Conducir es en este momento una práctica muy habitual, pese a que los prohibitivos precios de los carburantes no nos lo están poniendo fácil. Es complicado prescindir del coche una vez que te has habituado a sus ventajas.

En alguna ocasión hemos podido vivir situaciones desagradables al volante como pequeños accidentes, una climatología adversa o situaciones de tráfico muy denso que nos han provocado algún susto, pero que al final han quedado solo en una mala experiencia.

Sin embargo, todos conocemos a alguien de nuestro entorno para quien la conducción de un coche se convierte en una misión imposible. Esa dificultad tiene nombre: se llama amaxofobia y es un miedo irracional a conducir. La palabra viene del griego Amaxos (carruaje) y Phobos (miedo terrible).

Las personas que padecen esta fobia son incapaces de subirse a un vehículo. Pueden experimentarla desde conductores que han sufrido una experiencia traumática al volante hasta personas que nunca han conducido.

Actualmente, la sufren en España uno de cada cuatro conductores. Afecta mucho más a mujeres (87%) que a hombres (13%) y la edad media en la que aparece está entre los 34 y los 37 años.

Se trata de un pánico persistente e intenso que puede darse no sólo al conducir, sino incluso solo de pensarlo. Además, a diferencia del miedo racional, se produce en circunstancias donde ni siquiera existe un peligro real.

Síntomas de la amaxofobia

Quien sufre este pánico a conducir tendrá una serie de síntomas que mermarán su capacidad de concentración y su toma de decisiones, dos cosas imprescindibles al volante. Entre estos síntomas están:

- Estrés físico. Sudores, mareos, temblores, vértigos, molestias estomacales, rigidez muscular, opresión en el pecho, taquicardias, sudor en las manos, descontrol, ganas de llorar o de gritar y pánico son algunos de los síntomas físicos.

- Ansiedad. Personas con personalidades inseguras o perfeccionistas, poco independientes o con tendencia a la ansiedad y a magnificar los problemas son candidatos a sufrir amaxofobia. Pueden llegar a sufrir pesadillas por las noches por este problema.

- Comportamiento. Estas personas suelen evitar conducir con cualquier excusa y cuando lo hacen actúan con movimientos desorganizados y torpes y con nerviosismo.

- Pensamientos negativos. Piensan que nada va a salir bien y que van a tener un accidente. Siempre se ponen en lo peor.

- Incomprensión. Las personas con miedo a conducir piensan que solo les pasa a ellas, que nadie les entiende y que la sociedad les ve como personas raras, debilitando mucho su confianza y su autoestima.

Tratamientos para superar la fobia a conducir

La buena noticia para quienes sufren amaxofobia es que su problema se puede superar con el tratamiento psicológico adecuado. La persona que lo padece tiene que ser consciente de su problema y debe estar predispuesta a querer cambiar esa situación que le incapacita. Es importante buscar ayuda en cuanto se empiezan a apreciar los primeros síntomas.

Algunas técnicas para superar esta fobia son:

- Técnicas sencillas de relajación y respiración profunda. Le permiten al paciente fortalecer su autocontrol ante las emociones negativas.

- Mindfulness como filosofía de vida. Hace que se anulen muchos tipos de miedos al concentrarse en el presente.

- Desarrollo de la inteligencia emocional. Puede ayudar a controlar la ansiedad generada por el miedo a conducir.

- Técnicas de exposición en vivo o mediante realidad virtual. Simulan la exposición a situaciones concretas.

Trabajan el autocontrol y la relajación del paciente y se le va exponiendo primero a estímulos leves del miedo y, conforme le afecten menos, se le expone a estímulos más grandes. El objetivo final es que la persona conduzca con apoyo de monitores especializados.

Ante esta variedad de técnicas, finalmente será el psicólogo quien adapte el tratamiento a las particularidades de cada paciente.