Con la llegada del verano los planes al aire libre se multiplican. Ir a la playa, a la piscina, correr, andar por el monte...son actividades que conllevan una constante exposición al sol. Por ello, es necesario concienciarse sobre los beneficios y peligros que esta exposición conlleva, y cómo proteger la piel ante los efectos de los rayos solares.

BENEFICIOS DEL SOL

El principal beneficio del sol es la absorción de la vitamina D. Gracias a ella, se ayuda al cuerpo a absorber el calcio, sustancia necesaria para tener los huesos y dientes fuertes. Además, la vitamina D contribuye a prevenir enfermedades como la osteoporosis y ayuda a la salud cardiovascular.

Esta vitamina se puede obtener, o bien por la ingesta de alimentos, o por la exposición al sol. Para ello, la Comisión Europea recomienda tomar, como mucho, unos 15 minutos al día el sol, con el fin de absolver la vitamina y fortalecer nuestro organismo.

Otro de los grandes beneficiosos de los rayos solares son sus efectos en la piel. En bajas cantidades, mejora afecciones como el acné o la psoriasis (enfermedad que causa manchas rojas y escamosas en la piel). Rosalía Gozalo, miembro del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, aseguró que el sol tiene un poder "antibacteriano, antinflamatorio y secante", acciones que ayudan en ambos casos.

Además, el sol no solo impacta en nuestra salud física, sino también mental. El sol facilita la producción de serotonina, una hormona que, cuando aumenta su nivel, produce una sensación de felicidad. Es por ello que, debido a la falta de sol se tiende a sentir más apatía en estaciones como otoño e invierno.

Dos chicas tomando el sol, Pixabay

PELIGROS DE LA EXPOSICIÓN AL SOL

Si bien los beneficios son múltiples, estos se dan con una exposición baja al sol y teniendo los cuidados necesarios. En altas cantidades el sol puede ser un gran peligro para la salud.

En exceso puede provocar cáncer de piel, quemaduras y daños oculares. Los rayos UCV inciden con fuerza en nuestra piel, dañando las células y provocando que surgan este tipo de patologías.

También genera una disminución de las defensas de la piel, consiguiendo que seamos más débiles y propensos a sufrir agresiones externas. A su vez, favorece el envejecimiento prematuro. Es decir, la aparición de manchas y arrugas propias de la edad.

LA FOTOPROTECCIÓN: FACTOR CLAVE PARA PROTEGERNOS DEL SOL

Para ello, desde el Consejo General de Colegios de Farmacéuticos (CGCF), aseguran que "la fotoprotección resulta una estrategia fundamental a la hora de reducir estos efectos no deseados".

Para encontrar una fotoprotección de calidad recomiendan prestar atención al factor de protección solar (FPS), que indica el factor de protección frente a la radiación ultravioleta B. A su vez, esta protección se debe escoger en función de varios factores:

1. El color de piel. Desde el CGCF recomiendan que, en caso de no estar bronceado, se debe utilizar una protección 50 plus. Mientras que, si se esta bronceado y no se va a dar una alta exposición al sol, se puede utilizar uno de 30.

2. La zona geográfica. Dependiendo del país o zona, la intensidad de los rayos solares es más fuerte. Por ello, dependiendo del lugar, se deberá obtener una protección mayor o menor.

3. Tiempo de exposición. Por ejemplo, si se va a pasar un día entero en la playa, se debe usar una protección alta o muy alta.

Por tanto, el sol puede aportar múltiples beneficios, siempre y cuando se tome en pequeñas cantidades y con la fotoprotección correcta para no dañar la piel y la salud.