En el marco del Día Internacional del Diseño, el director de IED Kunsthal Bilbao, Gaizka Zuazo, reflexiona sobre cómo el diseño de los espacios educativos influye en la forma de enseñar y aprender. En su escuela, el 70% de la superficie es completamente abierta o acristalada, y muchas aulas ni siquiera tienen paredes. “No es solo una cuestión estética”, comenta, “sino una apuesta por fomentar la transversalidad en la formación en diseño”. Esta apertura entre espacios permite que las distintas especialidades —como interiorismo, diseño gráfico, moda o producto, por citar algunas— se conecten de manera natural. “Desde cualquier punto puedes ver lo que está pasando en otro”, añade.
Por otro lado, este tipo de arquitectura también favorece la relación vertical entre los diferentes niveles formativos. Estudiantes de máster o posgrado participan en actividades con alumnado de grado, y de esta manera se genera un ambiente de colaboración y aprendizaje continuo. Un ejemplo de cómo el espacio puede convertirse en un aliado pedagógico. En lugar de separar, invita a compartir.