Hoy en día, se oye hablar mucho del Síndrome del emperador o niños a los que se les denomina o califica en diferentes publicaciones como "pequeños tiranos". Sin duda, se trata de un problema de total actualidad y que genera mucha preocupación entre las familias.

El perfil de un niño tirano se inicia a corta edad. No podemos confundirlo con un niño caprichoso o egocéntrico, características normales cuando los niños tienen 6 o 7 años y que tienden a corregirse a partir de esa edad. En este

caso, estamos hablando de niños que desde muy temprana edad disfrutan consiguiendo todo lo que ellos se proponen, a veces incluso sin importarles especialmente el objetivo logrado, sino el mero hecho de lograrlo y aunque para lograrlo, tengan que pasar por encima de los objetivos, expectativas o deseos de sus referentes adultos de forma continuada.

Existe innumerable bibliografía de psicólogos referenciales en este tema como Alicia Banderas o Javier Urra entre otros. Concretamente Javier Urra describe en su libro El Pequeño Dictador un principio básico que rige a estos niños y que desde Eraiki pensamos que los define a la perfección: "Primero yo y luego yo". Son niños que pueden ponerse absolutamente histéricos para conseguir sus objetivos, por pequeños o insignificantes que sean para ellos. Es vital tratar con un profesional este comportamiento cuanto antes, ya que la relación filio parental se deteriora muy rápidamente por este motivo y provoca mucha tensión en el entorno familiar e incluso colateralmente, en la relación de pareja.

No se nace dictador

dictadorNo se nace dictador, pero existen múltiples causas que pueden condicionar que el desarrollo de los niños sea así. La directora del gabinete psicológico de Eraiki Taldea, Silvia Sáez de Vicuña nos desvela algunas de ellas:

  • Sociedad consumista: "Quiero una cosa y la quiero ya". Un consumo excesivo y descontrolado, provoca bajos niveles de tolerancia a la frustración en los niños.
  • Entorno familiar carente de normas básicas y niños sin ningún tipo de responsabilidad propia, por miedo a traumatizar a nuestros hijos o limitar su libertad.
  • Falta de vinculación del premio a un esfuerzo especial previo, un logro específico o simplemente, al cumplimiento satisfactorio de una responsabilidad marcada de forma estable.

Cuando educamos a un niño bajo la premisa de tener muchos derechos y ningún deber, finalmente crecen pensando que podrán lograr todo lo que quieran sin ningún esfuerzo. Grave error, que les va a inhabilitar en gran medida para la vida en sociedad a futuro. Cuando estos niños lleguen a la adolescencia la probabilidad de que se metan en problemas serios es más alta, ya que en su interior creen que ellos son los que tienen la razón en todo, que están por encima del bien y del mal y si hay problemas sus padres siempre buscarán una solución.

¿Silvia, cómo gestionáis este tipo de casos desde vuestro gabinete Eraiki Taldea?

En primer lugar, utilizamos la técnica de la extinción. Este método tiene como finalidad dejar de prestar atención a las conductas que queremos erradicar en nuestros hijos. Por ejemplo, no vamos a atender a llantos, gritos o cualquier otro comportamiento desmedido enfocado a recuperar una atención incondicional a sus deseos. En esta fase, los padres deben demostrar una fortaleza emocional muy alta y no ceder bajo ningún concepto a las reacciones desmedidas y en ocasiones incluso agresivas que necesariamente van a llegar para recuperar la atención perdida.

En segundo lugar, lo padres no deben perder los nervios, gritar o mostrar actitud amenazadora. Debemos emplear en un tono firme, pero a la vez cariñoso. En muchos casos, la conducta que queremos extinguir se agrava durante el proceso como consecuencia de la rabia mal gestionada y frustración del niño, pero nuestra perseverancia y decisión,

logrará finalmente que la tensión baje progresivamente y la solución esté más cerca.

Por último, pero no por ello menos importante, ambos progenitores deben estar de acuerdo y mostrar una unidad inalterable, manteniéndose firmes y constantes en el plan trazado o de lo contrario, toda la estrategia del plan de acción elaborado por el psicólogo/a no funcionará. Flaquear en los momentos más duros, puede llevarnos nuevamente al punto de inicio.

Nuestro equipo de psicólogos plantea en cada caso un plan de acción personalizado, que explicamos previamente a la familia antes de empezar todo el proceso para que se conciencien que el camino no va a ser fácil, pero que los resultados van a llegar con seguridad y comportarán excelentes beneficios para toda la familia. A medida que avanza la terapia iremos adaptando el plan a seguir, según los cambios que van teniendo lugar durante todo el tratamiento terapéutico.

Url´s de terceros mencionados en la publicación:

  • Alicia Banderas: Libro Pequeños tiranos: PEQUEÑOS TIRANOS: COMO LOGRAR QUE TUS HIJOS PASEN A SER NIÑOS DES OBEDIENTES A ADOLESCENTES RESPONSABLES | ALICIA BANDERAS | Casa del Libro
  • Javier Urra: Libro El pequeño dictador: EL PEQUEÑO DICTADOR: CUANDO LOS PADRES SON LAS VICTIMAS. DEL NIÑO CONSENTIDO AL ADOLESCENTE AGRESIVO | JAVIER URRA PORTILLO | Casa del Libro

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