En este libro ha puesto en valor historias paralelas a la serie Élite, de la que ella fue guionista en la segunda temporada. Es rotunda cuando dice: "Fui Abel y ahora soy Abril. ¿Borrar el pasado? Para nada. De lo que fui, soy la mujer que ahora habla contigo". De hecho, si alguien va a la Wikipedia encontrará dos páginas, la de Abril Zamora y la de Abel Zamora. Esta es su segunda incursión editorial y se muestra encantada. Dice que tocó el cielo con las manos cuando le ofrecieron hacer el personaje de Luna en la tercera y cuarta temporada de Vis a vis. Su vida, hoy, está llena de proyectos.

Para empezar, hablemos de su libro sobre Élite, la serie de Netflix.

Es un poco complicado de resumir, porque esta es la segunda entrega que he hecho sobre el mundo de Élite. Fui guionista de la serie en la segunda temporada, me encargaron desde Planeta hacer unas novelas sobre esta historia y lo hice.

En esta ocasión son los guiones los que han llevado a crear una novela, al revés que en otras ocasiones, que es el libro el que va al guion, ¿no?

No exactamente. Yo puse unas condiciones y una de ellas era crear una historia paralela y no seguir a los personajes centrales de la serie, porque eso me maniataba en cierta forma. Así que he escrito una historia sobre personajes que hay en la clase y que no son tan populares como los que todos conocen por la serie.

¿Pero aparecen en la serie?

No. Son ficticios totalmente y están creados especialmente para estas novelas. Me parecía muy guay dar derecho a réplica a gente que no es tan popular como los que salen en la serie. Desde mi punto de vista es muy fácil identificarse, porque no conozco a nadie que recuerde la adolescencia como algo positivo.

¿Tienen sus novelas algo que ver con lo que se cuenta en la serie?

Sí y no, aunque parezca una contradicción. Las tramas se centran en un grupo de adolescentes y narran sus amoríos, sus primeras veces, sus frustraciones, el sexo, el amor, la amistad€

¿Cómo la vida misma?

Ja, ja, ja€ Pudiera ser, pero en esta novela hay un aliciente: un asesino enmascarado que es una especie de homenaje a las series de terror.

Guionista, directora, actriz y escritora, no se puede decir que Abril Zamora no tenga ambiciones.

Soy muy pesada y todo ha llegado un poco por sorpresa. Desde que era pequeña siempre supe que quería actuar, después empecé a escribir por necesidad. La dirección me llamaba muchísimo después de haber trabajado como actriz. ¿Sabes que siempre hacéis esa pregunta de qué prefiero ser?

¿Y usted qué dice?

No puedo elegir. Nunca tengo muy claro dónde empieza la actriz, dónde acaba la directora y dónde se esconde la guionista. Yo elijo mucho desde la actriz que soy y escribo mucho desde la directora que luego va a enfrentarse a los textos. Todas mis profesiones están cogidas de la mano. Todas, aunque es cierto que como actriz siento menos responsabilidades porque mi trabajo es aprenderme un texto, hacerlo y seguir las directrices del director o directora.

¿Se disfruta menos cuando se dirige?

Mira, he estado en La señoras del (h)AMPA dirigiendo en la primera temporada y da vértigo. Lo disfruto, pero tengo que reconocer que la dirección impone más. Dicho todo esto, solo puedo decir que no me quedo con una sola faceta de mi vida, que me las quedo todas porque me siento muy agradecida con cada una de ellas.

Estar en Vis a vis sería un sueño cumplido...

Sueño cumplido no, nunca me lo había planteado. Fue el primer trabajo como actriz que hice después de haber empezado mi transición, la primera vez que en los créditos era Abril y no Abel. Fue una gran oportunidad, era una serie muy guay y yo era muy fan de ella. Que me llamaran para hacer una prueba me volvió completamente loca. Y que me cogieran fue la locura absoluta. No sabes lo que significó y significa aún formar parte de ese elenco de actrices.

Al principio su personaje no era muy relevante.

Es cierto, Luna tenía muy poco texto en la tercera temporada y poco a poco fue creciendo. Yo lo prefería porque quería estar con los ojos muy abiertos y ver lo que ocurría en aquel rodaje. Creo que si al principio mi personaje hubiera sido más grande me hubiera ofuscado. En la cuarta, Luna estaba más desarrollada como personaje y cobró más relevancia.

¿Qué es lo que le atrajo de una serie tan dura y con momentos crueles?

Sobre todo que rompía con muchos estereotipos. Había hombres, pero la mayoría éramos mujeres y salían temas que no son nada habituales. Está protagonizada por gitanas, negras, lesbianas, transexuales€ Esta serie fue un paso más allá de la ficción y creo que eso es maravilloso. Se contaba la vida tal y como era.

Bueno, la vida tampoco es estar en una cárcel...

Pero existen las mujeres que están o han estado en una cárcel y hay que contar su realidad. Aunque pueda parecer que la ficción esta vez sí que supera a la realidad, hay casos muy duros en las prisiones y son reales. ¿Todos juntos como en Vis a vis? Quizá no, pero seguro que similitudes hay con la vida real.

Últimamente, la ficción está teniendo mucha mujer trans.

Es bueno que haya una visibilidad, y eso no quiere decir que haya que centrar toda la atención en un colectivo. Como guionista me gusta que haya personas LGTB, pero no quiero que las tramas se centren solamente en ese apartado. Si pones un personaje de este colectivo y su trama es tan solo que sale del armario no me parece tan guay como si pones un personaje gay que es el policía que está investigando el asesinato, o el jefe de la protagonista, o la mujer trans que es la cirujana después de haber hecho su transición. Creo que cualquier personaje trans es guay. Hay que enseñar la realidad que vivimos, hay que enseñar que existimos, que somos mujeres, que hemos vivido otras experiencias y que estamos dispuestas a que se nos vea por todas partes.

Han vivido otras experiencias, dice usted, ¿amargas?

Y no amargas también. Todos, todas, mujeres trans y las que no los sois, hemos vivido experiencias que no nos han gustado. Hemos estado a disgusto con nosotros y nosotras, todos y todas borraríamos algunas experiencias amargas, pero también nos quedaríamos con otras, aunque también fueran malas. La vida es sumar experiencias, malas y buenas.

Muchas mujeres trans miran al pasado con resquemor€

Yo en ocasiones también, no creas.

Sí, pero la mayoría borran sus nombres masculinos, su vida anterior, sus fotos. Usted parece no querer olvidar a Abel, su nombre anterior.

Es que olvidar que un día fui Abel sería una estupidez. Abel forma parte de mi historia y de mi recorrido. A lo mejor a la gente no le gustan las fotos del pasado. Yo sigo siendo la misma persona, me he quitado capas y enseño una personalidad mucho más fiel y más real a mi verdadera identidad. Fui Abel, ahora soy Abril y no pienso ocultar que soy una mujer trans, algo que ocurriría si me olvidara de Abel. Yo llevo por bandera ser una mujer trans, no intento ocultar que no lo soy. Eso sería perder oportunidades respecto a la visibilidad del colectivo trans