A pocos kilómetros de la frontera con Iparralde, tenemos auténticas joyas que son perfectas para visitar. Pueblos como Hendaia, San Juan de Luz y Biarritz encarnan la belleza de la costa vascofrancesa, al igual que la capital de Lapurdi, Baiona. Y precisamente esta última, de cara a estas fechas navideñas, es una de las más recomendadas para visitar. 

Según recoge un reciente artículo del medio digital ‘20 minutos’, la Navidad es la época ideal para conocer esta ciudad de Iparralde. Su gastronomía e historia, unida a su arquitectura, la convierten en un lugar muy recomendable al que viajar en una escapada a tan solo dos horas de Vitoria.

Farolillos de Baiona en Navidad Elisa Jimeno

Ubicación y características

Situada al norte de Lapurdi, Baiona se extiende a lo largo de los ríos Nive y Adour, dividiéndose en tres principales barrios: la Gran Baiona, la Pequeña Baiona y Saint-Esprit. Cada uno de ellos tiene su propia personalidad y brinda una experiencia diferente para el visitante. 

Desde la primera impresión, destaca por la mezcla entre la arquitectura vasca y francesa, visible en sus calles adoquinadas, sus casas de colores y su casco antiguo, que conserva su clásica estructura medieval.

Para entrar en el casco histórico, el recorrido comienza cruzando alguna de las puertas de la ciudad, como la Porte d’Espagne, un umbral al pasado que conduce directamente al corazón de la Gran Baiona.

Entre monumentos y sabores

Baiona está lleno de tesoros culturales. Uno de los más conocidos es la catedral de Santa María, una obra del arte gótico cuya imponente fachada está coronada por dos altas torres que dominan el horizonte. En su interior, destacan las vidrieras y un amplio claustro del siglo XIII, perfecto para detenerse y contemplar la serenidad del lugar.

Muy cerca, el Château-Vieux (Castillo Viejo) representa la importancia estratégica de Baiona en épocas pasadas. Aunque su interior no está abierto al público, su exterior transmite la historia militar de la región. 

Otro punto de interés es el Ayuntamiento, situado en la Place de la Liberté (Plaza de la Libertad), un edificio neoclásico adornado con estatuas que muestran diversas disciplinas artísticas.

Tras recorrer estos monumentos, nada como perderse por las callejuelas, explorar plazas escondidas y disfrutar de los soportales del casco antiguo, para fundirnos con la agitada vida de los rincones de Baiona. 

Para cerrar el día, la mejor opción es disfrutar de la gastronomía local. Esta ciudad es conocida por platos como la axoa de ternera y su famoso jamón, productos que se pueden degustar en cualquier restaurante del centro.

La Petite Bayonne y Saint-Esprit

Para seguir con la aventura, el turista no puede perderse el barrio de la Petite Bayonne, conocido por su ambiente bohemio y sus encantadoras calles. Esta zona, aunque menos llamativa que la Gran Baiona, tiene su propio atractivo. 

La iglesia de Saint-André, con su estilo románico-neogótico, es uno de los puntos más importantes. Situada junto al castillo Nuevo, su entrada gratuita permite apreciar la belleza de su arquitectura. Asimismo, se puede pasear por las calles o descansar en alguna terraza junto al río Nive.

El recorrido continúa hacia Saint-Esprit, en la margen derecha del río Adour. Este barrio es un contraste dinámico con los anteriores, siendo un espacio en constante evolución. Con su tradición chocolatera, que se remonta al siglo XVII, Saint-Esprit es un referente para los amantes del dulce. 

De hecho, este lugar de Iparralde es considerada como Capital del Chocolate, legado de los judíos portugueses que se asentaron allí después de ser expulsados de la península ibérica. Hoy en día, este dulce forma parte de la experiencia gastronómica de la ciudad.

Igualmente, las tiendas de estilo vintage, artesanos locales y cafeterías crean un ambiente único que alterna tradición y modernidad, como prueba de que Baiona es una amalgama de contrastes. 

Planificando una escapada navideña

Una escapada por Navidad es una oportunidad perfecta para desconectar y sumergirse en el espíritu festivo. Puedes elegir un destino que se destaque por sus mercados navideños, donde podrás disfrutar de artesanías, luces y delicias locales como vino caliente y galletas tradicionales.

Aprovecha para explorar las tradiciones locales: patinaje sobre hielo, villancicos o visitas a iglesias decoradas. Si prefieres la naturaleza, busca un lugar con nieve para actividades como esquí, trineo o simplemente paseos por paisajes invernales.

Otra idea es preparar momentos especiales, como una cena en un restaurante acogedor o una actividad única, como un paseo en trineo de caballos. Escoge ropa adecuada para mantenerte abrigado y cómodo.

Finalmente, reserva tiempo para relajarte. Leer junto a una chimenea o disfrutar de un spa puede ser el complemento ideal para recargar energías y cerrar el año con una experiencia inolvidable.