vitoria. Hoy afronta su tercer día presentando Espejo de verano y poco a poco Alicia M. Senovilla (Madrid, 1969) está cogiendo el ritmo del programa y el de madrugar. Se confiesa perfeccionista en el trabajo y una "afortunada" por tener un trabajo que le mantendrá ocupada hasta septiembre.

Regresa a la televisión estatal tras cinco años de ausencia. ¿Cómo ha sido la vuelta?

Emocionante porque me he reencontrado con gente con la que yo empecé en Antena 3. Ha sido como volver a mi casa.

¿Es sólo para el período estival o se prolongará en septiembre?

En principio, el regreso es solo y exclusivamente para sustituir a Susanna Griso y ocupar su puesto mientras se va de vacaciones. La esperanza es lo último que se pierde y si después sale otra cosa, mejor que mejor.

¿Tiene asumido que este verano se queda sin vacaciones?

Me hecho a la idea. Desde el primer momento fui consciente porque fue una de las primeras cosas que se me planteó, antes incluso de que me hicieran la oferta. Me dijeron: Senovilla este verano si trabajas y no te vas de vacaciones. Fue una de las primeras cosas que se puso encima de la mesa: quedarme sin verano. Y el trabajo, bendito sea; sobre todo en los tiempos en los que estamos. Me puedo sentir afortunada.

¿El reto de sustituir a Susanna Griso asusta?

Asusta y mucho. En el primer momento en el que me lo dijeron cogí aire porque me quedé como en shock. Pero me comentaron que no querían un clon sino que fuera yo misma. Cuando te dicen: queremos que seas tú, es jugar con ventaja.

¿Cómo han sido los dos primeros programas que ha realizado?

El primer día estaba un poco perdida. Hoy -por ayer- ya me he controlado más. Espejo público es un programa que lleva 4 años asentado en la parrilla. He llegado a un sitio donde la dinámica de trabajo es como una cadena, todo el mundo sabe qué tiene que hacer, cómo y cuándo. Soy perfeccionista y me gusta controlarlo todo, que no se me escape nada. Y ayer -por el lunes- se me escapaban muchas cosas.

En pantalla transmite que disfruta mucho en 'Espejo de verano'.

Me lo paso fenomenal. A mí me gusta mucho hacer televisión y radio en directo, con el factor sorpresa. Procuro provocar la sonrisa y la mínima que puedo, es verdad que soy un poco gansa y un poco gamberra. Espejo de verano dura cuatro horas. Nos levantamos muy temprano, hay mucha tensión y que hay que quitarle hierro en determinados momentos por el espectador y por los que hacemos el programa.

Su compañero es Roberto Leal. ¿Tiene buena sintonía con él?

Es un tío encantador, que lo tiene muy claro, alegra la mañana y es divertido. Va un poco en mi onda. He tenido muy buen feeling con él desde el principio.

¿En esta época se requiere otro tipo de programas?

En verano la gente tiene más ganas de divertirse, de que le cuenten buenas noticias. Cuando me dicen un programa más fresquito siempre digo que qué es eso. Creo que es un espacio con un ritmo más acelerado, que llama la atención del espectador, puedes reír, llorar...

¿La información política queda relegada de este programa?

Entendemos que la gente en verano va buscando la playa, encontrarse con sus amigos, divertirse, echarse unas risas, olvidarse de la crisis. Cuando hablamos de la crisis, hablamos de política y había que darle un respiro al programa. Pero si hay una noticia política, habrá que cubrirla y allí estaremos. Y yo estaré encantada de contarlo.

Con tantos colaboradores, ¿cuesta mantener el orden en plató?

Es como un colegio, todos se saben la lección y quieren salir a la pizarra a contártela. Dar los turnos es más complicado porque todos quieren hablar y tener su minuto de protagonismo. Pero muchas veces no hay tiempo para tanta gente.

Cuando se ha levantado, ¿ha mirado los datos de audiencia?

No. Ni lo he preguntado ni nadie me lo ha dicho. Además, creo que no me debe obsesionar durante la primera semana, tengo que aterrizar. Y en verano la vida dentro de los hogares cambia. Lo digo por experiencia. Tengo dos niños y son los que manejan el mando de la tele. En esta época, la audiencia baja pero lo importante es que hagamos un buen trabajo, que nadie pueda reprocharnos que hayamos hecho nada malo o con poca clase.

¿Cómo lleva tener que levantarse tan temprano?

La semana pasada fue aterrizar en el equipo, adaptándome al horario. Hasta ahora con el programa de la copla era al revés. Me acostaba a las cinco de la mañana y ahora el despertador me lo tengo que poner a las cinco para levantarme. Los dos primeros días he dormido fatal porque estaba como atacada de los nervios y tenía un nudillo en el estómago.

¿Qué le han dicho sus hijos?

Están encantados. Les da rabia que mamá no se pueda ir a la playa pero me pude escapar una semanita con ellos a Cádiz y al final del verano, cuando vuelva Susanna, intentaré escaparme con ellos. Ahora sí me que pueden ver todas las mañanas. Tengo una seña para mandarles un beso sin que se vea en televisión para que yo sepa que me están viendo. Son estas tonterías de madres.

En los últimos años ha estado ligada a Castilla La Mancha Televisión. ¿Se ha cerrado ese ciclo?

Estamos esperando. La finalización del programa coincidió con el cambio de gobierno. Jordi García Cansau ya no es el director general y todavía no hay uno nuevo. Estamos expectantes a ver qué pasa. Si el programa vuelve y quieren seguir contando conmigo, estaré ahí.