ay momentos en la trayectoria de una marca de automóviles en los que toca parar y reformular los planteamientos. En ocasiones se trata de circunstancias específicas y propias -por ejemplo, el escándalo de las emisiones de los diésel que salpicó a Volkswagen, pero en el que la gran mayoría hacía trampas- o más generalizadas -la reducción del impacto medioambiental propiciado por normativas cada vez más severas-; pero lo cierto es que la fábrica que nos ilusionó y emocionó a todos con los coches terminados en i (GTi y TDi) ha cogido el toro por los cuernos y le ha dado un pase al natural seguido de una estocada hasta la bola para seguir cautivándonos con un nuevo i, el ID.3, ahora en formato totalmente eléctrico y fiel a la esencia de la casa.

Tan fiel a la esencia de la casa que en la firma alemana no ocultan que junto con el Escarabajo original y el Golf de primera generación el ID.3 es el tercer modelo más icónico de su historia, un ejemplar que representa a la perfección lo que siempre ha sido, es y será un Volkswagen. Como no podía ser de otra forma, en Diario de Noticias, a través de un servidor, nos hemos puesto a los mandos de este automóvil que establece un antes y un después en la historia de la firma germana, tradicionalmente unida al destino de nuestra comunidad desde que la fábrica de coches establecida en Navarra hace más de cincuenta años pasara a formar parte del tejido productivo del consorcio alemán.

El ID.3 es un turismo compacto de buen porte (4,261 metros de largura, 1,809 de anchura y 1,552 de altura, con 2,765 metros de distancia entre ejes y un maletero de 385 litros, ampliables a 1.267 litros con los asientos traseros abatidos), provisto de motores eléctricos con potencias de 145, 150 y 204 CV y autonomías homologadas, en función del tamaño de las baterías, de 348, 425 y 549 kilómetros. Dotado de propulsión trasera, una aceleración de 0 a 100 km/h que va de 7,5 a 9,5 segundos y 160 km/h de velocidad máxima, registra consumos medios homologados entre 15,5 y 16,5 kWh. Disponible en numerosos acabados (Pure, City, Style, Pro, Life, Business, Max, Pro S y Tour), incorpora una interminable oferta de equipamiento con una dotación de serie excelente y un listado de opciones para satisfacer al comprador más exigente y sibarita de la tecnología, con tarifas que se mueven entre 32.245 y 48.225 euros.

El ID.3 sigue siendo todo un Volkswagen en sus planteamientos de diseño, algo que se aprecia claramente, como precisa la marca, en un "exterior que fluye con suavidad a la vez que presenta un aspecto firme, confiando en las proporciones marcadas y libres de decoraciones superfluas". Su aspecto es, como el de aquellos primeros Escarabajos y Golf, esencial, sólido, limpio, claro e inmutable al paso del tiempo, como el de esos coches con carácter que no parecen envejecer nunca. "Por dentro el diseño intensifica la sensación de espacio -es un habitáculo verdaderamente amplio y confortable-, con un aspecto sobrio y limpio que se concentra en lo básico". Provisto de una gama de asistencias a la conducción sobresaliente, de esas que te hacen la vida más fácil y segura sin incomodarte ni condicionarte lo más mínimo, sientes desde el primero momento que lo tienes todo para disfrutar de verdad conduciendo.

Dinámicamente se siente ágil, estable y realmente manejable, con un radio de giro de tan sólo 10,2 metros. Ya sea por ciudad como en autopista o circulando por revirados tramos de montaña -me di un largo paseo por las plácidas carreteras del Valle de Goñi (Navarra) en compañía de mi madre y en un soleado día, sin perturbar la paz de los animales que pastaban junto al asfalto ni de las personas que residen en sus pueblos-, el ID.3 es tremendamente fácil, agradable, placentero, preciso y diría que hasta divertido. Nunca tienes la sensación de querer bajarte de él, el cuerpo y el alma te piden más kilómetros.

Como nos recordaban en el concesionario VW de la comarca de Pamplona, el ID.3, junto al ID.4, representa la puerta de entrada a una nueva forma de movilidad, con grandes ventajas medioambientales y de ahorro económico -algo en lo que también intervienen las ayudas gubernamentales y las ventajas fiscales de Navarra-, actualizable en sus posibilidades como un smartphone de última generación, con una oferta extensa y adecuada a cada tipo de comprador -aquí el asesoramiento del vendedor es fundamental- tanto en potencia como autonomías y hasta sistemas de carga en casa o en el trabajo, y que al mismo tiempo sigue siendo todo un Volkswagen, tan icónico y esencial como el Escarabajo que conducía el padre de este redactor mientras hacía el servicio militar en África a finales de los cincuenta o el Golf de primera generación con el que un servidor se sacó el carné a principios de los ochenta. Es como volver a empezar.

Fiel a la esencia de la marca, el ID.3 es tan icónico como el Escarabajo o el Golf I, pero tan tecnológico como el 'smartphone' más moderno

El primer compacto 100% eléctrico de Volkswagen supone para la fábrica alemana la entrada en una nueva era de la movilidad