SON las televisiones autonómicas un lujo, como opinó hace poco una dirigente del PP? ¿Desangran las cuentas regionales, como dijo un presidente autonómico? La crisis ha abierto el debate sobre la continuidad o privatización de unos canales que gestionan un presupuesto superior a los 1.600 millones de euros.

Es una de las grandes cifras de las televisiones autonómicas, que, además, dan empleo directo a unas 10.000 personas, aunque sus pérdidas superan los 1.700 millones de euros.

En prácticamente todas las comunidades puede sintonizarse un canal propio, financiado en su mayor parte con recursos públicos. Solo Cantabria, Castilla y León, Navarra y La Rioja han renunciado a contar con una televisión autonómica.

Con mejor o peor fortuna, estas televisiones se han hecho un hueco en las audiencias, pero su alto coste pone en el centro del debate la continuidad del modelo actual de gestión o la posible privatización de estos entes, sobre todo en un momento en el que la crisis económica ha mermado las arcas regionales.

Aunque la mayoría de estas televisiones ha reducido su presupuesto por culpa de la crisis, solo unos pocos gobiernos, como el de Castilla-La Mancha que preside el socialista José María Barreda, se han atrevido a tomar medidas más drásticas y han anunciado rebajas de hasta el 20% en la asignación a su radiotelevisión.

Murcia, gobernada por el popular Ramón Luis Valcárcel, eligió en su día un modelo mixto de televisión de titularidad pública y gestión privada, si bien su situación actual podría dar un giro de 180 grados porque la Ley regional para la Sostenibilidad de las Finanzas Públicas ha previsto reducir en un 80% la aportación de la comunidad autónoma a la televisión.

los presupuestos

Ni por la "Champions"

Mientras, las cuatro comunidades que no cuentan con canal propio parece que no están dispuestas a cambiar de opinión.

De hecho, los presidentes de dos de ellas, Miguel Ángel Revilla (Cantabria) y Miguel Sanz (Navarra), no han tenido ningún reparo en decir públicamente lo que piensan de las televisiones autonómicas.

Si hay algo que revisar para controlar el gasto, Sanz lo tiene muy claro: las diputaciones provinciales, porque consumen más recursos de los que aportan; el "excesivo" número de entidades locales; las televisiones autonómicas, que "desangran" los presupuestos, y las "embajadas" de las comunidades.

Revilla no acostumbra a morderse la lengua, y en un discurso en el Club Siglo XXI consideró un "escándalo" el "agujero", que cifró en 3.000 millones, de los canales regionales, creados, a su juicio, para "gloria y boato" del Gobierno de turno.

Asegura Revilla que una autonómica le costaría 20 millones, un dinero con el que podría hacer 20 kilómetros de autovía. Pero algunos de sus conciudadanos no verían mal un canal propio para poder ver, por ejemplo, la Liga de Campeones, que sí han transmitido las cadenas de FORTA.

Y aunque estas comunidades siguen sin televisión autonómica, sus gobiernos sí subvencionan algunas privadas, como hace el castellanoleonés con Radiotelevisión Castilla y León o el navarro con Canal 4 o Canal 6.

promocionar la lengua

El hecho diferencial

Entre tanto, las comunidades con lengua propia ni se lo plantean. Sus televisiones, dicen, tienen un objetivo claro: fomentar entre sus ciudadanos la cultura y la lengua.

Un hecho diferencial que por sí mismo ya justifica la existencia de los canales autonómicos. Al menos, así lo entiende el portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida, quien llegó a preguntarse: "¿Tiene sentido que exista una televisión autonómica en Cataluña? Yo creo que sí. ¿Tiene sentido que exista en Madrid? Seguramente no. ¿Tiene sentido que exista en otras comunidades donde no hay un hecho diferencial de lengua? Seguramente no".

Pero en el caso de Telemadrid, Duran ha dado en hueso. Tanto el anterior presidente de la Comunidad madrileña y actual alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón, como su sucesora, Esperanza Aguirre, han defendido la privatización de la gestión de ese canal.

La última declaración en este sentido procede del vicepresidente regional, Ignacio González, para quien Telemadrid es un servicio "perfectamente prescindible" porque su oferta la puede cubrir el mercado privado.

Desde el PP se ha insistido en la gestión privada y, de hecho, este partido llegó a presentar en el Congreso una iniciativa en este sentido, que los socialistas rechazan.

La número dos de los populares, María Dolores de Cospedal, también ha reiterado esta apuesta y, así, en su condición de candidata a la Junta de Castilla-La Mancha, anunció que si ganaba las elecciones privatizaría el canal regional para ahorrar gastos.

Y es que a Cospedal, en tiempos de crisis contar con 17 defensores del pueblo, 17 tribunales de cuentas, 17 televisiones públicas... le parece un "lujo imperdonable", tal y como afirmó en un acto de FAES.

Sin embargo, a gobiernos autonómicos de su partido, como el gallego o el valenciano, la posibilidad de privatizar la gestión no parece que les entusiasme mucho. Así, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, opina que las televisiones autonómicas son "eficientes, útiles y están bien dimensionadas".

Para el presidente valenciano, Francisco Camps, el ente de su comunidad es un "patrimonio de los ciudadanos valencianos" y un instrumento para la "defensa" de su lengua.

Y en esa apuesta por mantener el modelo actual se encuentran también los gobiernos de comunidades históricas como la CAV, que consideraría un "retroceso la privatización", o Andalucía, donde se contempla la información como un servicio público.

Gracias a que la televisión de Cataluña es la única de las que emiten en catalán que mantiene buenos niveles de audiencia, la Generalitat tampoco se plantea su privatización. Como tampoco lo prevén los gobiernos con canales más pequeños, como Asturias, Baleares o Aragón, tal y como señalan sus responsables.