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No son pocos los vecinos y vecinas de Vitoria que este jueves 19, el último antes de Nochebuena, se han acercado hasta la Plaza Nueva en busca de algún que otro producto local de Álava y otros puntos de Euskadi. Y es que la variedad no ha sido escasa en el tradicional Mercado de Navidad que organiza Fundación Vital, cita de tirón popular con 70 años de vida y que invita a la ciudadanía a consumir, de cara a esta Navidad, de una forma más responsable a través la compra kilómetro cero.
Desde las 9.00 horas, los consumidores se han adentrado en sus pequeñas callejuelas con una majestuosa bolsa de tela y un calendario de 2025 —entregados por la entidad organizadora— pero además también lo han hecho con paraguas en mano; pues intensas lluvias han protagonizado parte de la mañana en la capital alavesa junto con fuertes vientos que han logrado volcar algún producto en el mercado.
Aún y todo, y dejando a un lado la meteorología, los gasteiztarras han podido disfrutar de catas-maridaje de productos alaveses en la Casa del Cordón, animación musical, una degustación solidaria así como sorteo de productos alaveses. Y podrán seguir haciéndolo hasta las 15.00 horas.
Un total de 99 puestos han cobrado vida en el anillo interior de la Plaza Nueva listo para ofrecer lo mejor de su cosecha en estas fechas navideñas; artesanía (13), embutidos (9), conservas (8), legumbres, verduras y frutas (5), miel y derivados (5), patés (5), quesos (12), pan, repostería y dulces (10), vinos, licores y sidra (6) y otros productos como trufa negras, sal de Añana, gildas, aceitunas y encurtidos, aceite o frutos rojos (7).
Al poco de arrancar la cita, Ascen y Zuriñe entran en la que será una abarrotada plaza con una cesta vacía a la espera de llenarse de setas. No hay año que madre e hija se pierdan este encuentro con las elaboraciones locales. "Es una tradición, aprovechamos la mañana y después nos vamos a tomar un café".
Un cesta que esta vez la van a completar con "pimientos, bacalao, jamón, miel y algún postre". También pensando, por supuesto, de cara a la cena de Nochebuena y comida de Navidad. "Solemos hacer cada uno de la familia un pintxo, yo ya tengo hechos los chipirones", comenta Ascen. "Y lo que sobra, para el día siguiente" , añade divertida.
A pocos metros, Pilar Ortiz de Mendibil comparte con este diario que ha querido acercarse a primera hora para evitar "tanta gente". "De momento he comprado un vermú que no conocía, porque me gusta mucho", apunta. En este sentido, destaca en este mercado agrícola "el producto es siempre es cercano y ves a gente que innova con algo que no conoces".
Frente a un puesto de vinos, los veteranos Javier Sánchez y Loli Pérez de Lazarraga ya guardan en el interior de su "famosa bolsa" tomates e higos. "Por regla general venimos todos los años, porque es entretenido y nos gusta ver todo", señala entre risas. Olga, a su lado, muestra su compra; un delicioso bizcocho y un puñado de frutos deshidratados.
Un mercado que ha transformándose y ajustándose a los nuevos tiempos, cambiando algunas costumbres. "Hace años traían animales, como los gallos, y era una gozada. Era más variado, otro ambiente". Asimismo, Pérez de Larrazaga recuerda que, para animar la plaza, " había fanfarre" animando las pequeñas calles del mercado. "Un poco de música siempre viene bien para alegrar el día", agrega Sánchez.
Alba, Mireya, Carmen y Teresa han acudido al mercado por un motivo bien distinto al del restos de vecinos de Gasteiz. Las cuatro jóvenes estudiantes de Nutrición han aprovechado esta ocasión para tomar nota de los distintos productos locales expuestos para un trabajo del grado. "Tenemos que recoger su origen, información sobre los vendedores, el kilómetro cero, los distintos símbolos", explican.
Pero tampoco han dejado escapar la oportunidad de hacerse con alguna elaboración "para la familia", sobre todo teniendo en cuenta las fechas señalas que están por venir. "A lo mejor algo de dulce, algo más especial".
Por su parte, Carlos Villalba ya se ha hecho con una botella de aceite de oliva y unos sobaos, y más que dispuesto a curiosear los puestos de ricos quesos y embutidos. Una cita a la que asiste todos los porque "es el inicio de las fiestas, que me gustan mucho porque son una invitación a renovarnos y a reunirnos con la familia". "También a renacer en todo lo que más nos importa". "Cada vez es más necesario el kilómetro cero, sobre todo por el cuidado de la tierra es indispensable para todos. Cuidar los productos de cercanía nos ahorra el gasto de mucha energía".
En otras de las filas del mercado, Luis Andrés no lleva ni cinco minutos observando el abanico de opciones con las que llenar su cesta y ya se ha hecho con unos cardos. "Me voy una vuelta para ver lo que hay y luego ya me decido", señala en conversación con este periódico. "Es casi todos años lo mismo, igual en este hay más aceite". "El producto es bueno, pero también es importante el precio".
Está claro que sin los artesanos no habría mercado. Las ventas han seguido su cauce en el puesto La Casa de la Miel, donde, en su cuarto año de mercado, su rica miel alavesa ha atrapado el interés de más de un transeúnte. En este sentido, la mayoría de compradoras "viene a buscar miel de la zona", es la "vena fuerte", según apunta su elaboradora, Arantxa Ortiz.
Asimismo, ve con buenos ojos la cita navideña porque permite "darte a conocer, saber que tenemos tienda en Vitoria y que la gente te conoce". "El producto de cercanía tiene mucha calidad y tiene detrás un trabajo muy elaborado y cuidado". La empresa alavesa cuenta con varios colmenares en el territorio así como en Burgos y La Rioja, a fin de tener "diferentes variedades".
En otra de las callejuelas de la Plaza Nueva, Iván Diego cuenta que es el décimo año que trae Licores Lujo al mercado gasteiztarra. Licores alternativos pero también clásicos son los que fabrica en Basauri este productor, quien siempre promete "sabores especiales". "En todas las mesas siempre están los clásicos".
Desde el caldo con sabor a tiramisú, de natillas, de arroz con leche o fresas con nata hasta pacharán casero o crema de orujo. Y aunque el de turrón siempre triunfa de cara a la Navidad, asegura que "todos funcionan, porque la gente prueba y repite".
Detrás de un cartel que anuncia "productos sin gluten", está Itxasne Aguirre, de Munguía (Bizkaia). "La gente ha madrugado mucho y ha empezado animada. Esperemos que siga el mismo ritmo", apunta entre risas.
Su puesto, que aterriza por quinto año en Gasteiz, presenta varios productos derivados del pato; "paté, fua o confit", que "en esta época es lo fuerte". "Realmente el pato no genera gluten, lo que pasa que nosotros lo especificamos en etiquetas para aquellas personas alérgenas, garantizándoles que en nuestro obrador no hay ningún tipo de contaminación", explica Aguirre.