Hay alimentos que pasados de fecha te pueden dar un disgusto muy serio si los comes, son los que caducan, pero otros solo pierden sabor y textura por lo que se pueden consumir más allá de la fecha recomendada sin problema para la salud. Carnes, pescados o quesos frescos estarían entre los primeros, mientras que yogures, panes, embutidos o mermeladas se encontrarían entre los segundos si se han mantenido bien conservados y sin abrir sus envases.

Uno de los principales problemas a los que nos enfrentamos es el derroche alimentario, especialmente grave cuando se tira a la basura comida que podría consumirse sin problemas. Por este motivo es importante distinguir en los envases la información sobre la fecha de consumo que ofrecen los productores.

Además de la fecha de envasado se ofrece otra, que puede ser la de caducidad y así será anunciada, o la de consumo preferente, que también vendrá especificada.

La primera, la de caducidad, indica la fecha a partir de la cual no debe consumirse por ser potencialmente peligroso para la salud. La segunda, la de consumo preferente indica hasta cuándo ese alimento conserva todas sus cualidades de sabor, textura... A partir de esa fecha puede ir perdiendo calidad, pero su consumo no es dañino para la salud. Por ello, si han estado bien conservados y el envase sin abrir, no hay riesgos en aprovecharlos tiempo después.

¿Qué alimentos superan la preferencia?

En cuanto a estos últimos, la OCU ha elaborado recientemente un listado con 10 alimentos que pueden comerse días o semanas, incluso meses después de su fecha de consumo preferente. Pero no hay que olvidar que esto es así si el envase permanece intacto.

1. Yogur. Un cambio en la normativa de calidad en 2014 de calidad autorizó a que los yogures se etiquetasen con la fecha de consumo preferente y no la de caducidad, que solo era de unos pocos días. Muchos se iban a la basura cuando eran perfectamente adecuados para su consumo.

2. Pan de molde. El pan de molde también lleva fecha de consumo preferente, por lo que puede disfrutarse después, aunque quizá ya no sea tan tierno ni esponjoso. Este caso es un poco más delicado que el del yogur. Ya que ademas de controlar la integridad de la bolsa, hay que realizar una conservación adecuada tanto si se abre como si permanece cerrado. A la mínima sospecha de visual de que se ha puesto malo, sí hay que deshacerse de él. Y ponerse malo en este caso significa que ha aparecido moho. Si esto ocurre, no vale la pena correr el riesgo, todo el paquete fuera.

3. Las patatas fritas y los frutos secos. Puede que sepan raro los frutos secos, que se hayan enranciado, pero problemas para la salud, ninguno. Además, el mal sabor, u olor, lo hacen fácil de encontrar, por lo que escupirlo y evitar el mal trago es fácil de evitar. Con las patas fritas ocurre parecido, pero los nuveos sabores que ahora les añaden pueden disimularlo más.

4. Bollos y galletas. Más de lo mismo, pueden estar rancios, secos y haber perdido el sabor, pero no darán disgustos que te lleven al baño o a la cama.

5. Los refrescos y las bebidas alcohólicas. Las bebidas refrescantes y las alcohólicas también podrás consumirlas más allá de la fecha indicada. Una vez más pueden alterarse algunas de sus características, como el sabor o el color, pero si al probarlas notas que están bien, puedes beberlas sin problema. Según el tipo de botella, en las alcohólicas se puede perder parte del volumen por evaporación. Si son vinos, los enólogos llaman a esas modificaciones “evolución” y puede ir a mejor o a peor en función de dónde se haya guardado la botella.

6. Pasta, arroces y legumbres. Este tipo de alimentos pueden seguir comiéndose después de la fecha indicada sin problema alguno, siempre que se trate de productos no cocinados. Por ejemplo en el caso de la pasta, cuando es seca puede conservarse incluso un año después de su fecha. La pasta fresca mejor consumirla en fecha, que no es muy larga. En cuanto a las legumbres y los arroces, mientras estén bien conservados, también pueden durar bastante tiempo.

7. Mermeladas y mantequillas. En el caso de la mermelada, el azúcar actúa de conservante, por lo que es extremadamente complicado que se estropee en condiciones ambientales normales. La mantequilla es una grasa y también aguanta bien, aunque necesita del frío para poder mantenerse sólida.

8. Embutidos y quesos curados. Los quesos curados y los embutidos al vacío o en atmósferas modificadas muestran más resistencia al deterioro, por lo que pueden consumirse sin problemas pasados unos días de la fecha de consumo. Ahora bien, en el caso de fiambres como el pavo y el jamón cocido no es recomendable debido a que el agua que llevan les hace más susceptibles de estropearse.

9. Sopas y salsas de sobre. Tanto las sopas como condimentos empaquetados en sobres pueden ser consumidos tiempo después de su fecha de consumo indicada. De hecho la mayoría están desecados, por lo que una conservación normal y un envasado intacto los protegen de cualquier problema. Salsas como el ketchup, la barbacoa o la mostaza son aptas incluso una vez abiertas. Normalmente se guardan en el frigorífico y el frío también ayuda.

10. Tomate en salsa. Como salsa, es una excepción a lo anterior. Mientras el bote o el brick permanezca cerrado, su margen de consumo es largo, pero una vez abierto, hay que meterlo en el frigo y no aguanta demasiado. Si lleva unos días de más, vigila si hay mal olor, pérdida de color, líquido flotando encima del tomate o una pelusilla blanca en algún rincón. Es señal de que su tiempo ya ha pasado.