espectadores con perfiles muy diferentes? Julian Iantzi, José Luis Korta, y cuatro ganadores de este reality, Eneko Van Horenbeke, Gotzon Mantuliz, Egoitz Ríos y Nakor Márquez, han analizado con este periódico qué es lo que engancha de este concurso y cómo viven y han vivido ellos la experiencia de El conquistador del fin del mundo. Todos siguen pensando que es el único reality de aventura que hay en la televisión y coinciden en un punto: "Es el programa ideal para todos aquellos que estén buscando un viaje a través de la aventura y que quieran conocer sus límites ante una situación de riesgo. Que nadie vaya pensando que esto le va a dar un pasaporte para salir constantemente en televisión".
Los cuatro concursantes estarían dispuestos a volver al programa y plantean una propuesta a los responsables de ETB y a la productora, un Conquistador de conquistadores. Un reality en el que se enfrentaran todos los ganadores del concurso. Cuando termine la actual edición serán ocho las personas que han conseguido ser los conquistadores del fin del mundo.
2005
Eneko Van Horenbeke
Tiene desde su experiencia una visión muy particular del reality. Fue el ganador de la primera edición de El conquistador del fin del mundo. Los concursantes de esa entrega (2005) se prestaron a una cita a ciegas con la aventura de un programa que empezaba de cero. No tenían ni idea de a qué se exponían, solo que era un programa de supervivencia: "A mí me atrajo que era una propuesta de televisión basada en el deporte de aventura y de riesgo, algo que me gusta mucho, y pensé: Voy a ir porque esto es lo mío", señala. Eneko tiene ahora 33 años, es remero de Urdaibai, y recuerda aquella experiencia de forma muy grata. Además, él conoce bien el mundo de la televisión, ya que ha sido concursante de otros programas como Gran hermano. "De todos los programas que he estado, El conquistador del fin del mundo ha sido la mejor experiencia de mi vida".
Con todo, recuerda que fue una experiencia dura en cuanto al frío. "Pensé que iba a ser duro en cuanto al hambre, pero una vez que estuve allí, el frío fue lo que peor llevé". Aunque no ha visto todas las ediciones posteriores a su participación -ha estado viviendo fuera de Euskadi-, sí ha podido seguir alguna de ellas: "Son diferentes a la que yo viví. Desde que han entrado en juego los capitanes es distinto, creo que se busca más el show, a Korta montando el espectáculo, y eso gusta mucho a los espectadores. La primera edición fue mucho más virgen que las últimas".
2009
Gotzon Mantuliz
Desde que ganó la quinta edición, Gotzon Mantuliz sigue enganchado al concurso por gusto y porque todos los lunes participa en el debate que presenta Iñaki López, El conquis: "Quiera o no, tengo que verlo, pero tengo que reconocer que estoy muy enganchado. Después de haberlo vivido, como espectador se ve con otros ojos y todos los que hemos participado lo seguimos".
Al igual que otros concursantes con los que este periódico ha hablado y con los ganadores de otras ediciones, Gotzon ve la actual edición muy diferente a la que él vivió y ganó: "Este año creo que es distinta a todas. Mucha gente va más por el tema de ir a un programa de televisión que por vivir la aventura y conocer los límites que tiene cada uno. Aún así es el único programa que hay de supervivencia y espero que no acabe siendo un reality como Gran hermano".
2010
Egoitz Ríos
Egoitz Ríos fue el ganador de 2010. Está enganchado a la edición de este año. Él no ve muchas diferencias con la edición en la que él terminó como El conquistador del fin del mundo: "Siempre hay pequeñas novedades para que no resulte igual al del año anterior, pero el sistema es el mismo. Las diferencias están marcadas por las personas, cada uno tenemos nuestro carácter y eso se nota".
Aunque si está de acuerdo en que las primeras ediciones eran más de supervivencia: "Había más pruebas y más juegos. Ahora es posible que sea más reality, al final es la audiencia la que manda y se le da lo que más le gusta; es lo normal, ¿no? -se pregunta-; a mí lo que me engancha de esta edición son las pruebas, los duelos, me sigue gustando ver el paisaje y lo que no me gustan nada son las nominaciones, pero entiendo que hay que hacerlas", explica.
Egoitz, al igual que sus compañeros, volvería a participar en el concurso si esto fuera posible, aunque no niega que la experiencia fue dura: "Lo peor fue el hambre, más que el frío, porque te daban buena ropa y no había muchos problemas en ese sentido". Recuerda las lágrima de Korta y el momento en el que abandonó el programa: "Nunca le he visto así, si su equipo no le apoya es normal que abandone. No coincidí en su equipo, pero no me parece una persona como la han puesto este año".
2011
Nakor Márquez
La última edición del reality de ETB-2 la ganó Nakor Márquez. Al igual que sus predecesores, sigue enganchado al programa en el que participó hace un año y ve cosas que reconoce perfectamente. Las diferencias las centra en el perfil de los concursantes actuales: "El año pasado nos llevábamos todos de maravilla y este año chocan bastante. Creo que es lo que se ha buscado en el casting, al menos eso es lo que yo percibo cuando veo el programa".
"A mí personalmente lo que más me gustan son las pruebas y es lo que echo de menos en esta edición porque cada vez se ven menos. El programa se vuelca este año más en el tema de asambleas y conflictos y tenemos menos tiempo de competitividad. La esencia de El conquistador... que en un principio eran las pruebas se está perdiendo y ahora es mucho más reality. Pero parece que es lo que gusta. Sin embargo, lo que yo quiero ver es gente fuerte compitiendo, con rivalidad en las pruebas, no en la convivencia".
Julian Iantzi y José Luis Korta tienen su particular punto de vista sobre la aventura y El conquistador del fin del mundo, y también opinan sobre el fenómeno de audiencias que tiene el espacio de ETB-2. El primero lleva siete años presentando el concurso y cada vez que empieza una edición cruza los dedos para que los espectadores sigan apoyándolo: "Siempre piensas que has tocado techo en audiencias, pero este año otra vez está siendo un éxito, está siendo la mejor edición en resultados, ¿hasta cuándo? Nunca se sabe. Estoy muy contento de que el programa siga gustando al público. Creo que engancha todo: las pruebas y la convivencia. Es el único reality de aventura que hay en televisión". La experiencia de Korta este año ha sido muy diferente. Hace tres semanas decidió abandonar el concurso y los espectadores le vieron llorar ante las cámaras, una imagen que sorprendió e impactó dado el carácter que tiene este capitán de El conquistador...: "No estoy enfadado con el programa, pero es lo que vende, eso es lo que el público quiere ver. Yo prefiero las pruebas de supervivencia, pero lo que engancha a muchos espectadores son los conflictos. La televisión es así". Aunque en esta ocasión ha salido trasquilado, no tiene ninguna duda, si le llaman volverá.